Ishiro Honda es un director japonés conocido principalmente por su amplia contribución en el mundo del Kaiju Eiga (películas de monstruos gigantes). Sin embargo también dirigió películas que se acercaban más al cine de terror y suspense, como la película de la cual voy a hablar ahora.
Matango comienza mostrándonos el viaje en barco que hacen sus siete protagonistas: un millonario acostumbrado a hacer lo que le da la gana, una actriz de televisión obsesionada con viajar y triunfar, un modesto profesor y su alumna, un escritor de novelas, y el personal del barco que está formado por el Capitán y su indisciplinado marinero.
Todos ellos disfrutarán del viaje hasta que el temporal hace que el barco vaya a la deriva, arribando finalmente a una isla inhabitada. Mientras buscan ayuda y alimento encuentran otro barco en la isla, el cual parece llevar mucho tiempo abandonado, según delata su dejado aspecto y el hecho de que esté cubierto de moho y hongos, cosa que no impedirá que nuestros protagonistas se refugien en él.
La isla está cubierta de una densa niebla, no tiene fauna (es más, los animales parecen evitar cualquier contacto con la isla) y la flora, pese a ser abundante (especialmente en lo que se refiere a hongos) no parece ser comestible, con lo cual la supervivencia no resulta fácil. Esta situación provoca las típicas tensiones entre los protagonistas, quienes han de decidir sobre lo que hacer antes de que se les acaben las provisiones, con todas las discusiones y protestas que eso conlleva.
Como no puede ser de otra manera, algunos de los protagonistas deciden ir a la suya, buscando su propio beneficio, lo cual provoca que durante una noche uno de ellos decida robar las reservas de comida. En ese mismo momento vemos cómo en el barco hay algo más además de los protagonistas. Ese algo consigue asustarlos y acorralarlos en su habitación para terminar entrando lentamente por la puerta y…
La siguiente escena nos muestra a los protagonistas desayunando mientras debaten si lo visto la noche anterior fue algo imaginario, como un fantasma o algo así. La tensión y las acusaciones mutuas siguen aflorando más y más, cosa que no ayuda a la supervivencia. El capitán cree que deben reparar su barco y salir de la isla cuanto antes; el encargado de buscar comida la esconde para poder comerla él solo; el millonario se niega a colaborar; a la actriz de televisión le gusta que los hombres se peleen por ella; y el novelista decide comer los hongos que pueblan la isla para descubrir que, entre otras cosas, causan alucinaciones.
El panorama no mejora y los personajes llevan su individualismo más allá. El capitán, desencantado con el resto, decide arreglar su maltrecho barco y volver al mar. El marinero está celoso del novelista por tener un affaire con la actriz, cosa que termina con el novelista con un arma pegando tiros, con lo cual él y la chica son expulsados del barco a lo que parece ser una muerte segura en la isla.
Pasa el tiempo y los escasos supervivientes ven que regresa el barco del capitán, sin capitán. La actriz (a la que daban por muerta) vuelve al barco para convencer al millonario de que la siga, pues al parecer conoce una fuente de alimento que es lo que la ha mantenido viva.
Y así llegamos a la parte final del film, con los supervivientes intentando huir en el barco del capitán, pues los extraños sucesos que han visto en la isla no auguran nada bueno para ellos. Además saben que no han de confiar en sus antiguos compañeros y, ¿que fue de aquel ser que merodeaba por el barco la primera noche? ¿Era real o imaginario?
Matango es una película que se basa en dos cosas: sus personajes y su atmósfera. Si bien es cierto que los primeros no están desarrollados profundamente, la película se toma su tiempo en hacernos ver cómo es cada uno, dándonos a entender lo que podemos o no podemos esperar de ellos conforme avance el film. En cuanto a la atmósfera, Honda consigue crear una sensación de “algo va mal” en todo momento. Da igual que veamos la isla a plena luz del día, o sumergida en la oscuridad de la noche, la neblina y las cosas extrañas que parecen suceder en ella terminan haciendo que transmita una fuerte sensación de inseguridad.
Sin embargo también he de decir que la película es bastante lenta, y en alguna ocasión los efectos especiales no parecen estar a la altura, aunque al menos podemos decir que estos se utilizan en las escenas justas, cosa que se agradece.
Tres curiosidades sobre el film.
- La película está inspirada en el relato The Voice in the Night de W. Hope Hodgson.
- En algunos carteles de la película podemos ver a una especie de hombre hongo con una mujer en brazos. Eso nunca sucede en la película, simplemente se creó el cartel para crear expectativas y de paso cumplir con un tópico del cine de terror y ciencia ficción “el monstruo con la mujer en brazos” que hemos visto en decenas de ocasiones.
- En el videojuego Secret of Mana de Super Nintendo, el pueblo lleno de champiñones se llama Matango en honor a a este film.