Al contrario de lo que sucedía en occidente, en Japón era habitual hacer películas de animación enfocadas en el público adulto, muchas de las cuales no llegaron a aquél y en caso de hacerlo, tuvieron una distribución anecdótica.
Con el paso del tiempo y gracias a internet, es relativamente fácil buscar esas películas del pasado y disfrutar de su visionado en la actualidad. En los últimos años me he dedicado a buscar algunas películas de las cuales solo oí hablar o alquilé en un videoclub muchos años atrás. Algunas las he encontrado con relativa facilidad, mientras que otras permanecen inalcanzables, quizás porque mi memoria ya no recuerda con claridad detalles importantes.
Sin embargo, en la búsqueda de esas películas de mi pasado, he tenido la suerte de encontrar muchas totalmente desconocidas para mí (como Demon City Shinjuku), siendo a veces muy disfrutables, como la que voy a comentar a continuación, Bio Hunter de 1995.
La película empieza con una escena de sexo, donde la chica reclama alimento a su pareja, para después sufrir una mutación y arrancarle el brazo al hombre, que huye aterrorizado. De aquí saltamos a una universidad donde conoceremos a Koshigaya, un profesor de química, que al parecer no le importa tontear con alumnas, y su compañero Komada, que resulta ser lo opuesto, pues es muy estricto consigo mismo y no se deja llevar por sus bajos instintos.
Ambos profesores están tratando de obtener una cura para “el virus demonio” que convierte a los afectados en monstruos que se alimentan de otros seres humanos. Komada es especialmente sensible para detectar a personas afectadas por el virus, pues él también está infectado, pero mantiene su lado demoníaco controlado gracias a su fuerza de voluntad, su excelente sistema inmunológico y grandes cantidades de comida.
La primera vez que veamos a ambos “Bio Hunters” entrar en acción es para tratar de salvar a la chica de la primera escena, a la cual su familia ha logrado retener y encadenar para que no haga más daño. Sin embargo, el antídoto no hace el efecto deseado y Komada se ve forzado a sacar su lado demoníaco para detenerla antes de que asesine a todos los presentes.
Mientras ambos profesores tratan de paliar los efectos del virus, una serie de asesinatos en serie sucederán en la ciudad, dejando en todos ellos a las victimas con las entrañas totalmente devoradas. Debido a los particulares eventos que ambos personajes presencian en su segundo trabajo, están bastante convencidos de que puede ser un infectado el responsable de los brutales asesinatos.
Mientras investigan, Komada se cruza con una chica perseguida por unos matones, a la cual ayuda. Una vez reunidos los dos profesores, la chica les cuenta que es la nieta de un famoso vidente que desapareció poco después de visitar a un poderoso hombre de negocios local y al parecer, los matones que la perseguían tenían órdenes de secuestrarla para tratar de localizar al vidente.
Pese a lo peligroso de la situación, Komada decide ayudar a la chica y Koshigaya también se une, especialmente complacido de que su amigo aun tiene algún sentimiento dentro. Sin embargo, la búsqueda no será fácil y los extraños asesinatos siguen sucediendo noche tras noche. ¿Lograrán los Bio Hunter resolver esos misterios?
Bio Hunter es una película corta (apenas una hora de duración) y, por lo tanto, su historia es bastante sencilla. Sin embargo, eso no es necesariamente malo, pues pese al poco tiempo de metraje se nos da unos personajes definidos y una historia que se va volviendo cada vez más interesante, hasta llegar a la violenta conclusión final. Así que podemos disfrutarla de principio a fin sin caer en el aburrimiento, pues su ritmo es muy bueno.
Los protagonistas parecen estereotipos (el vividor y el estricto), pero enseguida se alejan de esa idea preconcebida que nos hemos hecho de ellos, pues en ningún momento vemos a Koshinaga tontear con las mujeres que se le cruzan (como sería tan habitual en cualquier película) y podemos comprender que la rectitud de Komada se debe a que, al tener un monstruo dentro de él, siente pánico de lo que pueda hacer a otras personas si se deja llevar.
La relación entre ambos amigos está muy bien hecha, pues pese a que no se nos explica nada de su pasado conjunto, queda muy clara la situación de ambos. Komada es un personaje trágico, que incluso duda si se le puede considerar humano debido a su condición, motivo por el cual se priva de los placeres de la vida. Por su parte, Koshinaga intenta ayudar a su amigo en todo lo que puede. No solo crea un antídoto, sino que le anima a que disfrute de la vida y se preocupa por él, pese a saber que, si Komada pierde el control, seguramente sea él su primera víctima. Los otros personajes (el vidente, su nieta, el villano principal y los matones) son muy típicos en diseño y actos, pero al menos sirven para que la película funcione y, en el caso del villano principal, incluso esconde una ligera crítica (sus ansias de poder político y social hacen más fuerte al demonio que lleva dentro).
Bio Hunter tiene una atmósfera terrorífica bastante notable. Los monstruos que aparecen son deformidades grotescas, la ciudad es oscura y sin vida, pero la parte rural que aparece avanzada la película es colorida y encantadora. La película no tiene miedo en mostrar desnudos (tanto masculinos como femeninos) y estos suelen ser una preceder a la violencia, que es bastante explicita (con sangre y amputaciones). El apartado visual de la película es muy agradable, las animaciones son buenas, los fondos son variados y los monstruos tienen diseños diferentes entre sí, lo cual es un acierto, pues solo aparecen tres. Es cierto que los diseños de los personajes son muy del estilo de los años 90, pero es normal, pues es la época en la cual se lanzó.
Bio Hunter es una pequeña joya del anime para adultos. Es simple y dura poco, pero el visionado es notablemente agradable y la historia tiene un cierre bastante épico. Muy recomendada para los amantes del anime.
Algunas curiosidades
- La película está basada en el manga del mismo nombre, creado por Fuhijiko Hosono en 1989
- Yoshiaki Kawajiri también es responsable de otras obras como Wicked City, Ninja Scroll y Vampire Hunter D: Bloodlust.
- Siempre me ha parecido curioso que en el anime aparezcan marcas reales, ligeramente modificadas para evitar problemas legales, pero al mismo tiempo perfectamente reconocibles. En el caso de Bio Hunter, tenemos una lata de Coca Cola (o Coca Gola) en primer plano.
