Portada de La Primera Profecía (The First Omen)

[HorrorScience] The First Omen – Un Tributo Poco Inspirado que Falla en Capturar la Esencia del Clásico de 1976

Portada de La Primera Profecía (The First Omen)
Release Date
2024
Dirección
Arkasha Stevenson
Reparto
Nell Tiger Free, Ralph Ineson, Sonia Braga
Guion
Tim Smith, Arkasha Stevenson, Keith Thomas

«The First Omen» (La primera profecía), dirigida por Arkasha Stevenson, se erige como una precuela con la intención de explorar los orígenes del infame Damien Thorn. Sin embargo, lo que podría haber sido una oportunidad para reinventar y profundizar en la mitología de la saga, termina siendo un ejercicio de imitación que carece de la chispa y originalidad que hicieron de «The Omen» de 1976 un clásico instantáneo.

Una trama familiar en un escenario renovado

La película sigue a Margaret (interpretada por Nell Tiger Free), una joven novicia estadounidense que viaja a Roma para tomar los hábitos. Ambientada en 1970, la trama nos sumerge en un mundo de conspiraciones eclesiásticas y rituales oscuros que eventualmente llevarán al nacimiento del Anticristo. Si bien el escenario de la Roma de los años 70 ofrece un telón de fondo interesante, con sus disturbios estudiantiles y la tensión social de la época, la narrativa en sí misma se siente demasiado familiar para los conocedores de la saga.

Homenajes que se convierten en imitación

A medida que la trama se desarrolla, se hace evidente que Stevenson y su equipo han optado por el camino seguro, recreando escenas icónicas de la película original en lugar de forjar un camino propio. Uno de los ejemplos más flagrantes de esta falta de originalidad es la recreación de la famosa escena de la muerte del sacerdote en la original. Mientras que en 1976 esta escena fue impactante y novedosa, aquí se siente como un homenaje forzado que carece del impacto y la sorpresa del original.

La película está plagada de estos «guiños» a la obra de Richard Donner, desde la presencia del padre Brennan (que juega con la nostalgia de los fans) hasta las escenas de persecución y muerte que, aunque técnicamente bien ejecutadas, carecen de la innovación y el impacto emocional de sus contrapartes originales.

Estética impresionante, pero falta de sustancia

No se puede negar que «The First Omen» es visualmente impactante. La decisión de rodar en 35mm le da a la película una textura y una calidez que complementan perfectamente la ambientación de los años 70. La dirección de fotografía de Aaron Morton captura magistralmente la atmósfera opresiva de Roma, con sus callejuelas estrechas y sus imponentes iglesias.

Sin embargo, esta belleza visual no logra compensar la falta de profundidad en la narrativa. La película se queda en la superficie de los temas que intenta abordar, como la corrupción dentro de la Iglesia y el papel de la fe en un mundo cada vez más secular. Estos elementos, que fueron tratados con mayor sutileza y profundidad en la original de 1976, aquí se sienten más como telón de fondo que como parte integral de la historia.

Actuaciones sólidas en personajes poco desarrollados

El elenco hace un trabajo admirable con el material que se les ha dado. Nell Tiger Free ofrece una interpretación convincente como Margaret, capturando la lucha interna del personaje entre su fe y las horribles verdades que va descubriendo. Bill Nighy, como el cardenal Lawrence, aporta su habitual carisma y presencia a un papel que, lamentablemente, no está tan bien desarrollado como podría.

Sin embargo, a pesar de estas actuaciones sólidas, los personajes en general carecen de la profundidad y el desarrollo que podrían haber elevado la película. Margaret, en particular, a pesar de ser la protagonista, no logra capturar completamente la simpatía del público de la manera en que lo hicieron los Thorn en la original.

Entre el terror psicológico y el body horror

«The First Omen» intenta combinar el terror psicológico de la original con elementos más modernos de body horror. Algunas de estas escenas son efectivas y perturbadoras, recordando al cine giallo italiano de los 70. Sin embargo, en ocasiones la película parece confiar demasiado en el impacto visual del gore, perdiendo de vista la tensión psicológica que hizo tan efectiva a la original.

