
Await Further Instructions (2018) es una cinta de horror sci-fi británica dirigida por Johnny Kevorkian y escrita por Gavin Williams, que transforma una reunión familiar navideña en un experimento de obediencia y paranoia. La película sigue a una familia disfuncional que se despierta encerrada en su casa por una sustancia negra misteriosa, recibiendo instrucciones escalofriantes a través de la televisión, algo que los termina llevando a cuestionar su realidad y lealtades. Ambientada en un suburbio británico durante Navidad, fusiona elementos de thriller psicológico con toques de sci-fi, explorando cómo el miedo y la autoridad externa amplifican tensiones internas, ofreciendo una experiencia que combina claustrofobia doméstica con sátira social, mientras rinde homenaje a experimentos psicológicos históricos como los de Milgram y Stanford.
La Reunión Navideña que se Convierte en Prisión
La trama comienza con Nick llegando a la casa familiar para celebrar Navidad con su novia Annji, una joven de origen indio que enfrenta la tensión de conocer a una familia conservadora y disfuncional, compuesta por su padre autoritario Tony, su madre Kate, su hermano Michael y la abuela Nanny. La casa, decorada con luces parpadeantes y un árbol festivo, representa el típico escenario británico de fiestas forzadas, lleno de conversaciones incómodas y prejuicios velados que surgen desde el primer momento. Nick, que ha estado distanciado de su familia por años, intenta mediar entre Annji y los demás, pero la dinámica ya está cargada: Tony impone su visión patriarcal, Kate oscila entre la negación y la histeria, y Michael representa la frustración juvenil contenida.
Desde el amanecer de Navidad, todo cambia cuando despiertan encontrando puertas y ventanas selladas por una red de cables metálicos negros y viscosos, como si una fuerza externa hubiera convertido su hogar en una jaula impenetrable. La familia, confundida y aterrorizada, enciende la televisión en busca de noticias, solo para ver un mensaje repetitivo en letras verdes: «Permanezcan en interiores y esperen instrucciones adicionales». Esta orden inicial parece un aviso de emergencia —quizás un ataque terrorista o una cuarentena—, pero pronto evoluciona en directivas más intrusivas que dictan sus acciones diarias, desde racionar comida hasta realizar tareas que erosionan su privacidad y cordura.
¿Seguir instrucciones o rebelarse?
La narrativa dedica la primera hora a esta construcción de paranoia, mostrando cómo la familia se divide en facciones: Tony interpreta las instrucciones como un mandato divino o patriótico, alineándose con su xenofobia latente hacia Annji, mientras Nick y ella cuestionan la legitimidad de la fuente, generando conflictos que revelan resentimientos enterrados como el racismo implícito o la represión emocional. Kate, la madre, intenta mantener la fachada festiva preparando el pavo, pero incluso eso se tuerce con las órdenes crecientes, como aislar habitaciones o vigilarse mutuamente. Michael, el hijo rebelde, oscila entre el sarcasmo y el pánico, y la abuela Nanny, con su fragilidad, añade vulnerabilidad al grupo. Kevorkian usa el espacio confinado para amplificar la claustrofobia, con pasillos estrechos que se sienten más opresivos y la TV como un ojo omnipresente que dicta su supervivencia.
A medida que las instrucciones se vuelven más sádicas, la familia recurre a improvisar: intentan forzar las puertas, buscar señales en la red de cables o incluso desconectar el televisor, pero cada rebelión trae consecuencias que escalan el terror, desde visiones alucinatorias hasta confrontaciones físicas. La primera mitad, que abarca gran parte del metraje, recompensa con una inmersión en esta dinámica familiar tóxica, donde el encierro externo refleja el interno, y las órdenes televisivas sirven como catalizador para que salgan a flote prejuicios y secretos, creando una atmósfera de angustia constante que transforma la calidez navideña en una pesadilla colectiva.

Temas de Obediencia y Paranoia en un Encierro Doméstico
La película indaga en temas de obediencia ciega a la autoridad, inspirada en el experimento de Milgram —el apellido de la familia no es casual—, donde individuos comunes cometen actos atroces bajo órdenes percibidas como legítimas, y el experimento de la prisión de Stanford, reflejado en la dirección de Stanford Street. Estas referencias culturales llevan la narrativa más allá del horror, convirtiéndola en una alegoría de cómo los medios y el miedo pueden manipular masas, exacerbando divisiones sociales como el racismo y el patriarcado en un contexto post-Brexit.
Visualmente, Kevorkian crea una claustrofobia palpable con tomas cerradas que siguen los movimientos frenéticos de la familia, mientras la sustancia negra pulula como una entidad viva, simbolizando la corrupción de la información. Las actuaciones brillan en esta dinámica: Sam Gittins como Nick captura la frustración de un hijo outsider, Neerja Naik aporta resiliencia a Annji como la intrusa cultural, y David Bradley infunde a Tony una autoridad tóxica que evoca villanos cotidianos. Abigail Cruttenden como Kate equilibra negación y colapso, haciendo creíble el descenso al caos.
En comparación con otros encierros como The Platform, Await Further Instructions se distingue por su sátira social, priorizando el drama psicológico sobre el gore extremo, aunque algunos critican su final por no resolver del todo la alegoría. Su fuerza radica en esa ambigüedad, dejando al espectador cuestionando si el verdadero monstruo es la familia o la pantalla que los controla.


Curiosidades sobre Await Further Instructions
- El apellido de la familia, Milgram, alude al experimento de obediencia de Stanley Milgram, un tema central en la obediencia ciega a la autoridad.
- La casa está en Stanford Street, referencia al experimento de la prisión de Stanford, que explora dinámicas de poder en entornos confinados.
- El guion se inspiró en la canción «Apartment Story» de The National, específicamente en la letra «Stay indoors until somebody finds you / Do whatever the TV tells you».
- Es la segunda colaboración entre Holly Weston y Sam Gittins, tras Howl (2015), una película de hombres lobo en un tren.
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