Álvaro López y Marta García, autores de Mi vecino Miyazaki, nos cuentan todos los detalles sobre un libro que repasa la historia del estudio cinematográfico de animación Studio Ghibli, famoso por películas como la oscarizada El viaje de Chihiro.
Nos atienden en un tranquilo parque de Madrid un sábado por la mañana. Están contentos y se nota en sus rostros. No es para menos considerando que apenas unos días antes habían presentado la obra que han escrito durante meses conjuntamente para celebrar el amor al estudio japonés.
Tras los primeros minutos la entrevista pasa a ser una agradable conversación con dos personas enamoradas de los mundos mágicos de Ghibli. Desprenden sensibilidad, responden con mucha complicidad y se les iluminan los ojos al hablar de esa pequeña criatura llamada Mi Vecino Miyazaki. Os animamos a descubrir por qué.
El libro se llama Mi vecino Miyazaki. ¿Qué tipo de vecino créeis que sería Hayao Miyazaki? ¿De los que irías a pedirle sal y huevos?
Marta: (risas) Hombre, teniendo en cuenta su carácter japonés yo creo que a todo vecino japonés se le puede pedir favores y tú recompensarle con otros. Pero sinceramente yo siempre he pensado que Miyazaki tiene que ser una persona un poco peculiar a la hora de tratar con él, creo que tiene que pasar mucho tiempo hasta que logres coger confianza.
Álvaro: Yo creo que tiene que ser un vecino incómodo porque es muy activista en todo, así que si tu vas a pedirle sal a lo mejor te pide que le firmes… yo que sé, contra las plantas nucleares (risas).
Esa cercanía que reflejáis en el título del libro, ¿se encuentra también entre sus páginas? ¿Vamos a conocer al Studio Ghibli desde otro prisma más personal?
A: Esa es la principal premisa del libro, lo que intentamos desde el principio. Existen otros dos libros sobre el tema que son Antología del Studio Ghibli que está más centrado en los datos y que tiene opinión, pero no tiene el sentimiento que nosotros buscamos a través del blog, y después está El mundo invisible de Hayao Miyazaki que es un tocho (risas). Laura Montero es nuestra amiga y la queremos mucho, pero es verdad que mucha gente lo ha leído y dice “cómo cuesta” (risas).
M: (interrumpe) Pero es un libro necesario el suyo para sentar las bases académicas. Nosotros tampoco queríamos un libro ni académico ni informativo, queríamos más un termino medio, un poco transmitir esa cercanía y esa pasión que ha sido siempre el objetivo. Lo hemos intentado por eso adornar con anécdotas, con curiosidades y tener un tono cercano pero que sea didáctico. Creemos que lo hemos conseguido… ¡esperemos!
¿Está enfocado al que conoce la trayectoria del estudio o sirve como primer acercamiento al mismo?
A: Yo creo que sirve para todos y creo que hemos conseguido eso incluso inconscientemente porque en principio nosotros dijimos… “¿Con spoilers y con todo?” “Pues sí, venga». Pero después hemos visto que la gente descubre las películas a través de eso. Yo le he pasado el libro a gente que no tiene ni idea, que no ha visto ni una y dicen “pues son interesantes los temas estos”. En la presentación del libro nos decían eso, que no sabían que detrás de estos dibujos había tanto tema.
M: Algún spoiler puede haber ahí porque es difícil analizar las películas sin describir escenas. Así que yo, bajo mi punto de vista, se lo recomendaría o a alguien que las haya visto por primera vez o tiene curiosidad por verlas, o a alguien que no le importen los spoilers y quiera acercarse. Yo creo que al final no hay tantos al fin y al cabo.
¿Cómo está siendo la distribución? ¿Dónde podemos encontrar el libro?
M: Pues la editorial, si consultáis su página web, tiene el apartado distribución y por lo que tenemos entendido pues… (reflexiona) así que recuerde tienen en comunidades autónomas como Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña, en Madrid, por supuesto… Pero también sabemos que aunque se ha retrasado un poquito en otros sitios a Castilla y León también vimos que había llegado, a Galicia… Esa distribución al final es más lenta pero acaba llegando, así que de momento en casi todas partes lo hemos visto.
A: Es que además hace muy poco que se ha lanzado, es una editorial mediana, así que va llegando.
