Con tal de evitar que vuelvan a matar, el gobierno permite implantar un chip en el cerebro de criminales reincidentes, siendo Cletus Kasady (Carnage) y El Joker los primeros pacientes. Lamentablemente, los planes no saldrán como estaban previstos, lo cual provocará que Spider-man y Batman se unan para detener a sus peligrosos enemigos.
Tras tratar de comprender la locura que se escondía tras el Joker, la doctora Harleen Quinzel dejó de lado su tranquila vida como psicóloga para empezar una carrera de delitos al lado del criminal payaso, el cual sería el primero de sus muchos compañeros de juerga