
Pikmin se lanzó en Gamecube como una de las nuevas propiedades intelectuales de Nintendo para esa consola. El juego nos llevaba hacia un terreno habitualmente poco explorado por Nintendo, la estrategia en tiempo real, ya que en él controlábamos a un pequeño ejército de seres (los Pikmin) a base de darles ordenes con un viajero espacial en apuros (el Capitán Olimar), quien había llegado a un extraño planeta tras sufrir un accidente con su nave espacial.
El primer juego apareció en 2001 y su secuela (Pikmin 2) en 2004, cuando Gamecube ya estaba en sus últimos años. Tras esas dos entregas llegó Wii, una consola que vendió más de lo que cualquiera esperaba. Sin embargo, eso no hizo que Nintendo lanzase una nueva entrega de la saga (aunque sí lanzaron las dos entregas de Gamecube para Wii, cambiando los controles tradicionales por el wiimote). De manera que, pese a estar apadrinada por Shigeru Miyamoto, la saga Pikmin parecía que iba a caer en el olvido, hasta una década después del último juego apareció Pikmin 3 para Wii U, juego que tuve al cual he estado jugando recientemente y que comentaré a continuación.
Antes de empezar, me gustaría aclarar que la versión que yo he jugado es la original de Wii U y no a la versión Pikmin 3 Deluxe de Switch (que tiene algunos cambios significativos, tanto en contenido, como en control). Sin embargo, lo explicado aquí puede aplicarse a ambas versiones, ya que el juego principal es el mismo.
En este juego nos encontramos con la tripulación de una nave espacial que descubre un sinfín de deliciosas frutas en el planeta de los Pikmin, las cuales podrían usar para paliar la hambruna que asola su planeta. El equipo está formado por el Capitán Charlie (un tipo grandote, pero con el corazón de un niño), el ingeniero Alph (más joven y serio que su capitán y el principal responsable del estado de la nave espacial) y la botánica Brittany (encargada de recopilar la información sobre la fruta obtenida y repartir la comida).

Debido al “aterrizaje forzoso” que sufren los protagonistas, empezamos el juego solo con un personaje y tendremos que rescatar a los otros compañeros en los primeros niveles, lo cual sería imposible sin la ayuda de los Pikmin, unas criaturas aparentemente ligadas a las plantas (crecen en la tierra y tienen hojas en la cabeza) de naturaleza amigable y servicial.
Los Pikmin seguirán a nuestros personajes, que deberán dirigirlos hacia las tareas que pueden hacer (construir puentes, romper muros, cargar objetos pesados…). El control del personaje es muy sencillo. Básicamente nos movemos libremente, llamamos a los Pikmin con un silbato (lo cual interrumpirá cualquier tarea que hagan) y los lanzamos hacia donde esté la tarea para que empiecen a hacerla.

En Pikmin 3 hay 7 tipos de Pikmin. Los iremos encontrando de uno en uno, generalmente en situaciones especificas donde podemos conocer las debilidades y virtudes de cada uno, lo cual es vital para avanzar en el juego.

Empezamos la partida conociendo a los tres tipos de Pikmin que aparecían en el primer juego de la saga.
Los Pikmin rojos son inmunes al fuego y además tienen algo más de fuerza que los otros Pikmins, lo cual los hace muy fiables para casi cualquier situación.
Los Pikmin amarillos son inmunes a los ataques eléctricos y además pueden conducir electricidad. También son muy ligeros (podemos lanzarlos más alto y lejos que al resto de Pikmins) y escavan más rápido que el resto de Pikmins.
Los Pikmin azules son inmunes a los ataques de agua y los únicos que pueden sobrevivir en zonas acuaticas, de manera que son vitales para encontrar objetos sumergidos y abrir nuevos caminos.

