El mundo de los videojuegos es mucho más variado y profundo que lo que pinta el viejo estereotipo del monopolio de los disparos, la sangre y la violencia al que aún recurren ciertos personajes públicos para banalizar problemas sociales de raíces bastante más profundas. Entre los géneros fuera de esa distorsionada percepción está el de puzzles, pese a que es incluso más antiguo que otros. Sin ir más lejos, ahí tenemos el Tetris, uno de los juegos más populares e intemporales de la historia. De hecho, tanto grandes compañías como estudios independientes han jugado con el versátil concepto de la resolución de problemas, cuyo límite se encuentra únicamente en la imaginación del desarrollador. En este caso, y como no podría ser de otro modo en esta sección, me voy a centrar en uno del segundo grupo: Filament. Como podremos comprobar, este peculiar título de Beard Envy disponible en Windows, GNU/Linux, Mac OS y, más recientemente, Nintendo Switch, no va a dejar indiferente a nadie.
Si entrásemos a Filament sin mirar ninguna reseña ni referencia, ni tan siquiera la ficha técnica del propio juego, la primera impresión que nos llevaríamos es que nos encontramos simplemente ante un título de ciencia ficción y exploración, y, en efecto, esto es una parte importante a nivel narrativo, pues actúa como “pegamento” de trama y temática que aglutina lo que de otro modo sería un cúmulo de puzzles inconexos a resolver simplemente porque sí. Nuestra colono espacial, que responde al nombre de Júpiter, se encuentra sola en la enorme nave Alabaster, perteneciente a la empresa Filament Corporation, quien la acondicionó para su habitabilidad. Cuenta con varias habitaciones, zonas comunes, jardines, gimnasio y piscina, además de áreas enteras puramente técnicas. Además, hay distintos efectos personales y recuerdos de distinto tipo que indican que en el pasado hubo más personas a bordo. Todo ello sazonado con un hilo musical que transita con gran facilidad de lo imponente y majestuoso a lo armonioso y relajante, y unos gráficos tridimensionales sencillos pero amables a la vista, en perspectiva cenital.
Cuando interactuemos con los terminales disponibles y resolvamos los puzzles que albergan (como digo, el verdadero meollo del juego, del que hablaré más detalladamente en los párrafos siguientes), la protagonista de Filament comenzará a hablar con nosotros, rompiendo así la cuarta pared. De este modo, también comprobaremos que, pese a no haber ni un sólo ser humano más, el título es también rico en ”diálogos” (o quizás sea un monólogo y le ocurra lo que al protagonista de Náufrago con “Wilson”) y que serían bastante más fáciles de seguir si hubiesen sido traducidos al español. Entre otros datos, nos hablará de sus compañeros que estuvieron a bordo de esa nave, los cuales tienen nombres tan peculiares como Mermelada, Pistacho o Canario. Asimismo, la resolución de los puzzles darán paso al desbloqueo de un código secreto, que se resuelve de un modo prácticamente idéntico a éstos pero de forma mucho más esquemática, a través de un patrón que deberemos introducir en el ordenador y que nos permitirá avanzar en la aventura. Por lo demás, pasar de fases también permitirá acceder a nuevos detalles de cada zona de la nave.
Pasemos ahora a entrar en detalle sobre la esencia de Filament, los puzzles. Como comenté en el párrafo anterior, se accede a ellos a través de los terminales que se encuentran diseminados por la nave. Su premisa básica consiste en enlazar todos los monolitos distribuidos por el escenario con un cable fosforescente que desplegamos con la ayuda de una especie de robot que controlamos. Cuando dicho cable los toca, éstos se iluminan y, logrado el objetivo de encenderlos todos, una puerta se abrirá para que pasemos a la siguiente fase, que por lo general son cinco por terminal. Aquí nuestro mayor enemigo es el ángulo. Si bordeamos un monolito del modo incorrecto, pasando junto a él por el lado que no es, será imposible seguir avanzando, ya sea porque nuestro propio cable nos corta el paso o porque desde el ángulo por el que nos desplazamos resulta imposible llegar al siguiente pilar, sobre todo si está adosado a una biga o a cualquier otro obstáculo que nos impida hacer contacto con él desde determinado ángulo.
