
Son tantas las películas que aparecen en un año que es imposible que no se escape alguna, incluso si solo buscas de algún género concreto. El hecho de que algunas películas inviertan cientos de millones en publicidad también hace que otras queden totalmente opacadas y se nos olvide su existencia en poco tiempo, incluso cuando tienen algún reclamo concreto que hacen que sobresalga (a nivel publicitario).
Afortunadamente a día de hoy es bastante fácil poder encontrar películas que se nos han escapado y echarles un vistazo, pero para ello necesitamos que primero alguien nos recuerde que existen. Es ahí donde entran las páginas como esta, los blogs, videos y por supuesto los amigos, pues nunca sabes quién te va a soltar una recomendación en el momento menos pensado.
Así es como descubrí la película The Cell (La celda o La célula en español), estrenada en el año 2000, protagonizada por Jennifer Lopez, Vincent D’Onofrio y Vince Vaughn. La elección de actores me pareció tremendamente inusual, ya que tenemos al excelente D’Onofrio (que muchos conocerán interpretar a Kingpin en la serie de Daredevil o por su icónico papel en Full Metal Jacket) compartiendo escenas con la cantante Jennifer Lopez. Pero eso se me olvidó en el momento en el cual vi que la historia trataba de que la protagonista se introducía en la mente de un asesino en serie. La propuesta era suficientemente atrevida y extraña como para negarme, así que recientemente la pude disfrutar y me veo con la obligación moral de hablar de ella, por si alguien entre los lectores la quiere descubrir o recordar.
La película empieza mostrándonos a la protagonista, Catherine Deane, deambular por un precioso paraje que parece formar parte de un mundo de fantasía, y en efecto es así, pues ella se encuentra en la mente de Edward Baines, un niño que cayó en coma, con el cual espera hacer los progresos necesarios dentro de su mente para que se recupere.
Tratar con la mente de otra persona, parece un proceso demandante y hasta frustrante, porque Catherine solo es espectadora y ha de negociar con el dueño de la mente para tratar de ayudarle, algo que no siempre es posible. Debido a los pocos avances en su tratamiento, los padres de Edward se plantean dejarlo y optar por algún tipo de tratamiento tradicional en un hospital.

Por otro lado vemos que la policía anda tras un asesino en serie, que disfruta torturando y matando a mujeres jóvenes. El agente Peter Novak del FBI ve con frustración que el asesino está aumentando su ritmo de asesinatos, y que ellos no consiguen nunca dar con alguna pista que les acerque más a conocer su identidad. La situación empeora cuando descubren que otra chica joven ha desaparecido recientemente y todo apunta a que va a sufrir el mismo destino que las demás.
Gracias a los restos que tenía la última víctima, el FBI logra identificar al principal sospechoso de los asesinatos: un chico joven y soltero llamado Carl Rudolph. En el momento en el cual entran en la casa del sospechoso, lo encuentran en el suelo, en coma, pues ha sufrido un brote esquizofrénico que lo ha dejado catatónico.

Al investigar la casa de Carl encuentran pruebas que demuestran que es el asesino, ya que tiene grabaciones de las victimas ahogándose en un tanque de agua mientras suplican por su vida. Al ver que la chica desaparecida no está en casa de Carl, los agentes deducen que ya está atrapada en el tanque de agua, de manera que tienen un tiempo límite para encontrarla, pero debido a que no tienen pistas sobre la posible ubicación del sitio y que Carl está en coma, no hay manera de obtener ningún tipo de información.

Es ahí cuando el FBI recurre a Catherine y le cuenta la situación. Ella, pese a estar asustada, decide entrar en la mente de Carl para tratar de hablar con él y sacar la información.
El primer contacto con la mente de Carl es un tanto extraño, pues Catherine encuentra a un niño pequeño y temeroso que se aleja de ella, pero en un momento dado la ayuda para que no salga herida. Ese niño es lo poco que queda de bueno dentro de Carl, pues su alter ego es quien domina la mente, algo que se puede ver rápidamente en el mundo donde Catherine se encuentra, en donde todo tiene un aspecto de pesadilla y hay muchas de las victimas de Carl expuestas como si fuese un zoo humano. Finalmente, Catherine se encuentra con el lado malvado de Carl, amo y señor de ese espantoso mundo, y la situación hace que ella se desconecte de la mente del asesino.
Tras ese intento, Catherine está aterrorizada y no quiere volver a entrar en la mente de Carl, pues al parecer el procedimiento puede ser letal para la persona que entra en el cerebro ajeno, ya que si cae en una situación de pánico o pierde el control, su mente interpretará que lo que sucede en la mente es cierto, lo cual puede llevar a la muerte.
Catherine es consciente de que si entra de nuevo en el mundo de Carl, su vida correrá peligro, pero decide volver a intentarlo, momento en el cual caerá victima de Carl, forzando así la entrada de Peter Novak al mundo de fantasía, para sacar a Catherine de su situación de pánico y tratar de confrontar a Carl juntos, con la esperanza de obtener algún tipo de información para salvar a la chica desaparecida antes de que sea demasiado tarde.