M: En casi cualquier sitio con Fnac y Corte Inglés, en grandes centros… pero también en casi cualquier tienda especializada en cómics y libros de divulgación sobre cine tenemos conocimiento de que está. Y en Amazon también.
¿Es este vuestro primer libro publicado o alguno ya tenía experiencias previas en la publicación de libros?
A: Es el primero, sobre todo a modo más personal yo he colaborado en alguno pero ni siquiera sé si han salido en formato físico (risas).
M: Yo ya había publicado en revistas universitarias y en concursos literarios pero de este calibre sinceramente es el primero.
¿Por qué el libro lo habéis hecho entre dos? ¿Cómo os proponéis hacerlo así?
M: Porque surgió así, porque fue una idea que tuvimos tiempo atrás y decíamos “oye ¿y si intentáramos publicar un libro?” y empezamos a sacar ideas y a decir “pues yo lo haría así” “ay pues yo así…”. No sé, desde el principio fue un proyecto de dos así que no tenía sentido hacerlo de ningún otro modo.
A: Es que es eso, es una idea que viene desde hace por lo menos dos o tres años pero no teníamos editorial ni nada. Pero surgió la posibilidad y nos dijo una conocida que ella conocía a un editor y tuvimos la suerte de que le encantó la idea, no nos puso ningún problema… y para adelante (risas).
Con la que está cayendo, ¿no os dio un poco de miedo el proyecto?
Manu Robles y Laura Montero son las piezas fundamentales en España sobre Ghibli y han sido nuestros maestros en esto.
A: No, es una oportunidad, es una gran oportunidad.
M: No, en absoluto. Yo creo que pocas cosas hay más satisfactorias que plantearte un reto y resolverlo. En poco tiempo además (risas). Plantearlo en serio fue desde a partir de diciembre/enero, pero realmente es lo que siempre digo, el primer capitulo, el suyo y el mío, los primeros que escribimos cada uno, los entregamos en mayo y la ultima prueba de corrección que nos dio tiempo a hacer la mandamos ya en septiembre. Así que sí, fue masivo pero pudimos (risas).
A: Por eso fue muy bueno que fuéramos dos, porque hicimos la mitad cada uno, sino no hubiese dado tiempo ni nada.
Sabemos que tanto Manu Robles como Laura Montero han colaborado en vuestra publicación pero, ¿qué tiene Mi Vecino Miyazaki que no tengan los volúmenes de Antología del Studio Ghibli o El mundo invisible de Hayao Miyazaki?
Queríamos romper esa idea de que la animación es para un grupo de frikis muy reducidos y que realmente es algo que se merece un valor más importante del que está teniendo.
A: Para nosotros ellos dos son las piezas fundamentales en España del tema y hemos tenido muchísima suerte de que nos hagan el prólogo y el epílogo.
M: Son amor (risas).
A: Sí, son amor absoluto (risas). En los agradecimientos y en alguna página se lo hemos dicho. Yo personalmente cuando empecé el blog [Generación Ghibli] ya existía el de Manu [Studio Ghibli Weblog] y para mí es como el referente, la persona en la que fijarme. ¡Y todavía no lo he conocido en persona! Así que va a ser en el Salón del Manga de Barcelona cuando lo conozcamos.
M: Sí, han sido nuestros maestros. A Manu tenemos muchas ganas de conocerle y yo personalmente estoy muy unida a Laura, le tengo muchísimo cariño y comparto amistad con ella. Sus publicaciones han servido, en el caso de Manu para acercar a lo que en aquel momento apenas se conocía como Studio Ghibli, y en el de Laura ha servido para sentar las bases académicas que hacían falta para empezar a tomarse en serio, desde una perspectiva investigadora lo que es el cine de Hayao Miyazaki. Así que nosotros quizás aportamos un acercamiento más pasional o sentimental.
A: Yo modestamente creo que nuestro libro es el asentamiento. Los otros han puesto las bases y nosotros hemos intentado asentar la afición a la películas del estudio.
M: Mi Vecino Miyazaki potencia mucho el sentimiento de hermandad y de colectividad, porque también hemos pretendido que al mismo tiempo que nosotros planteábamos nuestra opinión de un modo un poco más sentimental de tantas veces que hemos visto las películas y hemos reflexionado sobre ellas, pero también como hemos querido que mucha gente participara en el libro y diera su opinión pues hemos conjugado ese amor por Ghibli desde diferentes perspectivas.