Tras ellos, llegará el momento de conocer las dos nuevas especies de Pikmin presentadas en Pikmin 3:
Los Pikmin rosas son pequeños y pueden volar, lo cual les hace evitar prácticamente todos los peligros. Es cierto que no son muy buenos en combate (excepto cuando se trata de combatir a enemigos que vuelan), pero lo compensan con su habilidad para evitar peligros, abrir puertas y trampillas y el hecho de poder llevar objetos por el camino más rápido al no verse limitados por el terreno (aunque hay que tener cuidado porque es muy probable que queden atrapados en telarañas y mueran).
Los Pikmin pétreos son duros y resistentes, hacen mucho daño en combate, si los pisan no mueren y además pueden romper muros y elementos de aspecto similar al cristal. La fuerza y resistencia de estos Pikmins los hace ideales para las peleas contra los jefes.

Con esos 5 tipos de Pikmin tendremos que superar el modo principal, pero también existen dos tipos más (provenientes de Pikmin 2) que aparecen en el modo misiones.
Los Pikmin blancos son pequeños, ligeros y venenosos, de manera que si algún enemigo intenta comérselos, lo pagará muy caro.
Los Pikmin lilas son grandes y gordos, son muy buenos en combate y tienen la fuerza de 10 Pikmins a la hora de cargar con objetos, pero son mucho más lentos que resto.

La prioridad de los protagonistas es explorar el planeta para obtener el máximo de frutas posibles, ya que cada vez que pase un día en el juego, estos se beberán un frasco de jugo de frutas y si llegamos a cero, no podremos continuar. El juego es muy generoso en cuanto a frutas (incluso nos dan algunas al derrotar a los jefes), de manera que no deberían ser un problema, pero si por algún motivo hemos malgastado días, el juego nos da la oportunidad de rejugarlos y corregir los errores para poder continuar.
Gráficamente, Pikmin 3 es muy bonito. Todo el entorno tiene un aspecto relativamente realista, pero los enemigos y los Pikmins son caricaturescos y muy graciosos. Es el mismo estilo que vimos desde el primer juego de la saga, pero obviamente se ve mejor en Wii U de lo que se veía en Gamecube. El apartado sonoro sigue siendo música ambiental mezclada con simpáticas melodías, y las voces de los protagonistas suenan de manera extraña durante los diálogos (algo similar a lo visto en los Animal Crossing), de manera que no sobresale demasiado (aunque admito que los diferentes ruidos que hacen los Pikmins en determinadas situaciones son muy graciosos).

Conforme vayamos avanzando en el juego encontraremos notas del capitán Olimar, que empezaran siendo consejos para el jugador (en ocasiones otorgados cuando ya hemos descubierto lo que nos dicen…) pero terminarán narrando que algo raro está pasando en el planeta, dándole un toque dramático a la desaparición del antiguo protagonista, que parece haber sufrido un destino fatal. Al descubrir la tragedia, nuestros protagonistas deciden que, además de buscar víveres, han de salvar a Olimar, lo cual se convierte en la trama principal en la parte final del juego.
Como dije, la partida está dividida en días y cada día dura unos 15 minutos más o menos, así que tenemos que explorar el terreno, hacer caminos, eliminar enemigos, conseguir más Pikmin (con las pastillas o los cadáveres de los enemigos derrotados) encontrar frutas y avanzar en la historia principal (rescatar a los miembros de la tripulación y a Olimar) en ese tiempo. Conviene aclarar que cuando se termina el día y cae la noche, los Pikmin que no estén bajo el mando de los protagonistas o en la zona de la nave espacial, serán presa de los depredadores, de manera que tendremos que ser cuidadosos para no perderlos, pues conseguir nuevos Pikmin es una tarea que consume tiempo y recursos.

Cumplir con los objetivos durante el día es posible gracias a dos cosas. La primera es que el progreso de lo que hagamos en un nivel sigue ahí al día siguiente (construcciones hechas, enemigos derrotados y, si dejamos a un jefe herido, al día siguiente le faltará la vida que le hemos quitado) y la segunda el hecho de contar con un equipo de 3 personajes, que podremos separar para hacer diversas tareas a la vez.
El mando de Wii U es clave para esto último, pues, además de mostrar el mapa y la información recolectada durante la partida, nos permite mandar ordenes sencillas para que los personajes que no estemos controlando vayan haciendo algo (principalmente, marcar un punto en el mapa y el personaje se las apañará para llegar a ese sitio sin que tengamos que moverlo).

