Portada de Stalker La Zona

[Artículo] La alargada sombra de STALKER: La Zona

STALKER: Shadows of Chernobil: El origen de su historia

Cuando me dio por jugar STALKER: Shadows of Chernobil no esperé tremenda obra de arte. De primeras, lo visual. Hace 15 años no había buenos gráficos, y los juegos tenían ese encanto especial. Ingame, es el año 2012. Tu personaje es un stalker que acaba de llegar a La Zona, un área que concluye en Chernobil, lugar donde ocurrió una catástrofe nuclear hace años que ha generado anomalías radiactivas aquí y allá de mucho valor. Además, se dice que justo en el centro, en la zona más peligrosa, existe un artefacto mucho más especial que ningún otro, un fragmento de meteorito al que llaman “El Genio” que concede deseos . Y ahí vas tú, conociendo los secretos que allí habitan y las gentes que por allí circulan, con sistema de facciones incluido.

Pero, ¿de dónde sale eso? Viajemos en el tiempo, porque lo más curioso de todo es que la trama de STALKER Shadow of Chernobyl está basada en una obra cinematográfica… y un hecho real.

En el año 1972, en la URSS, se publicó un libro escrito por los hermanos Strugatski llamado Picnic Extraterrestre, de ciencia ficción. Unos años más tarde, un tal Andréi Tarkovski, director de cine, decidió hablar con ellos para hacer una película del libro, y se llamó Stalker: La Zona, en 1979 (nos va sonando ¿no?). Se soplaron un poco la trama para recrear una versión bastante más dura que la obra original, dando un resultado entre tétrico, lleno de suspense y con una atmósfera inmersiva brutal. Un escritor y un profesor viajan a un lugar extraño llamado «La Zona» en compañía de un Stalker (así se les llaman a los que conocen los caminos de La Zona), ya que sin él se perderían, porque en La Zona el espacio y el tiempo tienen sus propias leyes y varían aleatoriamente. Su objetivo es llegar a una habitación, que dicen las leyendas que concede deseos.

Tuvo mucha repercusión cuando salió (sobre todo entre los más técnicos cinéfilos), pero lo tuvo aún más cuando, unos años más tarde, explotó la central nuclear de Chernobyl, y los escenarios que se sucedieron fueron bastante similares a los de la película (hasta tal punto de que los supervivientes de Chernobyl se empezaron a llamar a sí mismos stalkers). Esto no le molaba al gobierno de la URSS, que por habladurías sobre tramas conspiranóicas exilió al pobre Tarkovski. Qué maldita es la vida algunas veces.

Parece ser que los creadores del juego quisieron honrar ambos acontecimientos, haciendo un curioso crossover que empapa muy acertadamente ambas historias.

¿Qué tal es a nivel jugable?

STALKER: Shadows of Chernobil tiene un sistema de atributos que hace recordar a juegos de rol del género, pero sólo se puede meter mano por medio de los objetos y artefactos. El juego, de base, es difícil, las IAs enemigas tienen una puntería letal y kilométrica, incluso en dificultades fáciles, y en tus armas la precisión es muy relevante, lo que te obliga a no ir a lo putoloco en circunstancias que en otros juegos habrías arramplado con todo. Tiene situaciones de terror bastante bien conseguidas, y lo que más se agradecen son los detalles, el encontrarte a un grupo de stalkers tocando la guitarra y cantando alguna canción, o conversaciones tan coloquiales que no parecen de guion.

Pero no es perfecto. Hay armas que se sienten burdas, al apuntar no tienes ninguna expectativa apenas de que vayan a ir las balas a la retícula, y es por la forma del diseño de las armas. Hay veces en las que la IA hace cosas raras, como dispararte cuando estás en la interfaz de diálogo, o que algunas misiones secundarias son simplemente imposibles de hacer porque no te da tiempo a llegar al mismo lugar antes de hacerlas.

Con todo, se disfruta muchísimo. Todo el tema de la supervivencia y el factor radiación que te hace estar en alerta constante te curte mucho como jugador. Si has jugado Fallout y te ha gustado, STALKER es un juego recomendadísimo. 9/10

Pero la sombra de la obra cinematográfica Stalker es tan alargada, dejó tal huella en la cultura calectiva, que su influencia no acaba con su juego homónimo…

Hay otro «Stalker» jugable… que no es STALKER

Pues sí, y es la saga Metro. En su momento, el videojuegobasado en la novela homónima Metro 2033 tuvo bastante boom, y más la siguiente entrega, Metro Last Light. Como ya expliqué en el primer apartado, en esta película tan diferente del tipo de cine que estamos acostumbrados, y llena de misticismo, hablaba de un lugar extraño, La Zona, ciertamente anómalo y misterioso, del que quienes caminan por él son llamados stalkers. Más adelante se lo apropiarían personas que han estado expuestos a radiaciones, «Los que caminan por Chernobil», cuando ocurrió el desastre.

Y ahí es donde empiezan a surgir las coincidencias. Cuando en Metro te toca ir a la superficie, descubres que hay gente que se la juega también yendo por allí, en esa superficie irrespirable, conocidos como stalkers, «los que caminan por la superficie».

Portada de Metro 2033 Redux

No es el único nexo. El stalker de la película es alguien con un fuerte espíritu, tiene ese lado místico de alguien que conoce la Zona y sus secretos como algo prácticamente religioso. Aunque no es un stalker, Khan asemeja mucho ese tipo de personalidad, de alguien que conoce el metro como un ente a venerar, como algo sagrado.

Y no sólo eso. El estudio de desarrollo de STALKER, «GSC Game World», cerró en 2012 (aunque… volvió en 2014, y se habla de un posible STALKER 2…), y algunos de los que allí estaban formaron parte del equipo que desarrolló la saga Metro, más específicamente en el apartado artístico, donde se pueden comprobar claras referencias y homenajes.

Adentrándonos en el Metro de Moscú

Metro 2033 nos traslada a un Moscú post-apocalíptico, donde una guerra nuclear ha obligado a la gente a vivir en las redes de túneles y metros, siendo la superficie irrespirable. Nos encarnamos en la piel de Artyom, un joven de 26 años que vive una sucesión de aventuras con las distintas facciones del metro de Moscú mientras se enfrenta a bestias mutantes, a cada cual más raro y peligroso, y humanos hostiles de múltiples facciones.

Es un juego muy lineal, lleno de elementos del género de Terror y Supervivencia. Lo que más llama la atención, a pesar de que estuviese enfocado casi todo a una forma de continuar una trama literaria, es sin duda el apartado gráfico, cómo se ve todo ruinoso y carcomido por el tiempo o lo claustrofóbico que te sientes al tener que estar atravesando continuamente túneles o cuevas, es más, ni las pocas veces que sales a la superficie llegas a sentirte apenas libre de una angustia permanente.

La jugabilidad es aceptable tirando a pobre. Tal vez a alguien acostumbrado a jugar mundos abiertos le puede resultar demasiado tedioso y falto de elecciones propias del jugador, pero está hecho con esa finalidad, que fuese más importante la trama que el juego en si.

Personalmente, me pareció un juego decente, donde los aspectos positivos consiguen mantener la balanza con los negativos. La trama te cuenta una historia que a día de hoy es algo típica pero que está guay, bastante bien narrada. Entra bien, un poco falto en cuanto a jugabilidad se refiere, con la mayor parte de mecánicas muy situacionales o muy simples, pero con un apartado gráfico impecable e impresionante, tanto que en sí afecta al propio jugador, como si de una novela gráfica de suspense se tratase.

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