Que ahora que me fijo tras nombrar los nombres de los otros libros que hay publicados, el nombre de Hayao Miyazaki siempre aparece en el título de todas las publicaciones. ¿Tiene más tirón comercial que incluso Studio Ghibli?
A: Totalmente, y además, cuando se planteó el título, en nuestro caso las claves eran que tuviera las palabras: Miyazaki, Studio Ghibli y animación japonesa. Es curioso, a la gente le sorprende, porque en la presentación nos preguntaban por qué Miyazaki y no Mi vecino Takahata (risas) pero en el libro no hacemos distinciones. Hablamos de Takahata, de Miyazaki, de Yosifumi Kondo, de Tomomi Mozizuki que sólo ha hecho una película… Hay total imparcialidad, lo que pasa es que Miyazaki ha hecho más películas y más importantes.
El proceso de creación del libro ha sido suerte, casualidad, como un primer amor. Es estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
En este proyecto no habéis estado solos, más allá de Manu Robles y Laura Montero, ¿hay más colaboraciones en el libro?
M: Muchísimas, hay 60 en total incluyendo a ellos dos.
A: Además es gente muy distinta, hay aficionados, pero también hay gente que se pueden conocer como por ejemplo un productor importante, quizás no es famoso pero sí es muy importante en la industria de la animación española.
M: Lo interesante de esto es que la animación siempre ha tenido un estigma que pesa sobre ella y que hace que no se tomen en serio a los estudios cinematográficos, y si encima le añadimos que es animación japonesa pues aún más. Nosotros queríamos romper un poco con esa idea de que la animación es para un grupo de frikis muy reducido, que es algo que se merece atención y un valor más importante del que está teniendo. Por eso hemos querido que las personas que participaran fueran muy variadas; tenemos profesores universitarios, cineastas y personas de la industria del cine, algún presentador de televisión, niños y personas mayores, amigos y familia.
A: Pero sobre todo lo importante es que la inmensa mayoría es gente que ha sido importante en el blog a lo largo de los cinco años y que en momentos puntuales han colaborado. También es un homenaje a toda la comunidad que nos ha apoyado.
¿Estáis satisfechos con el recibimiento que ha tenido hasta la fecha?
A: Muy contentos, datos exactos no tenemos, pero consultando en la página de Fnac ves que está entre los cien libros más vendidos y las sensaciones son buenas porque nos envían muchas fotos con el libro y parece mentira porque cuando estás en un blog delante del ordenador no percibes tanto, pero con el libro muchas personas se han puesto en contacto con comentarios muy positivos.
M: Se nota mucho el cariño y el calor de la gente, quienes dicen que les gusta mucho el estilo, que lo ven cercano y cálido. Ese es justo el objetivo que queríamos transmitir así que es estupendo.
Entrando en todo lo que ha sido el proyecto entre bambalinas, ¿ha sido complicado encontrar una editorial que publicara vuestro libro?
M: Ha sido suerte, casualidad, como un primer amor, estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
A: (interrumpe) Y con la editorial adecuada además, que es la que nos ha permitido hacer un libro muy bien hecho, con total libertad, diseño, tapa dura, imágenes a color, más de 400 imágenes…
M: Nosotros ya estábamos planteando el proyecto y casualmente ellos estaban buscando así que fue un nexo de unión que surgió.
¿Os habéis encontrado con algún tipo de traba legal de derechos al poner imágenes o comentar ciertas cosas en el libro?
M: Hay una cláusula por la que se sujeta todo esto. Realmente las imágenes son un apoyo y no tienen el peso legal que tienen que tener, además hay que tener en cuenta de que el libro tiene un fin divulgativo muy claro lo cual no hay un ánimo de lucro excesivo que recaiga en la imágenes.
A: Las imágenes cumplen una función de apoyo al texto, nosotros hablamos de una cosa y ponemos la imagen así que no va a haber trabas. Además estamos en España, en países como Francia y Estados Unidos te ponen muchos problemas pero en España se han editado ensayos no sólo de Studio Ghibli, también de Dragon Ball, Naruto…
¿En qué momento pensáis “oye, tenemos que escribir un libro sobre esto que tanto nos apasiona”?
