
Suicide Forest Village (2021), conocida como Jukai Mura en Japón, es una cinta de horror dirigida por Takashi Shimizu, famoso por The Grudge, que forma parte de su trilogía Village of Horror y se inspira en leyendas urbanas del Bosque de Aokigahara, el infame «Bosque de los Suicidios» al pie del Monte Fuji. La película sigue a un grupo de personajes, centrados en dos hermanas, que se ven envueltos en una maldición desencadenada por una caja misteriosa encontrada en las profundidades del bosque, fusionando elementos de horror sobrenatural con drama familiar y explorando temas de aislamiento, culpa y el peso del pasado. Ambientada en un Japón contemporáneo con toques de folclor tradicional, ofrece una experiencia que combina sustos viscerales con una atmósfera densa y opresiva, característica del estilo de Shimizu, mientras rinde homenaje a las tradiciones japonesas de espíritus vengativos y lugares malditos.
El Descubrimiento de la Caja Maldita y el Inicio del Terror
La trama arranca con un grupo de amigos que se aventura en las afueras de Aokigahara, un bosque denso y laberíntico conocido por su silencio absoluto y su historia trágica, donde las hermanas Hibiki y Mei se topan con una caja antigua enterrada, un artefacto que parece inofensivo al principio pero que pronto libera una serie de eventos inexplicables que invaden su realidad. La narrativa se desarrolla en tiempo presente, intercalada con flashbacks que revelan conexiones con el pasado del bosque, mostrando cómo la caja se convierte en un catalizador para fenómenos sobrenaturales que se infiltran en su vida cotidiana, desde ruidos extraños en la noche hasta sombras que se mueven solas y visiones que evocan tragedias pasadas.
Desde el comienzo, la película establece una tensión gradual que crece con cada escena, con las hermanas regresando a su hogar urbano solo para que la maldición las siga como una presencia invisible, desencadenando discusiones sobre qué hacer con la caja e intentos fallidos de deshacerse de ella, mientras el mal persiste y se manifiesta en formas físicas como heridas inexplicables o alucinaciones que borran la línea entre lo real y lo sobrenatural. Hibiki, la mayor, intenta racionalizarlo todo con explicaciones lógicas, pero Mei, más intuitiva, siente una conexión más profunda con lo ocurrido, poniendo a prueba su relación familiar y obligándolas a confrontar secretos enterrados.
El Bosque Como Protagonista
La primera mitad de la película se centra en esta escalada, donde exploran la historia de la caja a través de leyendas locales y pistas vagas de vecinos, haciendo que la ciudad se sienta cada vez más opresiva y el bosque las llame de vuelta con un magnetismo inevitable.
Shimizu usa el entorno para amplificar la angustia, con árboles densos que bloquean la luz y senderos que confunden a los personajes, creando una atmósfera asfixiante donde cada escena construye hacia lo inevitable y el terror se entrelaza con el vínculo familiar de las hermanas. La maldición se convierte en algo que no solo acecha desde el bosque, sino que se arraiga en su cotidianeidad y transforma su percepción de la realidad.

Referencias Culturales: Aokigahara y el Folclor Japonés
Aokigahara, el Bosque de los Suicidios, es central en la película y representa un lugar real al pie del Monte Fuji, conocido por su densidad volcánica que crea un suelo poroso capaz de absorber sonidos y generar un silencio absoluto, mientras que su campo magnético interfiere con brújulas, haciendo de él un sitio legendario para suicidios desde los 60s. Shimizu utiliza esto para construir una atmósfera opresiva, donde el bosque evoca a los yūrei, fantasmas vengativos del folclor japonés que son espíritus violentos en busca de justicia o dedicados a atormentar a los vivos, integrándolos en la narrativa como presencias que se manifiestan a través de la maldición.
La película incorpora también el ubasute, una práctica antigua de abandonar ancianos en bosques remotos durante hambrunas, asociada a Aokigahara, y que Shimizu entrelaza con la maldición para sugerir espíritus abandonados que buscan compañía en la muerte, añadiendo profundidad cultural al horror.
La caja maldita evoca objetos poseídos comunes en leyendas japonesas, similares a los de The Ring, simbolizando maldiciones que se propagan e infectan familias enteras, mientras que referencias al Monte Fuji como sitio sagrado contrastan con la profanación del bosque. Shimizu rinde homenaje a estas tradiciones, mezclando horror moderno con raíces culturales para hacer la cinta más que una serie de sustos, sino una reflexión sobre el aislamiento en la sociedad japonesa y las presiones que llevan a la desesperación.

El Debut de Shimizu en la Trilogía de Pueblos Malditos
Shimizu transforma una premisa de maldición simple en una experiencia inmersiva que equilibra sustos sobrenaturales con tensión emocional, con performances sólidas que capturan el conflicto familiar y una química entre las hermanas que hace creíble su descenso al caos. Visualmente, captura la claustrofobia del bosque con tomas que siguen apariciones espectrales y refuerzan el aislamiento, posicionándose en el J-Horror como una obra que dialoga con clásicos como The Ring, pero con un twist de leyendas locales. Su ritmo lento prioriza la construcción atmosférica sobre la acción constante, aunque puede sentirse prolongado en momentos, pero para fans del horror japonés, resulta una entrega perturbadora que explora la culpa y el legado cultural con efectividad.

Curiosidades sobre Suicide Forest Village
- La película se basa en leyendas reales de Aokigahara, pero Shimizu inventó la caja maldita para unir elementos folclóricos con horror moderno.
- Forma parte de la trilogía Village of Horror, tras Howling Village, explorando pueblos malditos en Japón con maldiciones ancestrales.
- Shimizu dirigió The Grudge (El Grito), y aquí incorpora elementos de yūrei similares a Kayako, pero con un enfoque en espíritus del bosque.
- Filmaron en locaciones que evocan Aokigahara, usando niebla natural y silencio para aumentar la tensión atmosférica.
- La cinta rinde homenaje a ubasute, práctica histórica que inspira leyendas de espíritus abandonados en bosques remotos.
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