[Artículo] Spider-Man y Batman: Mentes desordenadas (1995)

Título
Spider-man and Batman: Disordered Minds
Guion
J.M. DeMatteis
Dibujo
Mark Bagley, Mark Farmer (portada)
Color
Electric Crayon
Tinta
Scott Hana, Mark Farmer
Año
1995

En los años 90 aparecieron muchos cómics del estilo “Crossover” entre Marvel y DC Comics, donde sus héroes más famosos se aliaban entre sí para combatir un mal común. En artículos anteriores he hablado de alguno de ellos como Batman VS Daredevil (1997) o el ambicioso Marvel VS DC (1996)

En esta ocasión he elegido el cómic Spider-man y Batman: Mentes Desordenadas (Disordered Minds), donde se reúnen el trepamuros de Marvel y el guardián de Gotham para parar a sus enemigos más psicópatas y mentalmente inestables: Carnage (Matanza) y el Joker.

Portada del cómic

Aunque en Marvel Vs DC se estableció que ambos mundos son universos separados y solo se puede pasar de uno a otro en circunstancias muy especificas (o con la ayuda de Acceso, que puede viajar entre ambos por propia voluntad), en esta clase de cómics de pocas páginas, no se complican la vida con universos distintos y simplemente se da por hecho que la Nueva York de Spider-man y la Gotham de Batman están a un par de horas conduciendo.

Lo bueno de estos cómics, es que puedes ver juntos a personajes que te gustan y lo malo, es que los guiones no suelen ser especialmente originales ni rebuscados, hasta el punto que suelen seguir estos simples pasos:

1- Los héroes se conocen y se enfrentan o rehúsan aliarse por el motivo que sea.

2- Los villanos se alían nada más conocerse.

3- Los héroes reconocen su error inicial, se alían y ganan.

Entiendo que hacer una historia de pocas páginas con dos héroes distintos puede requerir ciertos sacrificios en guión, pero aun así, hay que reconocer que es bastante triste que prácticamente todos los crossovers sean iguales en desarrollo, y lamento decir que Spider-man y Batman: Mentes desordenadas, no se sale ni un ápice de ese camino.

El cómic empieza jugando con la similitud del origen de Spider-man y Batman, ya que tanto Peter Parker como Bruce Wayne tuvieron que replantearse su vida cuando un tipo normal y corriente acabó con la vida de sus seres queridos.

El joker asesinando al tío Ben en la pesadilla de Peter

Creo que todos estamos de acuerdo en que el hecho de que Spider-man y Batman no maten a sus enemigos es lo que los mantiene en la línea de héroes, pero también muchos pensaran que si esas historias fuesen ciertas, sería mucho mejor “quitar de en medio para siempre” a determinados enemigos, que no solo tienen por hobby provocar matanzas indiscriminadas, si no que además cuentan con la facilidad de escapar de su prisión siempre que quieren.

En este cómic se nos planeta una solución “no-violenta” de acabar con psicópatas como Joker y Carnage, que no han sufrido ningún tipo de mejora pese al tratamiento psicológico que han recibido durante años y que parece que el tiempo que pasan encerrados es voluntario (cuando se cansan, se escapan). Esa solución consiste en implantar un chip en el cerebro de estos personajes (vamos, una lobotomía moderna) para dejarlos mansos y cobardes (al estilo lavado de cerebro de la Naranja Mecánica).

El Joker «reformado»

Obviamente Spider-man y la doctora Kafka (psicóloga de criminales en el universo de Spider-man) se oponen a ello, pero no pueden evitar que la doctora Cassandra Briar mande implantarle el chip al malvado Cletus Kasady, que será el conejillo de indias del nuevo método de contención para maníacos homicidas reincidentes.

Una vez en Gotham City, la doctora Briar le aplica el mismo sistema al Joker, que al igual que Carnage acaba siendo un hombre cobarde de aspecto triste. Cuando están trasladando a ambos personajes pasa lo inevitable, Carnage estaba fingiendo y escapa con el Joker, sin que ninguno de los héroes pueda evitarlo.

Batman y Spider-man tras la pista de los villanos

Aquí llegamos al momento en el cual ambos héroes no llegan a un acuerdo para abordar la situación, ya que aunque Spider-man propone una colaboración entre ambos, Batman se muestra mucho más reacio y prácticamente echa a Spider-man de “su ciudad”.

¿Y qué pasa con nuestros queridos asesinos dementes? Pues que tras liberar al Joker de su chip (gracias a su simbionte) Carnage explica que fingió todo el tiempo para poder conocer al Joker, del cual es un gran admirador por sus asesinatos aleatorios y despiadados. Obviamente el Joker se debe a sus fans y se alía rápidamente con Carnage, ya que ambos tienen intereses comunes… ¿verdad?