The Cell es una película que, pese a cumplir con algunos tópicos habituales, se nota distinta a lo que habitualmente veríamos en el cine. La historia de tratar de obtener información de un asesino para salvar a una víctima no es algo nuevo, pero en esta ocasión se han tomado literalmente lo de “entrar en la mente del asesino” y eso es algo que la película usa a su favor totalmente, pues lo más interesante de la misma son esas escenas.
Todo lo que sucede en el mundo de la mente, ya sea de Edward o de Carl, tiene un aspecto irreal, de fantasía, que hace que la película se vuelva un sueño (o una pesadilla) para el espectador. El trabajo que hay en esas escenas, desde el punto de vista visual y creativo, es enorme, y gracias a ello, la premisa de “meterse en la mente de otra persona” funciona muy bien. El mundo de Edward, parece sacado de un libro de fantasía, lo cual encaja con su mente infantil, mientras que el mundo de Carl parece un mundo distópico, con elementos estéticos propios de un museo de tortura y algo de sadomasoquismo, todo ello liderado por el único señor del lugar, Carl, el cual se ve a sí mismo como un dios imparable.

En las escenas de la mente de Carl, la película sobresale notablemente, se vuelve retorcida, incómoda, entra directamente en la categoría de terror y hasta incluye escenas de tortura más explicitas que lo visto hasta el momento en la película. La estética va cambiando si la situación se pone a favor de un personaje u otro y la apariencia de los mismos también se modifica, lo cual abre la puerta a incluir escenas con simbolismo religioso en su parte final. Analizando un poco la película, es fácil ver inspiración clarísima (o incluso reinterpretación) de obras de diferentes artistas, lo cual aumenta esa sensación de mundo irreal de pesadilla.
The Cell tiene solo tres personajes principales, Catherine (Jennifer Lopez), Peter Novak (Vince Vaughn) y Carl Rudolph (Vincent D’Onofrio), de manera que el peso de las actuaciones caen directamente sobre ellos. No me queda ninguna duda que el mejor actor de los tres es Vincent, quien hace un buen papel (como siempre), aunque debido a lo retorcido de su personaje, muchas de sus escenas son un tanto “particulares”. Jennifer Lopez cumple con su papel de protagonista, no es excelente, pero tampoco te saca de la película, mientras que Vince Vaughn me parece el más flojo de los tres, en parte arrastrado por su propio personaje pues es bastante simple y típico.

The Cell es una película de suspense, centrada en una investigación policía, pero con un gran porcentaje de ciencia ficción y terror, creando una mezcla particular, que da un buen resultado siempre que seamos conscientes que, pese a cumplir con algunos tópicos del cine norteamericano, no es una película pensada para gustar al gran público, es incómoda, sucia y retorcida. Si os apetece sumergiros en la mente de un retorcido asesino y ver de primera mano cómo sería su mundo de pesadilla, os la recomiendo.
Curiosidades de The Cell
- Tuvo una nominación al Oscar por mejor maquillaje y peluquería
- Para prepararse el personaje de Carl, Vincent D’Onofrio se aisló de su familia y estudió casos de asesinos en serie.
- Eiko Ishioka fue la diseñadora de vestuario de esta película, el director la contrató tras ver su excelente trabajo en Drácula (1992) y ambos trabajaron juntos desde ese momento hasta la muerte de la diseñadora. Es por eso que el traje que usa Catherine para meterse en mentes ajenas, es muy parecido a la armadura de Drácula de dicha película.
- El director de The Cell (Tarsem Singh) también dirigió el videoclip de Losing My Religion de la banda REM y debido a ello hay ciertas similitudes entre ese video y algunas escenas de la película.
- La película tuvo un presupuesto relativamente pequeño (33 millones) y su recaudación fue de 104 millones, más del triple de lo invertido.
- La mujer que atrapa a Catherine en el mundo de Carl es una deportista profesional y campeona de culturismo llamada Kim Chizevsky-Nicholls.
- En la parte final de la película podemos ver que Catherine tiene un atuendo similar al que suele representar a la virgen María, lo cual causó cierta controversia y algunas críticas, pero el director aclaró que el traje estaba basado en la diosa del agua de Brasil.
- La tortura a la que someten a Peter Novak está basada en una tortura real practicada por la inquisición española.
- En el año 2009 se lanzó una secuela llamada The Cell 2 directamente para DVD, donde no participaron ninguno de los protagonistas de la primera película.
- La escena que vemos cuando Peter entra en la mente de Carl, está basada en un cuadro llamado Dawn del artista Odd Nerdrum.

