[Jugando a…] Red Dead Redemption: Los primeros pasos de un mito de los juegos del Far West de mundo abierto

Plataformas
Nintendo Switch, PlayStation 4, PlayStation 3, Xbox 360, PC
Desarrollador
Rockstar San Diego
Distribuido por
Rockstar Games
Género
Aventura, disparos en tercera persona, mundo abierto, survival horror (Undead Nightmare)
Año
2023 (Switch), 2010 (resto de plataformas)

Lo más probable es que, al oír el nombre de la desarrolladora estadounidense Rockstar, a todo fan de los videojuegos que se precie le venga a la mente la archiconocida saga Grand Theft Auto. Ahora bien, si pidiésemos que pasasen por alto a ésta, habría otro juego que no tendría rival: Red Dead Redemption 2. Lanzado entre 2018 y 2019 para la mayor parte de las plataformas, este título ambientado en el salvaje oeste lograría una gran acogida debido a su vasto y rico mundo abierto, su capacidad inversiva y el mimo que pusieron sus desarrolladores en lograr el máximo realismo posible.

Tras la experiencia que brindó (calificada a menudo como inolvidable), no fueron pocos los que se quedaron con ganas de más y dieron un tiento al Red Dead Repemption original. Desde luego, el hecho de que RDD 2 fuese una precuela se revelaría como una maniobra muy inteligente. De un lado, permitía a los que se engancharon a la saga a través de ésta (la mayoría, diría yo) pudiesen seguir la historia a la perfección y que, tras probar la otra, pudiesen experimentarla como si se tratase de la verdadera segunda parte, acogiendo a muchos de los personajes con cariño y nostalgia.

Este no es mi caso. Hasta ahora no he probado aquella célebre precuela, sino que me he aventurado en el primer título de la saga a nivel de fecha de lanzamiento (sin contar Red Dead Revolver, claro). Nuevamente, a través de su versión de Switch, la cual, una vez más, incluye de serie su DLC, Undead Nightmare. Sin más dilación, pasaré a escribir sobre el mismo.

El ex-forajido John Marston no es más que un tipo sencillo que busca una nueva vida honrada.

El protagonista de Red Dead Redemption es John Marston, un antiguo maleante que pertenecía a la clásica banda de forajidos del Salvaje Oeste que había abandonado aquellas actividades para comenzar una nueva y honrada vida en un rancho con su esposa Abigail y su hijo Jack. Por desgracia para él, unos agentes del gobierno los secuestraron como medio de presionar a John para que diese caza a sus antiguos compañeros de fechorías, empezando por Bill Williamson. Aunque nuestro forajido reconvertido en justiciero intentó razonar con aquél, no pudo evitar ser gravemente herido y abandonado en el desierto hasta que fue encontrado y acogido por Bonnie McFarlane y su familia. Dar caza a Bill y sus secuaces no iba a ser tarea sencilla.

Para avanzar en el juego habremos de completar una serie de misiones principales que podremos elegir con relativa libertad. Esto se debe a que cada una está asociada a un personaje concreto y con frecuencia hay más de una disponible al mismo tiempo. Asimismo, el mundo es abierto, sin pantalla de carga alguna, aunque se irá “abriendo” conforme progresemos. Al principio no podremos llegar a la parte norte del mapa ni a la parte mexicana de la rivera del río Bravo, pero, a pesar de todo, el área disponible para explorar será considerable desde un principio.

Bonnie Macfarlane acoge a Jonh tras encontrarlo medio muerto en medio del desierto.

Al igual que tantos otros juegos, Red Dead Redemption no se limita a las mencionadas misiones principales, sino que nos permite perdernos en su mundo con las excusas de las misiones secundarias (también asociadas a otros personajes), aunque también tiene otros modos de hacernos exprimir su contenido. Uno de ellos son los desafíos, tan variopintos como dar caza a animales concretos, recolectar un cierto número de plantas, encontrar tesoros a través de mapas (los cuales se me hicieron bastante crípticos, por cierto), o cumplir una serie de requisitos en enclaves concretos del mapa. Esto último también es aplicable para ir consiguiendo los materiales que necesitamos para los diferentes atuendos con los que podemos vestir a John.

Pero lo que realmente marca la diferencia con otros juegos de mundo abierto de la época (e incluso posteriores) es su capacidad de hacerlo sentir realmente vivo. Y es que, cuando estemos cabalgando por los vastos desiertos americanos o por los poblados, no sabremos lo que nos vamos a encontrar debido a los eventos aleatorios que aparecerán a nuestro paso. Por ejemplo, podríamos toparnos con alguna señorita puede pedirnos que la llevemos a la localidad más cercana, con un infeliz que está a punto de ser devorado por una jauría de coyotes, con pacíficos ciudadanos cuyo caballo ha sido robado por un maleante o incluso seremos retados a un duelo, entre muchos otros. En una ocasión, mi caballo fue robado por una mujer de mal vivir cuando bajé del caballo para recoger una planta. Todas estas “mini-misiones” se cancelarán automáticamente en cuanto nos alejemos un poco.

