Portada de Copycat

[Análisis] Copycat: Una aventura felina emotiva y llena de desafíos

Copycat
Release Date
19/09/2024
Género
Aventura, exploración, puzles, QTE
Desarrollador
Spoonful Of Wonder
Plataformas
PC (Steam)
Nuestra calificación
3.8

Copycat es el debut del estudio independiente australiano Spoonful of Wonder en la escena de los videojuegos. Esta aventura narrativa es una carta de amor a los amantes de las mascotas, explorando las relaciones entre mascota y dueño, madre e hija, y con uno mismo. El juego nos pone en la piel de Dawn, una gata reservada de un refugio, que es adoptada por Olive, una anciana expresiva.

Una historia conmovedora desde la perspectiva felina

La trama de Copycat tiene una gran carga emocional, centrada en temas como la soledad, la pertenencia y los vínculos afectivos. Dawn, la protagonista, es una gata escéptica con un pasado traumático. Cuando Olive, una mujer mayor que recientemente perdió a su propia gata, adopta a Dawn, ésta está decidida a escapar de la casa y explorar el mundo exterior.

Dawn es terca, desconfiada e independiente, planeando su huida desde el primer día. El cariño abrumador de Olive y su deseo de crear un vínculo generan tensión entre ambas al principio. Sin embargo, la persistencia de Olive eventualmente comienza a derribar las defensas de Dawn.

Justo cuando la relación entre Dawn y Olive se está afianzando, la hija de Olive echa a Dawn de la casa. Al intentar regresar, Dawn descubre que la gata anterior de Olive ha vuelto y ha ocupado su lugar. A partir de ahí, la historia se convierte en un relato emotivo sobre familia, perdón y conexión, mientras Dawn enfrenta sus demonios internos y debe decidir si luchar por su lugar en el hogar de Olive.

Jugabilidad divertida con algunos problemas técnicos

La jugabilidad de Copycat es muy entretenida, combinando minijuegos, un entorno tipo sandbox dentro de la casa, y eventos de tiempo rápido (o más conocidos como quick time events -QTE-). Nunca me sentí aburrido durante el juego, siempre ocupado con actividades cotidianas como jugar con un juguete de plumas o destrozar papel higiénico. Estas pequeñas actividades incluyen apretar botones rápidamente o juegos de reacción, haciendo interactivos los aspectos más divertidos de tener un gato.

Hay dos tipos principales de apartados que se alejan de la típica jugabilidad de simulador de caminata: un minijuego de carrera sin fin y una pelea contra un jefe que involucra combos de eventos de tiempo rápido. La sección de carrera sin fin ocurre dos veces, notablemente cuando Dawn huye de un perro enojado. La pelea contra el jefe no es de vida o muerte, pero hay aspectos situacionales que te hacen querer presionar esos botones correctamente.

Sin embargo, aunque la inclusión de minijuegos realmente elevó la experiencia de juego, el juego en general tiende a ser más inestable que estable. Durante mi partida, me encontré con varios errores técnicos. En un momento, atravesé una puerta que no debería haber podido atravesar y quedé en el «limbo». En la jerga de los videojuegos, el limbo es una zona incompleta del mundo del juego, donde quedas «flotando» o donde caminas en el vacío, fuera del mapa. No pasa nada, reinicias y ya está. Pero según experiencias de otros jugadores, el problema técnico más grave que ha ocurrido es que puedes perder tu partida salvada según qué error tengas, así que habrá que esperar un poco a nuevas actualizaciones que corrijan esto si no quieres jugar con riesgo a perder tus avances.

Atmósfera sonora y actuaciones de voz destacadas

La banda sonora de Copycat logra su mayor impacto en los momentos sutiles, eligiendo subrayar lo cotidiano en lugar de sensacionalizar lo inusual. No hay una partitura grandiosa presente a lo largo del juego, sino más bien una melodía tranquila que refleja los temas que se abordan en diferentes puntos de la narrativa. La música amplifica algunos de los momentos más emotivos, pero no se siente forzada ni separada de la experiencia en su conjunto.

El diseño de sonido es encantador, con ruidos comunes que van desde maullidos y ronroneos hasta el sonido de las garras enganchándose en la tela. Cada pequeño momento audible en este juego se siente auténtico y representativo de lo que la mayoría de los dueños de gatos escuchan a diario.

Dirección artística que amplifica las emociones

La dirección artística de Copycat logra amplificar la emoción ya presente en el corazón de la narrativa. El entorno alrededor de Dawn es cálido y acogedor en la primera mitad del juego, elevando el ánimo del jugador y preparando el escenario para algunos momentos agradables con Olive. La casa de Olive se siente natural y habitada, con un televisor perpetuamente encendido, utensilios en la cocina, diversos adornos en las mesas y tarjetas escritas a mano en exhibición.

Por el contrario, la segunda mitad del juego utiliza tonos fríos y oscuridad para simular la duda que comienza a arraigarse en la mente de Dawn. Las sombras siempre parecen estar cerca, mientras que las calles llenas de basura provocan una sensación de inquietud y preocupación. Entre la escritura detallada, la partitura emocional y el arte multifacético, Copycat logra sumergir al jugador en la mente de Dawn en cada momento.