M: Me acuerdo de ese día (risas). Resulta que hay dos personas que colaboran en el libro y un día recuerdo que fui a hacerles un reportaje en Málaga sobre su taller de artesanía. Son un encanto y unos profesionales como la copa de un pino. La cuestión es que durante el reportaje no sé cómo salió la conversación pero me dijeron“oye, ¿y a vosotros no se os ha ocurrido nunca escribir un libro o algo así?” y yo les decía “no sé, porque con el blog tampoco nos lo planteamos”. Y recuerdo que llegué a casa y le escribí a Álvaro con lo que había hablado ese mismo día y nos planteamos hacerlo.
A: Además, el punto de esa conversación fue que nos dijeron que nosotros escribíamos de una forma distinta a Manu que lo veían como más frío y que les gustaría ver un libro con nuestro estilo. A partir de ahí nosotros empezamos a pensar a ver qué estilo tenemos y todo eso (risas).
Si la gente ya lo tiene todo gratis en internet tenemos la obligación moral de no hacerles pagar por lo mismo. Había que escribir algo nuevo y plasmar el momento.
Más o menos, ¿cuánto material habéis recopilado exclusivamente para el libro y cuánto teníais de antes, del blog Generación Ghibli o de cualquier sitio para el que habéis colaborado?
A: Es todo nuevo en el libro, es todo cosecha propia.
M: En un principio pensé que se podrían utilizar artículos del blog, pero al final usé un par de ellos que había hecho sobre yokais y términos mitológicos. Hay mucha acumulación de notas, de consultas, de documentos, de las entrevistas de Miyazaki…
A: Además pensamos en la gente, si ya lo tienen gratis en internet tenemos tiempo para escribir algo nuevo y plasmar el momento.
M: Y también está la obligación moral de no hacerles pagar por algo que ya tienen en el blog.
¿El libro trata de resumir toda la filmografía del estudio desde sus orígenes o desde qué enfoque se ha abarcado el trabajo de la productora?
M: En un principio queríamos hacerlo por temas, dividiéndolo en “el amor”, “la vejez”, “la naturaleza”. Pero luego nuestro editor Lorenzo Pascual nos puso los pies sobre la tierra y nos dijo que lo ideal sería aplicar el criterio cronológico porque a la gente que lo lea le va a resultar mucho más cómodo y más sencillo. Así que finalmente hicimos una mezcla entre los dos aspectos, ordenando las películas cronológicamente desde Nausicaä hasta El viento se levanta pero a su vez dentro de esos capítulos hay un orden por temas como el amor, la vejez, la contaminación o el apocalipsis.
La industria del anime está mal planteada en España. ¿Por qué en vez de mantener exhibiciones de una semana a todas horas que se sabe que no se llena, no se dosifican las sesiones?
¿Habéis expuesto todos los aspectos que queríais mencionar sobre el estudio o ya hay alguna idea de sacar en el futuro un segundo libro?
A: Se nos ha quedado mucho, que incluso tuvimos que quitar la mitad de cada capítulo en las últimas dos semanas, ya que el maquetador nos dijo (risas) “Sobra. Tenéis para unas 400 páginas, y las páginas son 280, como máximo”.
M: También nos hubiera gustado profundizar más en las producciones anteriores a la fundación de Studio Ghibli, como Heidi, Marco o Ana de las tejas verdes, El castillo de Cagliostro, Conan, pero eso ya es inabarcable.
Todo mínimo fan de la animación conoce Studio Ghibli y ha visto alguna de sus películas, pero luego cuando llega el momento de estrenar una obra nueva se proyecta en muy pocas salas y recauda bastante poco. ¿Por qué creéis que pasa esto?
A: Porque en mi opinión la industria del anime está mal planteada en España. Yo me di cuenta de que en el último año se hacían proyecciones de un único pase como con Evangelion y se llenaban los cines, y yo digo: ¿por qué en vez de mantener exhibiciones de una semana a todas horas, que no se llena ni de coña (risas) no se dosifican las funciones? Pasó con El viento se levanta, que tu ibas al cine y había dos personas en cada sesión. Pero eso es un problema del cine en general, y de que hay mucho “inmovilismo” en la industria, y no lo podemos solucionar. Hay afición, pero no tanta como por ejemplo para las películas de Hollywood.