Cuando completemos todas las tareas mencionadas ganaremos fama y honor, lo cual nos otorgará con el tiempo ciertos privilegios, además de ser saludado por nuestro nombre por los habitantes del lugar. A la inversa, si comentemos crímenes seremos perseguidos por las autoridades hasta que paguemos una suma en el edificio correspondiente.

Las «micro-misiones» de las personas en apuros que encontremos las despacharemos en poco tiempo.

Aunque a veces obtendremos algo de dinero con las tareas arriba mencionadas, hay otras con las que nos ganaremos mejor las habichuelas en Red Dead Redemption. Una de ellas es, simplemente, la de desempeñar trabajos nocturnos. Cuando aceptemos tomar parte en el evento, patrullaremos el pueblo en busca de gente haciendo fechorías con la ayuda de un perro. Al principio serán sencillas en extremo (echar el lazo a uno de los implicados en una pelea a puñetazos), pero se irán complicado cuando lleguemos a nuevas áreas. La doma de caballos será otra de las actividades.

Otro medio de ganar dinero es el de capturar bandidos, si arrancamos el cartel colgado en el lugar correspondiente. La suma será modesta si lo matamos, y más elevada si le echamos el lazo y lo llevamos vivo a la oficina del sheriff. A cambio, seremos hostigados por miembros de su banda a lo largo del trayecto, lo cual implicará una dificultad mayor. Además, a veces les dará por huir antes de que les demos caza.

Las entregas de fugitivos nos reportarán un dinero extra, especialmente si los entregamos vivos.

Por último, tenemos una serie de minijuegos al más puro estilo del salvaje oeste: póker, Blackjack (los clásicos juegos de cartas con sus correspondientes reglas), dado mentiroso (indicar el número de dados de cierto número y adivinar si los rivales se tiran un farol), el juego de la herradura (lanzar el objeto lo más cerca posible de una varilla), juego de cuchillo (apto para los más hábiles pulsando botones) y pulsos.

El dinero tiene su importancia en este juego, pues con él compraremos o alquilaremos alojamientos repartidos a lo largo del mapa. Éstos no sólo nos permitirán guardar la partida, sino que reanudaremos la partida en el mismo lugar si morimos, por lo que conviene que no esté muy alejado de donde nos encontremos. También será necesario adquirir caballos (cuanto más resistencia y velocidad tenga, más caro será), medicinas para recuperar vida, armas, munición y otros objetos que mencionaré más adelante.

El Dado Mentiroso es mi minijuego favorito.

Aunque hemos tratado diversas cuestiones del sistema de juego de Red Dead Redemption, falta un elemento fundamental que no deja de ser un shooter en primera persona: un sistema de combate centrado en los disparos. A través de un menú radial (L en Switch) accederemos a distintas armas que no siempre son de fuego o ni tan siquiera mortales. Por ejemplo, desde allí podemos activar el lazo para atar a personas o domar caballos, o para liarnos a puño limpio, así como usar dinamita o bombas incendiarias. En todo caso, la gran mayoría lo son. Las casillas se destinan a tipos de armas concretas: revólveres, escopetas, fusiles y fusiles de precisión. Cada cual tiene su tipo de munición específica que podemos comprar en la tienda u obtenerlas de enemigos caídos (otro tanto sucede con el dinero, si saqueamos a los cadáveres).

El sistema de disparo no tiene mucha historia. En Switch, desenfundamos con ZL, disparamos con ZR y nos ponemos a cubierto con R. En cambio, el modo Dead Eye es más particular y constituye su seña distintiva. Si presionamos la palanca derecha (la que permite controlar la cámara y apuntar) el tiempo se ralentizará para que podamos apuntar a varios objetivos simultáneos fijádolos con R. Resulta sumamente útil en enfrentamientos contra varios enemigos o en blancos difíciles, aunque el tiempo que podemos usar ese modo de forma seguida será limitado. Eso sí, si compramos tabaco de mascar y licor ese lapso se verá ampliado.

El Dead Eye nos facilitará mucho la vida, especialmente en las situaciones en las que apuntar como es debido es más complicado.