El mando de Wii U también es parte fundamental en el control, pues apuntaremos y lanzaremos a los Pikmins usando la pantalla, lo cual me pareció poco preciso en situaciones donde hay que actuar rápido (como en las peleas con los jefes). Estuve medio juego usando esos controles, pero admito que me costó adaptarme, de manera que decidí cambiarlos por el control clásico, donde casi todas las tareas se hacen con botones y, la verdad, me parece mucho más preciso (aunque, lamentablemente, para separar los Pikmins en grupos o hacer que carguen contra un enemigo se ha de sacudir el enorme mando de Wii U, algo que no me termina de gustar. En la versión de Switch nos encontramos con las mismas opciones, pero adaptadas de manera distinta al no disponer del mando con pantalla en todo momento.

En líneas generales, Pikmin 3 es tranquilo y apacible, siempre y cuando tengamos presente el límite de tiempo por dia y vayamos haciendo tareas, aunque tampoco podemos bajar la guardia porque en cualquier momento puede aparecer un enemigo que se coma nuestros Pikmin y dejarnos a media misión. La dificultad no es especialmente alta. Aunque hay puntos concretos donde puede hacernos sufrir un poco, para mí esos puntos han sido un par de jefes finales, los cuales me derrotaron en más de una ocasión, hasta que descubrí la manera de derrotarlos más efectivamente. Mención aparte se merece el último nivel del juego, un laberinto dentro de una cueva donde tenemos que ir abriéndonos paso y completando objetivos mientras el jefe final del juego no deja de perseguirnos, lo cual hace que ese nivel, pese a no ser especialmente complicado en cuanto a diseño, se vuelva el más desesperante del juego (aunque, es cierto que hay un par de truquillos para confundir al jefe final y tenerlo entretenido mientras hacemos las tareas).

Este juego no es especialmente largo, pero su duración es flexible, pues si nos ponemos a hacer el 100% (conseguir todas las frutas, eliminar todos los jefes y subjefes, buscar todas las notas de Olimar) multiplica su duración.
Además del modo principal, también tenemos modos de juego alternativos para uno o dos jugadores. En el modo misiones tenemos que eliminar todos los enemigos posibles o conseguir todos los objetos en un tiempo limitado. También podremos enfrentarnos a los jefes principales del juego (siempre y cuando ya los hayamos encontrado y derrotado en el modo historia) y el modo batalla de Bingo, donde dos jugadores compiten por conseguir determinados objetos antes que su rival, dando lugar a batallas encarnizadas donde todo se vale, desde robar objetos a los Pikmin del rival, provocarlos para que te persigan y meterlos en una trampa o usar las habilidades especiales que te otorgan las cerezas para fastidiar a tu rival (aturdirlos con un trueno, que les caigan piedras a los Pikmin o incluso teletransportar al rival en una parte aleatoria del mapa y tenga que darse prisa en volver a su sitio para dirigir su equipo). En estos modos de juego, el segundo jugador puede usar el mando Pro de Wii U y el wii con el nunchuk.

Mi historia con Pikmin se remonta al lanzamiento del juego original, que disfruté mucho y completé en muchas ocasiones. Lamentablemente, me salté Pikmin 2 (que a día de hoy está a un precio prohibitivo en su versión Gamecube) y hasta ahora no tuve la oportunidad de jugar a Pikmin 3, de manera que no sabía muy bien qué me iba a encontrar. Una vez completado, puedo decir que este juego es continuista con lo anterior, no cambia la formula en prácticamente nada. Sin embargo, sí la mejora en algunos aspectos clave (como la posibilidad de dividir tareas entre varios personajes o añadir más modos de juego alternativos), de manera que nos encontramos ante una secuela de manual. Si os gustaron los anteriores, os gustará este (seguramente más) pero, en caso de que no fuese así, este no os va a volver fans de la saga.
Si alguien está interesado en entrar en esta saga, ahora es más fácil que nunca, pues Nintendo Switch no solo cuenta con Pikmin 3 Deluxe en su catálogo, sino que también tiene ports de los dos primeros juegos de Gamecube y una nueva secuela, Pikmin 4, que apareció en 2023.