Un debut prometedor con algunas imperfecciones

Copycat es un debut encomiable del pequeño equipo de Spoonful of Wonder. El juego logra transmitir de manera conmovedora las complejidades emocionales de formar vínculos, tanto desde la perspectiva humana como animal. Sin embargo, no está exento de problemas.

La premisa inicial del juego en Steam no coincide exactamente con la trama real, lo que puede generar expectativas erróneas en los jugadores. No hay un plan elaborado ni un gato callejero celoso que usurpa el lugar del protagonista, como sugiere la descripción. En su lugar, nos encontramos con una experiencia más meditativa sobre la relación entre mascotas y dueños, contada desde el punto de vista del animal.

La primera parte del juego, donde exploramos la casa de Olive como Dawn intentando adaptarnos a nuestro nuevo hogar, es posiblemente la más divertida. Podemos deambular libremente, derribar objetos, robar comida y gradualmente abrirnos a nuestra nueva dueña. El contraste entre la Dawn «salvaje» de los sueños africanos y la torpe gatita doméstica que apenas puede cazar una mariposa resulta entretenido.

Sin embargo, la trama toma giros dramáticos que pueden resultar algo forzados. Las decisiones de algunos personajes, especialmente la hija de Olive, se sienten exageradas y poco matizadas. Esto hace que la historia pierda algunos de sus matices más delicados en favor de un enfoque más blanco y negro.

A pesar de estas críticas, el juego tiene mensajes valiosos sobre el sentido de pertenencia y el amor incondicional. La jugabilidad, aunque simple, logra capturar la esencia felina en muchos momentos. Los niveles inspirados en África son visualmente impresionantes, con colores vibrantes y un diseño encantador de Dawn y los conejos que persigue.

Aspectos técnicos mejorables

En el aspecto técnico, Copycat muestra algunas limitaciones propias de un estudio pequeño en su primer proyecto. Los modelos de personajes humanos contrastan negativamente con el diseño más cuidado de los gatos y el entorno. Sus movimientos se ven extraños y sus modelos no están a la altura del resto del juego.

La banda sonora puede resultar algo repetitiva a lo largo de las aproximadamente tres horas que dura la aventura. Principalmente se escuchan variaciones de dos piezas musicales: un motivo melancólico de piano y la música africana más animada de las secuencias de caza/sueño.

El doblaje, por otro lado, es un punto fuerte del juego. Las voces de Olive y su hija están bien interpretadas, pero es la voz del experto en naturaleza/narrador la que realmente destaca, dando al juego un tono de documental.

Una experiencia imperfecta pero emotiva

Copycat no alcanza el nivel de pulido y complejidad de juegos como Stray, pero sería injusto compararlos directamente dado el tamaño y presupuesto de sus respectivos estudios. En su lugar, debemos valorar Copycat como el debut prometedor de un pequeño equipo que logra contar una historia conmovedora sobre el sentido de pertenencia, la pérdida y, sobre todo, el amor.

El juego tiene sus imperfecciones, pero también aciertos notables en su narrativa, dirección artística y representación del comportamiento felino. Para los amantes de los gatos y aquellos que disfrutan de experiencias narrativas más pausadas y emotivas, Copycat ofrece una aventura única que vale la pena explorar.

Reflexiones finales

Copycat se une a la escasa lista de juegos protagonizados por gatos, un nicho que merece más atención en la industria. Como dueño de gatos (¡tengo 7!), puedo dar fe de la profunda conexión que se forma con estos animales y lo devastador que puede ser perderlos. El juego logra capturar esa relación especial entre humanos y felinos, aunque a veces de forma imperfecta.

La premisa de reemplazar a un gato perdido con otro idéntico del refugio plantea interesantes dilemas éticos y emocionales. ¿Puede un animal realmente sustituir a otro? ¿Cómo afecta esto al vínculo entre mascota y dueño? Copycat explora estas preguntas a través de la relación entre Dawn y Olive, ofreciendo momentos tanto tiernos como desgarradores.

El juego brilla especialmente en su representación de las actividades cotidianas de un gato doméstico. Correr, saltar, derribar objetos y buscar comida se sienten auténticos y divertidos. Las animaciones en tierra capturan bien el movimiento felino, aunque los saltos resultan algo flotantes y faltos de peso.

La historia de Copycat aspira a tocar fibras emocionales profundas, y en muchos aspectos lo logra. Sin embargo, algunos giros argumentales pueden sentirse forzados o poco creíbles. La aparición de la hija de Olive como una especie de villana unidimensional y ciertas decisiones de los personajes hacia el final del juego pueden sacar al jugador de la inmersión emocional que el juego busca crear.

A pesar de estos tropiezos narrativos, es innegable que Copycat consigue contar una historia reflexiva sobre la soledad y el sentido de pertenencia. El juego mantiene al jugador absorto durante sus aproximadamente tres horas de duración, ofreciendo una experiencia única desde la perspectiva felina.

En resumen, Copycat es un debut valiente y emotivo de Spoonful of Wonder. Aunque no alcanza la excelencia en todos sus aspectos, logra ofrecer una buena aventura que resonará especialmente con los amantes de los gatos.

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