En esta web, no es un secreto para nadie mi debilidad particular por las bandas sonoras en los videojuegos. Ya tuvimos, de hecho, todo un tema del mes dedicado a este apartado que, en más de una ocasión no parece tan reconocido como aquellos que ocupan la mayor parte del foco, como puedan ser los gráficos o la jugabilidad. Bien es cierto que son el meollo del juego, especialmente lo referente a la jugabilidad, en tanto que toda la experiencia descarrilará si el título se muestra inmanejable. Pero, como bien decía Senua_gamegirl en su magnífico artículo sobre la cuestión, son precisamente las grandes bandas sonoras las que pueden llegar a trazar la línea entre un gran juego y una verdadera obra maestra.
Volviendo a aquel tema del mes, en lo tocante a mi parte, hice un recorrido a vista de pájaro por los títulos que considero que sobresalen más en ese aspecto. Bien es cierto que pongo algún ejemplo sobre temas que destacan por encima del resto, pero aquella vez fui mucho más general. Por el contrario, en esta entrega de Muy Top voy a ser mucho más concreto, repasando cinco títulos que, trascendiendo el marco de las sesiones de videojuegos, se han convertido en mis temas de cabecera. Cinco ejemplos que he procurado que correspondan a clases de juego de lo más variado posible (tanto en saga como en género), pero también lo menos típicos que se pueda. A eso se debe que algún exponente de lo que estoy comentando haya sido omitido aquí, por muchos méritos que haya hecho para ello (aunque muchos ya están en aquel tema del mes, de todos modos).
No descarto hacer una segunda parte en el futuro, conforme se me vayan ocurriendo algunos en los que no haya caído, o descubra otros. Por lo pronto, aquí van estos cinco temazos.
Mundo Espacial (Mario Party 2)
Para muchos de nosotros, Mario Party 2 fue en la práctica un Mario Party 1 por el hecho de ser el primer título que se dignaron a traducir al español. Éste ofrecía lo mejor de los juegos de tablero basados en el azar de los dados, una especie de juego la Oca temático, con seis tableros perfectamente diferenciados. La velocidad en la que surcábamos cada uno de ellos dependía del número que obtuviésemos en nuestro turno (ya se sabe, la cosa consiste en avanzar el número de casillas que marcan los dados) y, al final de éste, tocaba enfrentarse a un minijuego en modo todos contra todos o por equipos, en función del color de la casilla en la que cayese cada jugador. También había otros tipos de minijuegos, como los duelos, en caso de caer en la misma casilla cuando quedasen pocos turnos para finalizar. Y es que, en lugar de terminar la partida al llegar a la línea de meta, ésta llegaba a término cuando se agotase el número de turnos estipulado, resultando ganador aquel que obtuviese más estrellas.
La franquicia de Super Mario me ha acompañado durante casi toda mi vida videojueguil. Me vienen a la mente multitud de temas memorables. Durante mucho tiempo, fue el del castillo de Bowser de Super Mario World el que encabezó mi top. Pero recientemente he redescubierto con sorpresa que es el tema musical de uno de esos seis tableros de Mario Party 2 el que merece estar aquí. Me refiero al Mundo Espacial. Posiblemente sea el de mejor calidad de todos ellos, algo de lo que, por alguna razón, no fui del todo consciente en su momento. Siempre, claro está, desde mi perspectiva. Esa epicidad y grandilocuencia que emana lo pone a un nivel diferente de tantos otros. Casi parece una reminiscencia del archiconocido tema musical de Darth Vader, de Star Wars. Tampoco me sorprendería escucharlo en algún escenario de un JRPG.
Hay quien dice que es un anticipo del estilo musical de Super Mario Galaxy, y en varios sentidos es así, pero considero que lo sigue superando.
Cuartel general de Neurón (Astral Chain)
Los juegos de mundo abierto están de moda. No voy a entrar en la polémica de hasta qué punto son la panacea, en tanto que un mundo enorme y vacío puede terminar desesperando al jugador, pero sí que es cierto que, bien implementado, puede otorgar una importante sensación de libertad y un componente de exploración interesante. Pues bien, Astral Chain no está entre esos juegos. No voy a entrar mucho en describirlo, pues tengo un artículo en el que lo hago. Basta decir aquí que el juego se estructura en fases y subfases que se van sucediendo conforme vamos avanzando, demostrando en estos tiempos de “mundoabiertismo” que esto no impide lograr una experiencia de exploración satisfactoria. En todo caso, existe un lugar de referencia desde donde partiremos a las diferentes misiones, nos aprovisionaremos de distintos ítems de curación o de mejoras de lucha y, bien avanzado el juego, podremos incluso seleccionar qué fase queremos volver a jugar. Se trata del Cuartel General Neurón, centro de operaciones de la policía del Arca.
La banda sonora del juego tiene un estilo bastante característico, un hilo musical donde predomina el tecno, con varios elementos de rock. Las voces disonantes abundan especialmente cuando nos hemos de enfrentar a las criaturas del Plano Astral, o simplemente exploramos dicho mundo, lo cual suena aún más exótico para nuestros oídos occidentales. En todo caso, mi tema favorito es ese tema de dicho Cuartel General. Aunque el tecno no es un género que me apasiona, ese ritmo insistente y martilleante describe sonoramente a la perfección el trasiego y el ajetreo que tiene un cuartel general de esas características, al tiempo que contribuye a estimular nuestros sentidos dentro y fuera del videojuego.
