
Cada verano suele aparecer alguna película de tiburones para continuar con la tradición que se inició con Tiburón (Jaws).
Lamentablemente, esas películas no suelen estar ni remotamente cerca de obra de Steven Spielberg, pero eso no hace que dejen de aparecer, para aumentar la enorme lista de películas “Sharksploitation”. En el mejor de los casos, nos encontramos con largometrajes que se olvidan al salir de la sala del cine (como The Meg) o algunas que aportan algún tipo de novedad a la idea principal, lo cual las hace más disfrutables (como Orca, Ballena Asesina). Sin embargo, lo más habitual es encontrarse con películas poco inspiradas, que en el mejor de los casos nos pueden sacar alguna carcajada puntual (como Deep Blue Sea) o que lo intentan, pero terminan dando más pena que otra cosa (como Sharkansas Women Prison Massacre, Sharknado, Mega Shark Vs Crocosaurus… etcétera).
En cualquier caso, la temporada de los tiburones (y otros depredadores marinos) empieza en verano y, debido a ello, me he decidido a ver Black Demon (conocida en español como Demonio Negro o Tiburón Negro), una película de 2023 que evité ver en su día en el cine, pero a la cual estoy dispuesto a darle una oportunidad ahora.
Black Demon empieza con la obligatoria presentación del tiburón, que se comerá a dos buceadores que están poniendo una bomba en una construcción en mitad del océano. Tras eso saltamos al día siguiente, en el cual veremos al inspector de empresa Nixon Oil, Paul Sturges, viajando hasta Baja California (México) con su familia, para pasar la inspección de una plataforma petrolífera cercana.
Paul y su mujer Inés ya estuvieron en el pueblecito donde se construyó la plataforma petrolífera una década atrás, cuando se construyó, siendo ese el primer trabajo de Paul en la compañía Nixon Oil. Al llegar a la zona descubren que todo está muy distinto a como lo recordaban; no hay apenas pescadores, los negocios están cerrados y todo tiene una apariencia dejada y olvidada.

La hostilidad de los habitantes de la zona hacia Paul, hace que este decida ir a la plataforma lo más rápido posible para acabar el trabajo y regresar rápidamente para salir de ahí. Una vez toma el bote que lo llevará a la plataforma, se da cuenta que nadie se atreve a navegar cerca de la misma, para lo cual hay preparado un pequeño puerto en alta mar con otro bote, que Paul deberá manejar hacia la plataforma por sí mismo.
Por otro lado, la mujer de Paul (Inés), ve como los habitantes locales la intentan intimidar e incluso acosar y decide irse con sus hijos Audrey y Tommy. Para lograr llegar a la plataforma petrolífera le pagan una gran cantidad de dinero a un pescador local.

Nada más llegar a la plataforma Paul ve que algo no está bien. Hay vertidos de petróleo por todos lados y parece totalmente abandonada, aunque en ella solo quedan dos personas, Junior y Chato (y su perrito Toro), quienes llevan mucho tiempo aislados en la plataforma. Antes de que empiecen las explicaciones, llega el bote con la familia de Paul y tras él una enorme aleta de tiburón que les da caza. Gracias a los esfuerzos por los habitantes de la plataforma de distraer al tiburón con ruido y bengalas, la familia de Paul llega sana y salva, pero el conductor del bote muere destruido brutalmente por un enorme tiburón capaz de saltar muchos metros fuera del agua.
La existencia del enorme tiburón, al cual llaman Demonio Negro, es el motivo por el cual el pueblo acabó arruinado y la plataforma petrolífera totalmente abandonada. Chato y Junior han llegado a la conclusión de que es un castigo del dios Tiáloc, que está castigando a los humanos por destruir la Tierra. Tales justificaciones supersticiosas no convencen a Paul, que está dispuesto a buscar una solución al asunto.

Black Demon es una película difícil de calificar, principalmente porque, aunque sé que no es una buena película, tampoco es lo peor que he visto dentro del subgénero de tiburones (o Sharksploitation). Sin embargo eso no significa que no tenga muchas cosas para mejorar, como por ejemplo los personajes. Paul tiene es halo de superioridad que hemos visto tantas veces en un protagonista, y su mujer pasa de comprensiva a histérica en segundos (es curioso porque hasta los niños dicen que discuten mucho, incluso antes de que veamos su primera discusión). Los niños son, paradójicamente, los menos molestos de la familia e incluso sirven para que el espectador se entere de la mitología azteca que la película usa para justificar la existencia del Megalodon (que además produce alucinaciones).

Los mejores personajes son Cheto y Junior, y esto tampoco es decir mucho, pero hay que admitir que son muy comprensivos con Paul y su familia, pese a haberse quedado aislados en la plataforma petrolífera por culpa del propio Paul y su empresa.

El mensaje ecologista y catastrófico, está bien pensado, pero lo hacen de una manera tan obvia que se siente forzado (incluso hay un montaje con escenas catastrofistas, más propio de un documental que trata de concienciar sobre el cambio climático que de una película de tiburones). Más sorprendente es que digan abiertamente lo que todos sabemos (pero no se suele decir), que las grandes empresas usan a los países más desfavorecidos para hacer sus maldades, ahorrándose millones en el proceso a costa de la vida de los habitantes de la zona y luego se desentienden en caso de catástrofe (humana o natural).

El tiburón aparece poco, y en muchas ocasiones solo veremos su sombra (en parte debido al presupuesto de la película), lo cual no es necesariamente negativo, porque cuando aparece no es nada que no hayamos visto un millón de veces. El hecho de que este animal provoque alucinaciones a las personas cercanas a él es muy original, pero nunca se justifica, como tampoco se explica que el tiburón tenga la potencia suficiente como para sacar su enorme cuerpo del agua (como se muestra en la escena del bote), pero luego, en las típicas escenas en las cuales alguien cae al agua y es rescatado en el último momento, sea incapaz ni siquiera de acercarse a la superficie, retirándose al ver que sus presas ya están parcialmente fuera del agua. En este sentido, si no hubiesen puesto la primera escena del salto, no se haría tan raro verlo retirarse, pero debido a eso, queda extremadamente absurdo (igual que es absurdo que sea capaz de hacer temblar la torre entera y luego sea incapaz de morder unas escaleras que están bajo el agua con su víctima protegida por ellas.

En resumen, tenemos una película de tiburones más mala que buena, con algunas ideas nuevas (llevadas con mejor o peor suerte) y un montón de escenas que os sonarán de otras películas (mejores y peores), lo cual me lleva a pensar, que es la típica película que no aporta nada y se puede ignorar sin ningún tipo de pesar.
Curiosidades:
- La escena en la cual Paul se va a poner las gafas de buceo y dice que “no tiene saliva” para escupir en ellas, es idéntica a lo que le sucede a Hooper en Tiburón (Jaws) antes de meterse en el agua con el tiburón.
- La leyenda del Demonio Negro, que mata a pescadores y ballenas, es real pero no hay ninguna evidencia científica de que exista el animal.
- Esta película alcanzó el primer puesto en Amazon Prime durante siete días consecutivos.