Lo de los indios y los vaqueros en los videojuegos es casi tan viejo como la época en la que se basan. Ya sabéis de qué hablamos, del viejo oeste, aquel período turbio de la historia de Norteamérica. Hoy proponemos cinco juegos clásicos con todo ese sabor a pólvora, tabaco y whisky del malo.
Por cierto, gracias al señor Fran Drums por la idea.
BLOOD BROS.
Efectivamente, se trata de la famosa recreativa del indio y el vaquero que disparaban a tutiplén. Del año 1990, Blood Bros. es obra de Tad Corporation, quienes nos ofrecieron una ensalada de tiros en tercera persona verdaderamente épica y que nos recuerda, y mucho, a Cabal, su anterior obra. De hecho hay quién dice que Blood Bros. es su secuela espiritual.
Con una estética steampunk muy marcada, Blood Bros. es acción sin descanso. Nuestro objetivo es el de derrotar al forajido más famoso del oeste: Big Bad John, y de paso a toda su banda de malhechores. Esto lo haremos a lo largo de una serie de fases en las que disparar a todo lo que se mueva.
Destaca el componente destructivo de los escenarios, algo bastante trabajado para una recreativa de 1990 y que ya se pudo ver en Cabal. Eso sí, Blood Bros. mejora mucho la fórmula y el aspecto técnico, logrando que los escenarios queden hechos unos zorros después de cada refriega. Por cierto, también debemos alabar el diseño de los jefes finales, verdaderas obras de ingeniería de lo steampunk.
Blood Bros. es un grandísimo arcade, con grandes dosis de acción, sin respiro, que pondrá a prueba nuestra pericia a los mandos. No es demasiado complicado, pero hay momentos verdaderamente intensos. Un básico.
GONZZALEZZ
Vamos con algo más patrio. Gonzzalezz, obra de Opera Soft lanzada en 1989 para los ordenadores Amstrad CPC, Amstrad PCW, MSX, PC y ZX Spectrum, es un juego español protagonizado por el mexicano más salado de la llamada «edad de oro del software español».
Nuestro protagonista, que gusta de dormir la siesta, se encuentra profundamente dormido y sumido en medio de un peligroso sueño del que tenemos que huir. Para ello debemos atravesar una serie de dificilísimas plataformas para llegar a alcanzar un despertador que nos haga salir de esa pesadilla.
Una vez pasada la primera ronda nos meteremos de lleno en el viejo oeste. Gonzzalezz deberá ir en busca de una hamaca para seguir durmiendo, pero su periplo no será nada fácil. En esta segunda fase debemos hacer frente a malvados cuatreros, indígenas con malas pulgas y algún que otro bicho del desierto. Aquí la acción cobra más peso y la misión no será nada, nada fácil.
Gonzzalezz es todo un clásico de los ordenadores. Un título variado, simpático, extremadamente difícil y lleno de tópicos mexicanos. Por cierto, si queréis probarlo cualquier versión está bien, pero desde aquí os recomendamos la de Spectrum, que está muy trabajada.
GUN.SMOKE
Otra recreativa. Esta vez de los casi siempre geniales Capcom y también el juego más antiguo del que hoy hablamos al ser de 1985. Gun.Smoke es un juego de disparos en vista aérea con tintes de shoot ‘em up de scroll vertical, ya que el escenario se va moviendo solo.
Controlamos a un pistolero que debe salvar a la ciudad de Hicksville de unos bandidos conocidos como los Wingates. Para ello debemos recorrer una serie de fases, ir despachando a todos los enemigos y enfrentarnos al jefe final de cada una. Contaremos con la posibilidad de disparar hacia adelante y en las diagonales, y menos mal, pues aparecerán pistoleros por todas partes.
Gun.Smoke es una recreativa que nos puede recordar en desarrollo al clásico Commando, pero con una estética y una personalidad geniales. Además resulta todo un desafío, pues es difícil como él solo.
Además de los salones recreativos, Gun.Smoke salió al mercado doméstico, pudiéndose ver en los ordenadores Amstrad CPC, Commodore 64, MSX y ZX Spectrum. También salió en Nintendo NES, siendo una de las versiones más trabajadas que podemos encontrar sobre esta joyita de Capcom.
OUTLAWS
Cambiamos de tercio y nos vamos hasta 1997 con Outlaws, un FPS de la mítica LucasArts exclusivo de PC. El sheriff James Anderson se ha retirado y ahora tiene una vida tranquila en una granja junto a su esposa y su hija. ¿El problema? Un tal Bob Graham quiere que el ferrocarril pase por la tierras de Anderson, así que contrata unos rufianes que secuestran a su hija, por lo que nuestro héroe deberá desenfundar de nuevo su revólver.
Y así, con esta premisa, comienza la acción de Outlaws, uno de los shooters en primera persona más originales de su tiempo. Y decimos que es original en parte gracias a su aspecto técnico, que mezcla dibujos animados sobre el motor gráfico que LucasArts ya había utilizado en el juego Star Wars: Dark Forces.
Eso sí, el desarrollo es el típico de este tipo de juegos. Debemos recorrer los laberínticos niveles que lo componen, derrotando a los enemigos que encontremos y buscando la salida que nos conducirá hasta el siguiente nivel, recogiendo llaves que nos darán acceso a otras zonas. Y este es uno de sus problemas, que no aportaba nada a un género con otros representantes tan brutales como Quake.
Outlaws peca de repetitivo, soso y poco ambicioso en lo jugable. A pesar de su simpático apartado gráfico, su motor estaba ya anticuado en 1997, y esto le pasó bastante factura a LucasArts. No obstante el paso del tiempo le ha sentado bien y hoy en día se podría decir que es un juego de culto que merece bastante la pena probarlo.
SUNSET RIDERS
No podríamos olvidar en una selección de juegos basados en el viejo oeste, a LA RECREATIVA (así, con mayúsculas) de indios y vaqueros más famosa de todos los tiempos. Por supuesto hablamos de Sunset Riders, obra maestra que Konami lanzó en 1991 a los arcades y que tiempo después se vio en Super Nintendo y Mega Drive.
En este run and gun para cuatro jugadores simultáneos debemos ir a por una serie de forajidos, y cada uno nos esperará al final de cada nivel, ejerciendo de jefe de fin de fase. Nos iremos abriendo a base de tiros en un juego que cuenta con un desarrollo de scroll lateral, pero también habrá momentos para montar a caballo o fases de bonus en primera persona.
A nivel audiovisual, Sunset Riders es una joya en toda regla. Sus gráficos son coloridos, muy en la línea de otras producciones de Konami de la época como The Simpsons o Teenage Mutant Ninja Turtles: Turtles in Time, y están plagados de guiños y detalles que nos sacarán más de una sonrisa. Además el sonido acompaña perfectamente, ofreciéndonos una atmósfera única que combina con una jugabilidad a prueba de bombas.
Sunset Riders es uno de los mejores exponentes del salvaje oeste que podemos encontrar en recreativas. Toda una bomba jugable, divertida y llena de momentos únicos como la estampida. Perfecto para jugarlo en compañía, que es cuando se disfruta mejor.