Johan’s Waltz (Victoria 2)
Si hay una empresa que pueda considerarse sinónimo de la gran estrategia, esa es Paradox. Sus numerosos títulos, que abarcan prácticamente todas las épocas de la historia de la humanidad, demuestran que es posible crear simuladores enormemente complejos y profundos sin grandes despliegues gráficos. Es más, lo que vemos todo el tiempo son mapamundis, cuadros de texto y árboles de tecnologías. A fin de cuentas, el foco de interés se sitúa en los cambios tecnológicos, sociales y, como no, la simulación de las batallas desde los fríos cálculos numéricos, bastante alejado de la acción de los juegos de guerra de shooter en primera persona o hasta de los RPG estratégicos en los que, si bien las estadísticas son también las que determinan el destino de la contienda, vemos a las tropas pelearse a tiempo real.
Estas complejas y densas partidas vienen acompañadas por bandas sonoras de lo más memorables, que constituyen una inmensa ayuda para ser sobrellevadas. El “culpable” de que disfrutemos de esa experiencia sonora es el prolífico y multifacético Andreas Waldetoft, que tan pronto es capaz de componer temas medievalizantes en los Europa Universalis como otros de carácter futurista que nos sumergen mentalmente en el lejano espacio interestelar (me refiero, como no, a Stellaris).
En el tema del mes relacionado con la música ya me detuve en estos juegos, haciendo especial énfasis en Europa Universalis III. No obstante, en lo particular me quedo con el tema Johan’s Waltz, de Victoria 2. Me parece la mejor carta de presentación de la temática decimonónica de este juego. Es relajante y rebosa elegancia y distinción. Nos hace sentir como un gran hombre de Estado que se codea con su selecto grupo social en amplios y lusos salones mientras decide sobre la vida y muerte de miles de soldados, hace negocios, ajeno a las tribulaciones de la clase trabajadora y expande su imperio a expensas de la sangre de la población autóctona.
Tema nocturno de Colonia 9 (Xenoblade Cronicles)
Xenoblade Chronicles fue una de las novedades más sonadas de Nintendo en los últimos años. La empresa second-party Monolith Soft supo dar el soplo de aire fresco que necesitaba la compañía del fontanero. Bien es cierto que su argumento se vuelve excesivamente rebuscado en su intento por sorprender al jugador con sus giros inesperados, pero toda su historia no dejó de apasionarme de principio a fin. Lo mismo debo decir de sus amplísimos mundos abiertos a la espera de ser explorados y sus mecánicas de batalla originales y directas. Desgraciadamente (y a la espera de probar la tercera entrega, que parece que mete aún más el dedo en la llaga), parece que esta última ha sido recargada artificialmente, haciéndola más confusa de lo que debería. Esto ya se deja entrever en su segunda parte, con mecánicas que en sí tampoco son nada del otro mundo, pero que tuve algunas dificultades de interiorizar. Además, al final no me terminó de quedar del todo clara la historia. Y es que esa tendencia a enrevesar la historia parece acrecentarse con cada entrega.
Con todo, siempre seré un fan acérrimo del Xenoblade Chronicles original. Este título es un alarde de virtudes en todos los aspectos ya citados, y no se queda atrás en el apartado musical. De hecho, aquí no voy a sorprender a nadie ya que, en contraste con los otros cinco temas escogidos para este artículo, sí que repito (aunque no me quedaré con los más típicos). Y es que no puedo dejar de volver a mencionar el tema nocturno de Colonia 9. Si los ritmos movidos y animados de su versión diurna eran una descripción sonora de todo lo que nos queda por hacer y descubrir en este juego, su variante nocturna nos sumerge en la paz y la quietud de la noche pero que, en su riqueza compositiva, describe un universo que en esas horas intempestivas sigue rebosante de vida. De hecho, a menudo dará paso al primer tema de batalla en cuanto nos topemos con cualquier animal salvaje que se cruce en nuestro camino.
Wheels of Progress (SimCity 4)
Conocer SimCity 4 allá por los primeros años del siglo XXI, para mí fue sinónimo de primera toma de contacto con los simuladores de ciudad. Vamos, que me abrió todo un mundo. Puede que nunca haya sido el mejor ciber-urbanista del mundo, pero pasé horas y horas de lo más entretenido edificando ciudades que tuviesen todos los servicios básicos cubiertos sin entrar en déficit o bancarrota. En esa época me parecía increíble que un juego pudiese contener semejante cantidad de datos estadísticos sobre la población de una ciudad virtual, incluyendo gráficos, rutas para ir a trabajar y un largo etcétera. Hoy se vería algo cojo en algunos apartados, como en la no simulación de la producción, pero hay otros que todavía no he visto que hayan sido implementados en condiciones. Por ejemplo, ver un mapa que muestre una miniatura de todas las ciudades construidas, formando una totalidad, como si de un país o región se tratase.
En parte, este es un apartado “repe” con respecto al tema del mes, pero no lo es el ejemplo que voy a poner. Es cierto que temas como Epicenter son grandiosos. Ese, en concreto, estuvo en todo lo alto de mi lista de favoritos, pero hay otro en el que (como me pasa con el de Tierra Espacial) he redescubierto la magnitud de su calidad compositiva, como si mis oídos no estuviesen preparados en ese entonces. Me refiero a Wheels of Progress. Si uno escucha atentamente, verá que hace justicia a su título. No hay melodía secundaria que no me recuerde a un tren, ya sea su rítmico traqueteo en las vías, el sonido de su silbato o cualquier otro elemento relacionado con el trasiego viario. Me parece prácticamente un cuadro sonoro.