Y hablando de las películas de Ghibli, a nivel personal, ¿con cuál os quedaríais de todo el estudio?
M: El viaje de Chihiro, sin dudas.
A: El viaje de Chihiro (risas).
¿Coincidís los dos en esa?
M: Y en nuestras tres preferidas, sí.
A: El viaje de Chihiro, Susurros del corazón y La princesa Mononoke.
M: Y es curioso que a los dos nos guste Susurros del corazón porque no es tan conocida, pero Álvaro cuando la vio sintió una sacudida que es la misma que sentí yo en ese momento, y creemos que esta película es una joya infravalorada y nosotros la reivindicamos desde aquí.
A: Y además es la película por la que Marta se acercó al blog cuando aún no nos conocíamos, porque lo primero que me dijo fue “he leído tu crítica de Susurros del corazón, ¡y piensas exactamente lo mismo que yo!”
Hemos hablado de la que más os gusta, pero ¿y la que menos?
M: Yo diría que ahí también coincidimos. Haru en el reino de los gatos.
A: Y un poco Mis vecinos los Yamada.
Es difícil quedarse con Miyazaki o Takahata. Es elegir entre mamá y papá. Miyazaki es más universal con sus universos mágicos e imaginativos que atrapan a todo el mundo, pero también Takahata es especial, es diferente.
M: A mi me ha pasado lo contrario, yo a esa película la tenía crucificada desde hace tiempo, y para escribir el capítulo del libro referente a ella tuve que verla dos o tres veces y aprendí a valorarla y quererla muchísimo, me parece un ejercicio muy valiente por parte de Takahata, un mecanismo del humor muy intrincado.
A: En el libro el capítulo sobre Haru lo he tenido que escribir yo, y la gente notará que es diferente a los demás. Me planteé cómo escribirlo si no me ha gustad o demasiado. Y dije “pues la voy a criticar”. Y la gente no se espera mucho que en un libro sobre Studio Ghibli yo ponga un poco a parir (risas) a la película.
¿Y han cambiado un poco sus gustos o su percepción al tener más conocimiento sobre el tema?
M: En mi caso con Mis vecinos los Yamada sí. Exactamente.
A: En esto de tener que volver a ver películas prestando tanta atención a los detalles te vas dando cuenta que se te han escapado cosas aunque la hayas visto 20 veces antes.
Una pregunta que os han hecho seguramente en alguna ocasión. De elegir, ¿os quedáis con Miyazaki o con Takahata?
A: Con Miyazaki, porque es el creador casi perfecto de mundos mágicos, soñados. Y te quedas con él también porque ha hecho más películas dentro de Studio Ghibli.
M: Yo es que no puedo elegir, me parece como elegir entre mamá y papá. Mi acercamiento siempre fue más hacia Miyazaki, yo creo que él es más universal para los espectadores con sus mundos mágicos e imaginativos que atrapan a todo el mundo, pero también siento que Takahata es especial, es diferente, y que porque su conjunto de obras sea menor dentro de Studio Ghibli, o sea una persona mucho más arriesgada o alternativa a la hora de transmitir un valor estético tampoco hay que menospreciarlo.
Ahora que el estudio ha anunciado el cese temporal de la actividad, muchos dudan de que realmente vuelva a retomar la marcha. ¿Vosotros creéis que Studio Ghibli volverá o esto va a ser un adiós?
A: Yo estoy convencido de que van a volver, y probablemente sea el próximo año que es cuando cumplen 30 años, y los japoneses son mucho de celebrar estas cosas. Y sobre todo porque Studio Ghibli en sí es una marca muy importante, e incluso por un tema económico, por mucho que se vaya Miyazaki y a lo mejor destrocen la marca con Goro Miyazaki, el hijo de Hayao.
M: Tienen que reestructurarse, yo también creo que es temporal pero necesario para poder plantear nuevas vías. Si antes se han apoyado en Miyazaki o Takahata, ahora tienen que aprender a seguir un camino con otros métodos. Quizás lo que han hecho últimamente apunta un poco a eso, vinculándose con videojuegos o a series de televisión. De momento quizás sigan por ahí y luego tienen que ver qué tipo de películas quieren hacer, y darle libertad a nuevos creadores y aprender a crear un estilo propio que siga funcionando y guste a la gente. Lo que está claro es que los mundos maravillosos de Miyazaki o el estilo estético tan personal de Takahata, si ellos no están eso ya no estará. Pero eso no significa que Studio Ghibli esté abocado al desastre o que se acabe.
