[Reseña] Brian the Brain Integral

Dibujo
Miguel Ángel Martín
Guion
Miguel Ángel Martín
Editorial
Reino de Cordelia
Género
Drama, distópico, underground
Año de publicación
2022

Brian the Brain, el niño con un cerebro tan prodigioso que emerge de su cráneo, nació del lápiz de Miguel Ángel Martín en 1990 en Krazy Comics. El hecho de que únicamente se publicase en la misma un año probablemente se debiese a limitaciones de formato. Krazy Comics era una revista sobre historietas, no de historietas, por lo que las pocas que en ella salían eran cortas. En todo caso, desde 1991, nuestro cerebral personaje aparecería en un terreno mucho más propicio: Makoki, una revista de cómic underground de la Ediciones la Cúpula, la cual estaba especializada en los temas perturbadores y desagradables que la serie tocaba. Desgraciadamente, el fin de ésta llegaría en 1993, en una época negra en la que las revistas españolas de cómic cerraban una tras otra.

El final de Makoki supuso un parón en la producción de nuevo material sobre la serie, pero no su completo olvido, pues en 1995 tuvo por fin su primer volumen recopilatorio. No fue hasta 2011 cuando Brian The Brain regresase con la novela gráfica MotorLab Monqi y, en 2014, Out of My Brain, ambas de la mano de la editorial Rey Lear. Éstas rebajaban, en buena medida, el nivel de contenido crudo, grotesco y escatológico, pero manteniendo, o incluso incrementando, su carga dramática.

Ya en la década siguiente, 2022 fue un año interesante para la obra cumbre de Miguel Ángel Martin. De un lado, se anunció una serie animada que, por desgracia, tiene toda la pinta de que no llegó a nada. De otro, la editorial Reino de Cordelia publicó un tomo integral, que es el que reseñaré a continuación.

Como su propio nombre indica Brian The Brain Integral reúne en un único tomo toda la trayectoria editorial de la mencionada serie, desde sus historietas de tan sólo una página de extensión (que poco después se ampliarían a dos) hasta sus dos novelas gráficas. Esto se traduce en un libro de grosor considerable de cerca de 450 páginas. Su cubierta, además, tiene el lomo forrado de tela, lo que le confiere un aspecto serio y clásico que me recuerda (salvando las distancias) a la de los tres tomos de la edición de lujo de Bone en blanco y negro que sacase Astiberri allá por 2013.

Comparación entre el lomo de Brian The Brain Integral y el de Out of my Brain.

El modo en el que está estructurado el contenido es el de una colosal novela gráfica cuyas distintivas etapas tomarían la forma de una suerte de capítulos. Unos que, como es habitual en la obra de Miguel Ángel Martín, tienen los títulos en inglés. De este modo, la ya citada primera época de las historietas cortas fue aglutinada en un apartado llamado Bits of Life. Su segunda etapa, ya con historietas algo más largas, tienen cabida en el siguiente, Pieces of Life, las cuales ya cuentan con títulos propiamente dichos. Por último, Bio Lab reúne la historieta de duración intermedia Lara II (que es, a todas luces, un capítulo de transición) y sus dos novelas gráficas centradas en su adolescencia y vida adulta respectivamente.

La sensación de estar ante algo más grande que un simple recopilatorio se refuerza con la incorporación de dos pequeñas historietas nuevas, una al principio a modo de prólogo y otra al final como epílogo. Este detalle, aparentemente nimio, confiere una carga narrativa muy poderosa a la lectura. A nivel psicológico, resulta mucho más inmersivo leer toda una obra del tirón que volúmenes sueltos, y más si la lectura de éstos se espacia en el tiempo. En esa línea, el prólogo y el epílogo hace aún más sólida su coherencia narrativa y su carga dramática.

No voy a adentrarme en el argumento que entraña Brian The Brain Integral, puesto que hace ya varios años le dediqué todo un artículo al personaje. Sí diré, eso sí, que estamos ante una historia dura, muy dura. A través de sus páginas, veremos cómo un niño con el cerebro a flor de piel y poderes psíquicos tratará, en vano, de ser feliz y entablar conexiones con otros seres humanos. Sentiremos su tristeza, su frustración, cuando pierda a sus seres queridos por distintas razones (muchas de ellas, trágicas).

Parte del índice.

La melancolía, pues, es la nota dominante y constante de sus páginas, que trascenderá a su faceta más grotesca de las primeras etapas de la serie. Es la historia de un personaje que, por mucho que trate de alcanzar la felicidad y un mínimo atisbo de vida normal, se le escapará de entre los dedos. A esta tarea contribuye en no poca medida un dibujo que, con personajes de ojos almendrados, rasgos estereotipados, trazos simples y ausencia de texturas y detalles, lo dota de una expresividad extraordinaria, asegurándose de que el lector observe justo lo que ha de ser observado.

Las ediciones integrales tienen sus inconvenientes, como su peso y falta de manejabilidad, pero a la luz de los hechos están sus ventajas. Además, otro de los problemas que estas suelen tener, el alto precio, la que nos ocupa no lo padece, puesto que éste ronda en torno a los 25 euros. Una ganga para una edición de estas características.

Eso sí, si no habéis leído nada de Biran the Brain antes, os recomiendo encarecidamente lo siguiente: no leáis la introducción (Brian, el inocente, de Manuel Vilas). Me parece un crimen que éste contenga tantos spoilers cuando la gracia de esta serie está en toparse con los acontecimientos de la forma más genuina posible.

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