Imagina un juego donde agacharse tras un barril es tan crucial como el diálogo más emotivo, donde la luz de una farola puede delatar tu vida, y donde arrastrar el cuerpo inconsciente de un guardia por el fango se siente como un ballet macabro. Así es Eriksholm: The Stolen Dream, el thriller isométrico que ha dividido a la crítica profesional pero conquistado a Steam con un aplastante 94% de reseñas positivas. ¿La razón? Una apuesta arriesgada: ser fiel al sigilo puro en una era obsesionada con el open world y los tiroteos caóticos. Mientras algunos reseñistas lo tachaban de «rígido» o «anticuado», los jugadores lo defendían como «una obra maestra del suspense» y «el mejor juego de sigilo desde Commandos«. ¿Quién tiene razón? Tras varias horas inmerso en sus callejones lluviosos, creo que ambos.
La Belleza que Esconde una Ciudad Podrida
Eriksholm no es una ciudad cualquiera: es un personaje enfermo que respira melancolía nórdica. Inspirada en la Escandinavia industrial de 1900, sus tejados de cobre oxidado, fábricas que escupen vapor en cielos plomizos y carteles de «¡Cuidado con la Heartpox!» pintados a mano te sumergen en un mundo donde la revolución industrial se mezcla con el dieselpunk y la miseria humana. Pero lo que realmente asombra es cómo 17 desarrolladores (River End Games) lograron competir con estudios AAA usando Unreal Engine 5. Los modelos MetaHuman de Hanna y su hermano Herman muestran arrugas de preocupación, pupilas que se contraen al ver una patrulla, y sonrisas que nunca llegan a los ojos. En una escena temprana, cuando la policía irrumpe en su apartamento, la cámara enfoca las manos de Hanna temblando mientras esconde una carta: un detalle que Naughty Dog envidiaría.
Pero aquí surge la primera paradoja: tanta belleza se contempla desde 20 metros de altura. La vista isométrica, aunque elegante, convierte a Hanna en un pixel con trenzas y reduce sus expresiones a siluetas. Es como admirar un Rembrandt tras una cortina de lluvia: sabes que hay arte ahí, pero solo vislumbras sombras.
Gameplay: Cuando el Error es Parte del Encanto
El núcleo de Eriksholm es un homenaje al sigilo táctico de los 90. Sin combate directo, sin habilidades sobrenaturales: solo tu ingenio contra patrones de guardias predecibles pero letales. Controlas a tres personajes:
- 🕵️♀️ Hanna: Cerbatana con dardos somníferos (¡3 segundos de agonía hasta que el guardia se desploma!).
- 🐦 Alva: Reina de las distracciones: apaga faroles con piedras y escala tuberías como una araña.
- 💪 Sebastian: El «solucionador silencioso»: estrangula enemigos y nada en aguas tóxicas como una foca.
La magia aparece cuando los combinas: Alva apaga una lámpara → un guardia con fobia a la oscuridad huye → Hanna duerme al compañero → Sebastian arrastra el cuerpo. Es satisfactorio… cuando funciona. Porque Eriksholm es despiadado: un suspiro en el momento equivocado, un paso en un charco, y game over instantáneo. No hay segundas oportunidades, ni combates de emergencia. Para algunos, esto es «tensión pura»; para otros, «frustración anticuada».
Lo curioso es que la mayoría de los jugadores en Steam adoran este sadismo controlado. Como escribe un usuario: «Sí, morí 73 veces en el nivel del tren. Pero cuando por fin esquivas a todos los guardias sin un solo dardo, te sientes como un ninja victoriano» . La recompensa no es un logro, sino la propia hazaña. En mi caso en particular, este tipo de jugabilidad me termina exasperando en cierto punto: me hace sentir que estoy perdiendo tiempo innecesariamente.

La Narrativa: Dickens con un Toque de Plague Tale
La historia arranca con un gancho sencillo: Herman, el hermano de Hanna, desaparece tras ser acusado de robar algo valioso. Lo que parece un rescate familiar se transforma en una conspiración que expone la podredumbre de Eriksholm: sindicatos criminales, políticos corruptos y una plaga (Heartpox) que mata a pobres mientras los ricos compran antídoto.
Pero el verdadero triunfo está en los detalles ambientales:
- Un niño tosiendo tras una ventana mientras un cartel anuncia «Heartpox: ¡Reporte casos o será multado!».
- Notas escondidas en alcantarillas donde obreros planean huelgas.
- El diario de Herman, que revela su desesperación: «Hanna, si lees esto, no confíes en la policía. Lo que robé… no era para mí».
Aquí, otra paradoja: aunque Herman solo aparece 5 minutos al inicio, los jugadores lo sienten presente. Cada objeto suyo (un libro de cuentos, un reloj roto) cuenta más que un monólogo. Es narrativa ambiental en estado puro, aunque algunos críticos lo tacharon de «personaje fantasma».

¿Por Qué Steam lo Ama y la Crítica lo Discute?
Me parece que la crítica de videojuegos en medios muy grandes se está volviendo «rancia» y repetida. Ni ellos saben lo que quieren.
Tras analizar 50 reseñas de Steam y compararlas con críticas profesionales, el patrón es claro:
Lo que la crítica profesional subestimó:
- Inmersión sonora: Los pasos en charcos alertan enemigos, los trenes ahogan tus errores, y los suspiros de Hanna delatan su estrés. Jugadores reportan jugar con auriculares al 100%.
- El «factor diorama»: La vista isométrica obliga a planificar como un general, usando la cámara libre para estudiar patrones de guardias. Un usuario lo llama «ajedrez viviente».
- El peso de las decisiones: Elegir entre salvar a un aliado o avanzar la misión genera angustia real. «Elegí abandonar a Sebastian para encontrar a Herman… y todavía me duele», confiesa una reseña.
Lo que los jugadores perdonaron:
- IA predecible: Los guardias patrullan como robots, pero eso permite aprender sus rutas. Como dice un jugador: «No es fallo, es diseño: como en los clásicos de sigilo».
- Linealidad: Sin side quests ni mundos abiertos, pero con niveles tan pulidos como «un reloj suizo» (Steam review).
- Precio ($39.99): Considerado «justo» para un juego de al menos 12 horas con calidad gráfica AAA.

Conclusión: Un Sueño Robado… y Recuperado
Eriksholm: The Stolen Dream es el indie que desafió las reglas no escritas:
1️⃣ Desobedeció el culto a la libertad: Eligió sigilo lineal en vez de sandbox.
2️⃣ Ignoró el miedo al fracaso: Su «instafail» es un tributo a Commandos y Shadow Tactics.
3️⃣ Demostró que lo pequeño brilla: 17 personas crearon un mundo más vivo que muchos AAA.
Como resume un usuario de Steam: «Es como un libro de Dickens interactivo: lento, meticuloso, y con más alma que un estudio de 300 personas». ¿Es para todos? No. Si buscas acción frenética, sigue de largo. Pero si anhelas tensión cerebral, narrativa con garra y un mundo que respira tristeza… esto es una joya que Steam ya reconoció. Y a veces, la sabiduría está en la multitud.
Eriksholm: The Stolen Dream está disponible en PC, PS5 y Xbox Series. Si lo juegas, hazlo con auriculares, paciencia y la certeza de que, a veces, lo imperfecto es perfecto.
«En Eriksholm, las sombras no te esconden: te revelan. Y cada error… es una lección escrita en sangre virtual.»
— Un jugador anónimo, tras morir 42 veces en el Capítulo 7.