¿Os veíais venir un escenario como este tras el anuncio del retiro de Miyazaki?
M: Era necesario.
A: Era una posibilidad, si. Porque Takahata tiene hoy 78 años, y tú lo piensas y es que son ancianos. Takahata se ha tirado ocho años haciendo la última película y Miyazaki cinco, y dices “son ancianos que están dibujando ahí” (risas), y el propio Miyazaki se quejaba de tener la espalda doblada y la vista muy mal (risas).
M: Y lo lógico es que si se retiran haya un tiempo de reflexión y de reorganización del estudio, sobre qué es lo que pueden hacer y lo que quieren hacer, y plantearse nuevos modos de ingresos.
¿Cuál fue vuestro primer acercamiento que recordéis al cine del estudio?
A: Yo estudiaba Audiovisuales y me estaba cansando un poco el cine comercial de Hollywood, y empecé a acercarme a la animación porque me llamaba la atención, incluso con series tan banales como Shin chan, y en ese acercamiento encontré El viaje de Chihiro, que además la vi en Canal + por primera vez, y me impactó mucho. Ese fue el comienzo a mis 21 años de ver esta película y decir “¿Qué es esto, qué pasa?” (risas)
M: Laura ha descrito mi primera experiencia con Ghibli en el prólogo del libro, y lo ha hecho de una forma muy bonita, se lo agradezco mucho. Yo había visto Mi vecino Totoro en Canal + cuando era muy pequeña, tenía unos ocho años y recuerdo que cuando la repetían una y otra vez yo estaba adelante de la pantalla del televisor viéndola cada vez y cabreándome cuando Mei llora, o con los ojos como platos cuando salía Totoro. Ese fue el modo en que los conocí, pero me maravillé sobremanera cuando fui a ver El viaje de Chihiro al cine, que vi el tráiler de casualidad por televisión y convencí a mi madre de ir a verla. Estábamos en una sala nosotras dos solas, yo tenía 14 años, y recuerdo entrar a esa sala y salir totalmente maravillada y sintiendo que había descubierto algo nuevo e impactante. Y aunque suene sentimentaloide decir que algo te cambió, a mí ese día me cambió a la hora de definir mis gustos, y guardo un recuerdo muy especial de ese día de mi adolescencia.
En Studio Ghibli no han tenido prejuicios a la hora de hacer cine para niños, pero luego tratan los temas con tanta profundidad que llega a niños y adultos.
Para alguien que no conoce absolutamente nada sobre el trabajo de Ghibli, ¿con qué película les recomendáis que se inicien?
A: Depende de cada persona. Yo siempre digo que si estás acostumbrado a la animación japonesa ponte El viaje de Chihiro o La princesa Mononoke, pero si no te tienes que acercar más por La tumba de las luciérnagas, aunque es dura, pero es que depende de cada persona y hay un poco para todos.
M: Una que suele dar buen resultado a la hora de acercarse es El castillo ambulante, con esa ambientación romántica occidental, o El castillo en el cielo también estilo siglo XIX steampunk, ese componente de aventuras, amor y magia suele atraer mucho a la gente. Pero depende mucho de la persona y de las edades también, para niños muy pequeños ponle sin duda Ponyo en el acantilado y Mi vecino Totoro.
Niños, adolescentes, adultos… todo aquel que se acerca a la filmografía de Ghibli puede disfrutar de su obra. ¿Cuál creéis que es el secreto?
A: Es sobre todo que en Studio Ghibli no han tenido prejuicios a la hora de hacer cine para niños, que es al menos el tipo de cine que Miyazaki considera que hacen, pero luego tratan los temas con tanta profundidad que llega a niños y adultos. Y también tienes otros directores, como por ejemplo Takahata, que hace películas para adultos, sin necesidad de sexo o violencia.