La sombra del original

Quizás el mayor problema de «The First Omen» es que nunca logra escapar de la sombra de su predecesora. La película de 1976 no solo era una historia de terror efectiva, sino que también jugaba con las ansiedades de su época, cuestionando la naturaleza del mal y la decadencia de las instituciones. Esta precuela, en comparación, se siente más como un ejercicio de estilo que como una exploración genuina de estos temas.

Conclusión: Un tributo que no logra brillar con luz propia

En última instancia, «The First Omen» es una adición al género del terror religioso que, aunque competente en su ejecución técnica, carece de la originalidad y la profundidad que podrían haberla convertido en una digna precuela. Para los fans de la saga, ofrece algunas migajas de nostalgia y momentos de tensión efectiva, pero para aquellos que buscan una experiencia de terror fresca y provocadora, es probable que se sientan decepcionados.

A pesar de sus fallos, es innegable que la película tiene sus momentos y que, para el público menos familiarizado con la saga original, puede ofrecer una experiencia de terror decente. Sin embargo, para aquellos de nosotros que hemos crecido con el impacto duradero de «The Omen» de 1976, esta precuela se siente como una oportunidad perdida de revitalizar verdaderamente la franquicia para una nueva generación.

Que no se me malentienda: como ya he mencionado, la película tiene lo suyo, especialmente en el apartado visual, en algunas escenas impactantes, y en la actuación de Nell Tiger Free, que hoy en día es el casting perfecto para este tipo de personajes.

Algunas curiosidades sobre «The First Omen»

  • La Primera Profecía estuvo a punto de recibir una clasificación NC-17 (para mayores de 17 años), en gran parte por la perturbadora secuencia del parto, pero después de volver a enviar la película a la MPA cuatro veces (con la escena problemática incluida en cada nueva presentación), la MPA finalmente cedió cuando se redujo de sus 13 segundos originales a su forma final, recibiendo una clasificación R.
  • Cuando Maggie llega a Roma, el cardenal Lawrence le explica que hay disturbios en curso entre los ciudadanos italianos, motivados, entre otras cosas, por estudiantes insatisfechos con el estado y la Santa Iglesia. Esto es históricamente exacto: después de la revolución social de París en mayo de 1968, esto se extendió a otros países de Europa. En Italia duró desde 1969 hasta fines de la década de 1980, un período conocido en el país como los Años de Plomo.
  • La película se desarrolla en 1971, justo antes de los acontecimientos del prólogo de «La profecía» (1976) (aunque el prólogo de «La profecía» en realidad tuvo lugar en 1970, como se ve en las lápidas de la película original).
  • El personaje de Ralph Ineson, el padre Brennan, es una versión ligeramente más joven del mismo papel interpretado por Patrick Troughton en La profecía (1976). Throughton tenía 55 años en el momento del rodaje, mientras que Ineson tenía 52.
  • Se utilizaron edificios de Villa Parisi y una granja en Procoio para representar el orfanato.
  • Las manos del cardenal Lawrence parecen estar parcialmente paralizadas (dedos anular y meñique). No se trata de una elección de personaje, el actor Bill Nighy sufre de contractura de Dupuytren. Es una enfermedad hereditaria que hace que los dedos anular y meñique de cada mano se doblen permanentemente hacia adentro, en dirección a la palma.
  • La fotografía principal se realizó en locaciones en Roma y en los estudios Lumina.
  • Es la primera película de la saga «Omen» en 18 años, desde La profecía (2006).
  • Debut de Nicole Sorace (Carlita Scianna) en un largometraje.
  • Cuando Margaret está aprendiendo una frase en italiano con la ayuda de los niños, uno de los niños le dice que la frase significa «soy maestra y me encanta enseñar», seguido de la risa de los otros niños. La frase que Margaret dijo en realidad significa «soy una mariposa y tengo que volar».
  • El sótano se creó en el estudio de sonido.
  • La canción que se escucha por un momento durante el trayecto desde el aeropuerto hasta el convento es «Some Velvet Morning» de Nancy Sinatra & Lee Hazlewood, grabada originalmente a finales de 1967.
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