Si hay un género que me fascina y odio a la vez son los roguelikes. Estos juegos por norma general procedimentales y terriblemente difíciles hacen que saque lo peor que llevo dentro. Podría decirse que es el género que más ha hecho que rompa mandos. Y van unos cuantos.
El primer roguelike en ser lanzado este año es Skul: The Hero Slayer. Después de poco menos de un año en Early Access, el desarrollo del juego finalmente ha terminado y ha llegado al mercado la versión 1.0.
Skul: The Hero Slayer toma el clásico cuento de fantasía de toda la vida y le da la vuelta. Normalmente las historias siguen la perspectiva del héroe que mata demonios con el fin de salvar a la humanidad, pero en Skul, los héroes son los enemigos. Después de un ataque por parte de los buenos en el que el Rey Demonio es secuestrado todo dependerá de Skul, un pequeño esqueleto que se enfrentará al ejército humano y rescatará al rey, dejando un reguero de héroes muertos por el camino.
Skul tiene la capacidad de intercambiar su calavera con cualquier otra que encuentre. Cada calavera ofrece un conjunto único de habilidades que se asignan aleatoriamente a cada partida. Las calaveras tienen cuatro niveles; común, raro, único y legendario que podremos mejorar con los huesos que obtendremos destruyendo calaveras no deseadas o recogiendo los que te dan ciertos NPC.
Toda partida comienza en el Castillo del Rey Demonio, en el que compraremos mejoras y obtendremos algunos objetos, como calaveras extras, cuando vayamos desbloqueando nuevos NPC. Tendremos que enfrentarnos a un total de cinco mundos antes de poder ir a por el jefe final. Y os aseguro que será una tarea muy difícil.
El combate es rápido, fluido y adictivo. Como mencioné anteriormente, cada calavera tiene su propio conjunto de habilidades potenciales (risas aseguradas al ver la habilidad de la calavera inicial) y nivel de rareza, pero también hay diferentes tipos para obtener. Las calaveras equilibradas ofrecen una experiencia equilibrada entre todas las estadísticas, las de velocidad se mueven y atacan rápido, pero infligen menos daño, y las poderosas son fuertes pero lentas. Tomemos por ejemplo las calaveras de Hombre Lobo y Ent. Ambas son de nivel común, pero la de hombre lobo es de tipo velocidad y prospera cuando corre de un lado de la pantalla a otro, lo que inflige golpes rápidos pero decisivos. Por otro lado, la de Ent es poderosa, por lo que será mucho más lenta, pero cada golpe hace un daño considerablemente mayor.
Y debido a las sinergias creadas entre las dos calaveras que puedes tener equipadas todas las partidas serán diferentes.
Al igual que con cualquier roguelike, la rejugabilidad y la longevidad siempre son un factor muy importante. Se puede completar con relativa facilidad el juego. Tendremos una variedad de enemigos interesante, diferente en cada mundo.Las luchas contra los bosses son desafiantes, pero no imposible.
Gráficamente, el juego es simple pero hermoso. Los gráficos pixelados 2D son vibrantes y llamativos. Las calaveras van de lo adorable a badass, y lo mismo ocurre con los NPC, tanto aliados como enemigos.
Si tuviera que pedir que se agregara algo al juego, serían rutas alternativas. Es algo que cualquier gran roguelike necesita: la capacidad de salir del camino trillado y tomar una ruta alternativa. La única opción que tienes en tu ruta es elegir entre diferentes puertas que ofrecen diferentes tipos de recompensas, pero en última instancia, todos conducirán a los mismos jefes. Algunas alternativas harían ganar enteros al juego. Por supuesto, más calaveras también serían bien recibidas.
Para aquellos que nunca han jugado Skul: the Hero Slayer, realmente tengo que recomendarlo. Puede parecer un poco básico en comparación con otros roguelikes, pero es un juego fantástico que es mucho más profundo de lo que parece inicialmente. Desde la historia hasta el sistema de juego pasando por su fantástica banda sonora esconde más chicha de la que parece a simple vista.
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