M: Hay películas que de primeras parecen enfocadas a un público infantil, como Ponyo en el acantilado, pero tienen, y especialmente Hayao Miyazaki, la maestría de saber establecer ciertos detalles o reflexiones que a los adultos les llega perfectamente. Conozco a muchos adultos que les fascina Ponyo aunque claramente sea una película con la que disfrutan niños pequeños. Hace una semana comentábamos viendo La princesa Mononoke que Hayao Miyazaki siempre ha defendido que esa película es para niños aunque tenga alto contenido de violencia y sangre, y él siempre ha dicho que los niños tienen que conocer todo en esta vida, la maldición para experimentar la salvación, o la muerte como parte de la vida.
A: Él considera que la muerte es parte de la vida de los niños también, y hacer como que eso no existe no es una forma de mostrarle la vida a un niño.
En las obras del estudio hay elementos recurrentes, tópicos que ya hemos visto hasta la saciedad en literatura y en el cine como el del amor incondicional, que las apariencias engañan, que cualquiera puede ser un héroe… ¿Puede que gran parte de su éxito esté en los temas tan universales que plantea? ¿Pensáis que le dan un enfoque distinto a esas mismas cuestiones que otras productoras de animación también han tratado?
Una de las enseñanzas más importantes de Miyazaki es mostrar que las personas actúan de diferentes formas ante situaciones diversas. En algunas situaciones pueden ser buenas, y en otras malas, pero son la misma persona, no hay un malo que sea malo ni un bueno que sea bueno.
M: Sí, sin duda. Y sobre todo también porque yo creo que los muestra en equilibrio. En otro tipo de cine se nos muestra que el mal y el bien están muy enfrentados, mientras que aquí Miyazaki nos muestra que una persona puede albergar tanto el bien como el mal en su interior y no diferencia tanto entre polos tan definidos, y eso es algo que también le llama mucho la atención a los adultos. Los niños lo aprenden, porque hay que aprender que una persona no es totalmente mala ni totalmente buena, y a los adultos les sorprende porque eso no es algo que suela verse en el cine orientado al público infantil.
A: Yo creo que una de las enseñanzas más importantes de Miyazaki es mostrar a las personas que las personas actúan de diferentes formas ante situaciones diversas. En algunas situaciones pueden ser buenas, y en otras malas, pero son la misma persona, no hay un malo que sea malo ni un bueno que sea bueno. En El viaje de Chihiro tenemos a Yubaba que en principio es mala pero sin embargo tiene un bebé con el que es muy cariñosa, y tiene una hermana gemela bondadosa pero que no es buena porque intenta matar a su hermana.
El papel de la mujer en los trabajos de Ghibli rompe un poco con los tópicos occidentales tradicionales, pues en La Princesa Mononoke o en Nausicaä demuestran que la mujer no necesita ser rescatada. Las figuras femeninas no están a la espera de que alguien las libere de los problemas, sino que son ellas las que toman la iniciativa y van a luchar por lo que creen. ¿Es este uno de los grandes logros del estudio?
A: Si, pero tampoco creo que haya sido tan premeditado.
M: Yo creo que siempre han tenido esa idea, esa concepción como algo natural. Y tampoco son perfectas las mujeres de Ghibli. Quizás Nausicaä un poco (risas), pero en el manga se ven más matices de ella. Con Chihiro por ejemplo Miyazaki ha dicho que quería mostrar una niña insegura, imperfecta, y mostrar que todos podemos cambiar, que no es un aprendizaje sino que todos tenemos un componente de seguridad e inseguridad en nuestro interior que tenemos que pulir, y las mujeres de Studio Ghibli son eso, mujeres muy humanas y con muchas facetas dentro de sí mismas.
La sociedad japonesa al menos durante tantos años de historia ha sido un poco cerrada, machista dentro de lo que cabe, y llama la atención que sea Studio Ghibli el que rompe un poco con todo eso.
A: Eso es importante, porque es verdad que en Japón la sociedad se puede decir que actualmente es machista todavía, y bastante. A la mujer en las series y los animes siempre la vemos lavando platos, haciendo las tareas de la casa, y el hombre es el que trae el dinero, e incluso tiene malos modos con la mujer. En Studio Ghibli te encuentras algo totalmente distinto, que es la mujer protagonista, y el hombre también es importante en el sentido de que lo toman como un personaje un poco tonto. Y tú vas película por película y ves que sí, los personajes masculinos son un poco tontos, y las mujeres están siempre encima de ellos.