Batman (gracias al sarcasmo de Alfred) se da cuenta que ha sido un imbécil al rechazar la ayuda de Spider-man, porque Carnage es un villano contra el cual nunca ha luchado y necesita la ayuda del trepamuros, de manera que le tocará a él buscar a Spider-man para (ahora si) formar una alianza.

Por su lado, los villanos empiezan a ver que no son tan parecidos, Carnage solo quiere rajar, matar y mutilar, no le importa a quien ni como, pero el Joker es más clásico y teatral, quiere hacer planes descabellados con artefactos estúpidos que puedan provocar una gran conmoción a la sociedad, obviamente ambos personajes no están capacitados mentalmente para aceptar las diferencias entre ellos y su alianza se rompe en un momento.

Y ahí llega la parte final, cuando los héroes se deciden a acabar con sus lunáticos enemigos hasta el siguiente cómic.

Batman contra Carnage

El guión de Spider-man y Batman: Mentes Desordenadas no sorprenderá absolutamente a nadie (pese a que DeMatteis usa con relativo acierto al Joker para hacer referencias populares tan típicas del guionista). Sin embargo, yo creo que lo gracioso de estos cómics es ver hasta donde se han dejado llevar con las concesiones para los fans más veteranos de cada personaje.

En este caso, el “fan-service” no se hace esperar y en las primeras páginas vemos las pesadillas de Peter Parker  y Bruce Wayne, donde se “muestra” al Joker como asesino del tio Ben y a Carnage como asesino de los padres de Batman. Obviamente esto no es nada literal, simplemente es una manera de explicar el origen de los personajes usando un punto común y metiendo personajes del universo contrario como si fuese un sueño premonitorio.

La relación entre ambos villanos, con Carnage de fan acérrimo y el Joker como celebridad veterana es tan graciosa, como creíble. Carnage es un personaje que fue creado en los años 90 y el Joker lleva matando desde los años 40, de manera que desde el punto de vista del lector del cómic, tiene todo el sentido del mundo que el joven Cletus Kasady viese en el Joker un ejemplo a seguir (especialmente si tenemos en cuenta que en algunos cómics se ha mostrado que Kasady era un sádico desde niño).

Carnage es admirador del Joker

La decepción del Joker al ver los métodos “directos y nada teatrales” de Carnage, también se puede interpretar (desde el punto de vista del lector) como el cambio que hubo en los cómics entre finales de la década de los 80 y la década de los 90, cuando muchos cómics cambiaron su tono colorido y aventurero por un aspecto más duro, oscuro y violento. El Joker no pertenece a ese mundo, fue creado en la época en la cual los cómics eran coloridos y los planes para cometer sus delitos eran tan particulares como curiosos, de ahí que no le parezca adecuado (ni meritorio) el recurrir a lo simple y banal como método de ejecución.

Diferencias creativas entre los villanos

La relación entre ambos héroes no es tan interesante, pero aun así tiene su encanto, ya que el bueno de Spider-man actúa como un adolescente al ver a Batman (recordemos que este cómic nos muestra a Spider-man tal y como eran en los 90,  adulto y casado con Mary Jane, así que sus años de adolescente quedaron muy atrás). Batman, por su lado, se muestra insensible y extremadamente tosco, algo que casa bastante bien con la imagen del personaje.

Si lo pensamos, Spider-man es el típico héroe que se pararía a firmar autógrafos o echarse fotos con sus fans, pero Batman no perdería un minuto con ellos e incluso los intimidaría, de manera que es correcto (y gracioso) que se les muestre tan distantes.

Batman decide aceptar la ayuda de Spider-man

El resto del cómic no esconde demasiadas cosas curiosas que señalar, aunque hay algunos momentos muy graciosos (como cuando Spider-man usa la luz de su cinturón y el Joker lo compara con la Bat-Señal).

En términos generales nos encontramos con un cómic con un dibujo más que aceptable (Mark Bagley no defrauda), pero que flojea en guión, al igual que muchos otros de su estilo (es una pena que DeMatteis no use su particular talento para contar historias extravagantes y se ciña al guión básico).

Al fin y al cabo, este cómic solo existe por dos motivos: para cumplir nuestro sueño de niños, de ver dos héroes que nos gustan en la misma aventura y para rascar algo de dinero rápido en un momento en el cual tanto Marvel como DC Comics tenían ciertos altibajos económicos. En vuestra mano queda juzgar si una cosa compensa la otra.

Spider-man contra el Joker
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