
Estreno la sección Mundos fantásticos, dedicada a reseñas de libros y colecciones de literatura fantástica, con Crónicas de Belgarath, una saga compuesta por cinco libros: La senda de la profecía, La reina de la hechicería, La luz del Orbe, El castillo de la magia y La ciudad de las tinieblas. Fue escrita por David Eddings de 1982 a 1984 y nuevamente nos muestra el clásico viaje iniciático de un protagonista que llega a la madurez en sus aventuras a lo largo de reinos de fantasía.
La historia (en realidad, cada libro) comienza con una leyenda. Los distintos pueblos se hallaban al amparo de su respectivo dios protector. Curiosamente, fue precisamente Aldur, un dios sin pueblo, el que creó el Orbe, una piedra del tamaño de un corazón con poderes sobrenaturales. Torak, el arrogante y hermoso dios del pueblo angarak, no tardó en ambicionar su poder, pero quedó horriblemente mutilado cuando el Orbe reaccionó negativamente a su tacto al apoderarse del mismo.
Finalmente, Belgarath, hechicero y discípulo de Aldur, se infiltró la fortaleza de Torak y recuperó la piedra. Desde entonces, Riva Puño de Hierro, hijo del rey Cherek, sería el que la custodie y, tras él, sus descendientes. Se trataba del único con la pureza de corazón suficiente como para poder sostenerlo sin temor a sufrir daño alguno. De su linaje dependía que Torak no vuelva a hacerse con un objeto de tan temible poder.
De ahí, la acción se centrará en Garion, un niño que vive en la hacienda de Faldor bajo el cuidado de su tía Pol. No voy a entrar en spoilers, pero el nombre “Pol” se parece sospechosamente al de Polgara, la hija del mítico hechicero Belgarath (además de tener su mechón blanco sobre su cabello negro azabache). Por lo tanto, no nos costará mucho intuir las conexiones del pequeño con los héroes de la leyenda.
Su estilo puede que no guste a una parte del público actual. A veces puede hacerse lento, con un libro entero básicamente introductorio, en el que lo esencial de la trama permanecerá en secreto tanto para el protagonista como para el lector. Además, el romance se reduce a unas pocas pinceladas (y, en los primeros libros, ni eso), y no hay nada de eso que se llama “spicy”. De todas formas, su estilo narrativo es sencillo y directo sin llegar a ser tosco. A veces hasta tiene partes que casi hacen gracia.
Lo que más me gusta es cómo el autor ha construido un mundo en el que los distintos pueblos y reinos son perfectamente distinguibles los unos y los otros, algo que consigue con unas pocas palabras y frases. No desmerezco las descripciones detalladas (yo tiendo mucho a eso), pero hacerlo de ese modo sin caer en la vaguedad me parece un arte. Además, las criaturas que lo pueblan son esencialmente de su invención, lo cual aporta no poca frescura.

Hay muchos personajes en esta aventura, lo que complica desarrollar lo suficiente a todos. A pesar de eso, todos y a cada uno se le da la oportunidad de mostrar la esencia de su personalidad. Tía Pol, viejo Lobo y Seda destacan por encima del resto y me parecen soberbiamente escritos, aunque tengo predilección por Durnik como representante del hombre sencillo (es un herrero, el único que no es de la nobleza). Garion es imbécil durante buena parte de la saga, pero es lo que tiene ser adolescente.
Crónicas de Belgarath sigue un desarrollo lineal hasta el final del libro cuatro. Es decir, que durante ese largo tramo no se ramificará como se ve en El Señor de los Anillos, y ni qué decir de Canción de hielo y fuego. A partir del punto que comento, veremos que el foco se pone en otros personajes que no voy a mencionar. En todo caso, me pareció una grata sorpresa.

En resumidas cuentas, Crónicas de Belgarath es una saga de fantasía épica de la vieja escuela en cuya esencia es el viaje iniciático del protagonista (aunque no sólo de éste). Este tópico se repite en las leyendas y cantares épicos desde antiguo, pero sigue funcionando muy bien. Es también muy del estilo El Señor de los Anillos en la pugna dicotómica entre el bien y el mal, sin demasiados dilemas morales ni escalas de grises. Ahora bien, aunque me parecen mucho más estimulantes ese tipo de tramas, de vez en cuando agradezco leer enfoques más clásicos y con menos complicaciones.
Se han publicado varias ediciones en español de Crónicas de Belgarath. Las que yo conozco son la de Timun Mas (tapa dura y blanda), la de la colección de Literatura Fantástica de Planeta DeAgostini (la que tengo yo; tapa dura) y la de Círculo de Lectores (tapa dura con sobrecubierta). Cabe destacar que esta última junta los cuatro primeros libros en sólo dos, haciendo una trilogía. En todo caso, todos ellos están descatalogados, de modo que al que le interese sólo le quedará comprarlo de segunda mano (aunque hace pocos años se lanzó en inglés una edición de lujo).