Studio Ghibli casi tiene ya 30 años de andadura. ¿Cómo pensáis que ha evolucionado durante estos años?
M: Al principio todo recaía en los guiones de Miyazaki y Takahata, y se notaba que ellos iban trabajando según su pasión y según las historias personales que querían transmitir. Luego, cuando tuvieron solvencia económica se contrató a nuevos animadores y nuevos directores para que transmitieran sus ideas, y eso los enriqueció muchísimo, porque cuando entraron directores jóvenes como Yoshifumi Kondo y demás sirvió para aportar nuevas perspectivas. Después de sus grandes éxitos como El viaje de Chihiro y La princesa Mononoke, creemos que en los últimos años Studio Ghibli tiene una tendencia a hacer películas melancólicas, como Arrietty, La colina de las amapolas, y El viento se levanta que rezuman melancolía, son películas con un componente más nostálgico y más triste, alejado un poco de lo que era la pasión inicial.
Mi Vecino Miyazaki es la culminación de nuestra pasión por Studio Ghibli. Un compendio de todo lo que somos nosotros, de nuestra afición. Ha sido un regalo y un verdadero privilegio.
A: Yo creo que es precisamente lo que ha pasado con los propios directores y su edad. Ellos empezaron con muchísima ilusión su proyecto de tener su estudio, era lo que buscaban en su momento, y con el paso del tiempo en sus películas han sido ellos mismos. Han sido ellos con 50 años, ellos con 60, y al final ellos con 70. Y lo último que hemos visto ha sido El viento se levantaque es una melancolía total (risas), y además es como el final de Miyazaki, y se nota por frases en la película; y después de Takahata está Kaguya que toma una leyenda japonesa, como el anciano que quiere contarle una leyenda tradicional a los niños.
M: Sí, es acorde con el momento de cada uno. La pasión inicial, las energías vigorizantes de la mitad, y la melancolía final. Estoy muy de acuerdo con esto que dice un amigo, también colaborador del blog, Miguel Ángel Pizarro, y le mandamos un saludo, porque su teoría de la melancolía la verdad es que me gusta muchísimo.
Si algún día tuvierais la oportunidad de tener a Miyazaki delante por unos minutos, ¿qué le diríais?
M: Yo le intentaría decir algo en japonés, que estoy aprendiendo, pero creo que sería un desastre y espero tener un traductor en ese futuro momento.
A: Habría que sujetarnos o algo (risas).
M: Yo creo que si tuviera a Joe Hisaishi directamente me lanzaba a sus brazos y me tendrían que separar de él por vía legal o algo así (risas). A Miyazaki simplemente le diría “Gracias, por haberme regalado tanto desde que vi El viaje de Chihiro con 14 años, y sobre todo desde que me enamoré con Totoro desde muy pequeña. Gracias por crecer a su lado y enseñarme en esos años.”
Para terminar y recapitulando todo lo anterior, ¿qué es Mi Vecino Miyazaki para sus autores, para vosotros?
A: Es la culminación de nuestra pasión por Studio Ghibli. Para mí personalmente es el compendio de todo lo que he aprendido, de estar cinco años buscando noticias para poner en el Twitter, en Facebook, en el blog, que es una tarea que ya veis que es continua y son muchos años. Y al final de todo eso vas aprendiendo un montón y Mi vecino Miyazaki es un compendio de todo lo que somos nosotros, de nuestra afición.
M: Para mi ha sido un regalo, un privilegio. Studio Ghibli ha significado mucho para mí desde que era niña, me ha definido mucho como persona, especialmente en esos años de adolescente en los que definí realmente quién era yo, lo que me gustaba y quién quería ser, y el poder escribir un libro y divulgar un tema sobre algo que significa tanto para mí es pues un privilegio. Mi vecino Miyazaki es parte de ese corazón y ese amor que albergo por Studio Ghibli desde hace tantos años.
Desde aquí agradecer a Álvaro y a Marta su entrega y ese regalo que es la oportunidad de escuchar a dos personas hablando de una forma tan apasionada y entregada sobre lo que más les gusta. Os deseamos mucho éxito con el libro y que sigáis plantando esa semilla del conocimiento sobre Ghibli a todo aquel que esté interesado.