Además, es muy importante tener en cuenta que de nada sirve lograr iluminarlos todos si luego nos es imposible llegar a puerta de la sala. Es imprescindible, pues, hacerlo en el orden correcto, de tal modo que logremos enlazarlos correctamente y al mismo tiempo dejar una vía libre para acceder a la salida. Una vez completado los cinco puzzles, además de suceder lo ya comentado (la charla y todo lo demás), será posible acceder al siguiente terminal que contenga el mismo tipo de puzzle pero con un nivel de dificultad mayor.
En efecto, tipo de puzzles y nivel de dificultad son los siguientes conceptos que debemos asimilar. La mayor virtud de Filament consiste expandir enormemente las posibilidades de esa premisa básica hasta el punto de lograr experiencias de juego significativamente distintas en función del tipo de escenario. No hay mejor forma de hacernos una idea de la magnitud de lo que tenemos delante que exponiendo las cifras: Filament tiene un total de más de 300 puzzles y unos 40 tipos distintos, incluyendo tanto aquellos a los que se puede acceder de forma libre en las tres plantas de la nave como aquellos que comprenden la etapa final del juego. Por lo general, es mayor cuanto más ascendamos en la nave, además de lo que acabo de comentar sobre la curva de dificultad dentro de los de un mismo tipo. Al principio serán de una sencillez máxima, simplemente transitar de A a B, para que nos familiaricemos con la lógica de la nueva modalidad, pero a partir de ahí se irá complicando rápidamente, incluso hasta superar el límite de lo desafiante y encontrarnos ante un verdadero quebradero de cabeza.
Son tantísimos los tipos de puzzles y las distintas variantes que a su vez presentan que sería muy pesado y aburrido detallarlos todos, tanto para mí escribirlo como para vosotros leerlo, de modo que pondré unos pocos ejemplos. Si nos encontramos ante un puzzle tipo constelación, sólo podremos conectar dos pilares si se encuentran dentro de la misma ramificación. De lo contrario, nuestro cable se apagará y no podremos encender más monolitos. Por lo tanto, debemos encontrar el modo de encender una línea que a la vez nos permita volver sobre nuestros pasos y acceder a la siguiente. En otra clase, encender un pilar concreto abrirá una puerta por la que podemos pasar para seguir nuestro recorrido. Pero hay casos bastante más complejos, tanto para seguir su mecánica como para explicarla con palabras. Por ejemplo, hay monolitos que al entrar en contacto con ellos se vuelven de un color determinado y que, al estar conectados a una bombilla como otros, este color se mezcla con su conjunto para dar lugar a uno diferente en dicha bombilla, por lo que debemos accionar los colores en el orden y y disposición correctos para lograr la tonalidad deseada.
En otros puzzles de colores no hay esos elementos y basta con encender todos los del mismo color, pero a cambio controlamos a dos o más robots, uno para cada tonalidad, por lo que nuestro mayor desafío es que no se estorben entre ellos (y, para rizar el rizo, hay otros que combinan todos esos elementos). También hay con pilares especiales, como aquellos por los que el cable debe pasar un determinado número de veces y ni una más (ni una menos), o aquéllos que conforman una pantalla de luz por la que se puede transitar, según cuáles sean, una o dos veces, pero con los que bajo ningún concepto debemos hacer contacto directo. Basta esa pequeña muestra para hacernos una idea de la enorme variedad de desafíos que nos esperan.
En conclusión, quienes busquen un juego con una gran cantidad de puzzles cuyo nivel de dificultad sea capaz de llevarles a la desesperación encontrarán sus expectativas sobradamente satisfechas en Filament. Tras su agradable acabado gráfico y su relajante banda sonora, de temas musicales limitados pero bastante variada en matices, se esconde un juego de dificultad endiablada en el que será necesario invertir algunas decenas de horas sudando tinta. Absténganse aquellos a los que les desagrade el género o busquen un nivel más accesible.