Si hay algo que se me ha hecho pesado de Red Dead Redemption son los viajes de un lado a otro, algo inevitable en todo juego de mundo abierto, y pese a que se compensa en cierta medida con los citados eventos aleatorios o las conversaciones durante las misiones (lo cual resulta molesto en español al tener que depender de los subtítulos). Ahora bien, he de decir que lo pude sobrellevar mejor que en L.A. Noire. Al menos, aquí es posible hacer viajes rápidos, ya sea en los campamentos u omitiendo los viajes de las diligencias o ferrocarriles (este último medio de transporte lo usaremos mucho menos, pues tiene que coincidir que el tren pase por la estación del pueblo en el que nos encontramos). Por desgracia, la interfaz es la menos intuitiva que he visto en un juego de este estilo y, en todo caso, a muchos lugares no quedará más remedio que desplazarse al galope.

Como nota positiva (además de todo lo ya mencionado) destacaría su guion y trasfondo. La realidad que nos muestra es dura, descarnada y sórdida por momentos. Muchas de las ideas hegemónicas del momento, como el racismo tan candente por entonces, son reflejadas sin ningún tipo de tapujo, y, en general, veremos la imperfección y la miseria humana allí por donde vayamos. Ello no quitará que nos topemos con detalles que podríamos considerar cómicos. Un tipo de humor ácido, tremendamente sarcástico y hasta negro, pero humor, al fin y al cabo.

Las diligencias son uno de los equivalentes a los viajes rápidos.

Por último, no podría dejar de mencionar el DLC de Red Dead Redemption que agrega un modo a los dos niveles de dificultad en el menú (normal y extremo). Se trata de Undead Nightmare, al que llamo de forma coloquial como “modo zombi”. Debo reconocer que me sorprendió gratamente, pues me esperaba un simple minijuego de disparos de zombies. Por el contrario, nos brinda toda una nueva historia y una excusa para volver a explorar el vasto mapeado desde un punto de vista totalmente distinto, el del survival horror. En él, habremos de salvar a los distintos asentamientos de las hordas zombis que los ataquen mientras indagamos en el origen de la plaga.

Lo cierto es que se me hizo más entretenido que el propio juego base. Las armas son todavía más variadas, podemos hacer viajes rápidos de un asentamiento a otro desde nuestra habitación (algo que debería haber sido posible en la historia principal) y, en general, las peleas contra unos zombis de diversos tipos y siguiendo las clásicas reglas de acabar con ellos dispararlos a la cabeza o quemarlos suponen un soplo de aire fresco. Además, el DLC está imbuido de un estilo de película de serie B, en el sentido más cutre del término, que lo hace hilarante además de terrorífico. De hecho, el humor está todavía más presente aquí, como si en parte no se tomase en serio a sí mismo. A ratos, he tenido la sensación de estar jugando a una especie de Zombies Party/Shaun of the Dead (2004) ambientado en el Oeste.

Desafortunadamente, hacia el final del juego se empobrece mucho el tipo de munición (sólo encontraba balas de revólver, lo que me hace pensar en algún tipo de bug). Esto elimina la necesidad de hacer malabarismo con las armas y las municiones, resintiéndose mucho la experiencia de supervivencia. A cambio, obtendremos armas y accesorios exclusivos del juego.

En Undead Nightmare, el Dead Eye será incluso más importante, pues sólo podremos despachar a los zombies con tiros en la cabeza (bueno, y quemándolos con las antorchas y con otros procedimientos).

Red Dead Redemption es, en resumen, un juego notable que marcó un hito en su momento. Su mundo abierto parece vivo gracias a sus eventos aleatorios, y nos mantendrá ocupado durante horas gracias a los múltiples desafíos que nos ofrece, desde la caza y la recolección hasta la captura de bandidos, pasando por sus múltiples minijuegos. La historia nos sumerge en la mentalidad de una época no tan lejana, pero totalmente ajena sin perder un sentido del humor ácido e irreverente. Como guinda del pastel, el DLC Undead Nightmare nos permitirá revisitar el mapeado desde un prisma totalmanete diferente: el survival horror, donde balear a hordas de zombis sin perecer en el intento será la máxima.

A mí se me hizo pesado a ratos debido a mi relación de amor-odio con los juegos de mundo abierto (a lo que no ayuda su terrible, interfaz de viajes rápidos), sus ocasionales bajones de ritmo y a no ser especialmente ducho con los shooters, pero eso no me impide ver el juegazo que es. Cualquier jugador de Switch debería darle un tiento, sabiendo, eso sí, que sale perdiendo con lo mal hechos que están los botones y palancas de los joycons, por lo que resulta recomendable contar con un mando alternativo. A cambio, gana en FPS, resolución y en una paleta de colores mejorada con respecto a las versiones de la época.

No importa los años que tenga este juego, los paisajes siguen siendo una delicia visual.
0
Nos encantaría saber tu opinión, por favor comentax