Imagina despertar en una ciudad que parece sacada de tus peores pesadillas, donde la realidad se dobla como papel mojado y los recuerdos se desvanecen como el humo. Así comienza Phoenix Springs, la última creación de Calligram Studio que ha dejado a la comunidad gamer dividida entre la fascinación y la frustración.
Este juego no es para los débiles de corazón ni para los amantes de las historias lineales. Phoenix Springs te arroja de cabeza a un torbellino de misterio y locura, donde cada paso que das te aleja más de la cordura. ¿El objetivo? Encontrar al hermano desaparecido de la protagonista, Iris Dormer. Pero créeme, nada es tan simple como parece en este retorcido rompecabezas mental.
La historia se desarrolla como un mal viaje de ácido o una pesadilla. Un momento estás investigando pistas en callejones oscuros, y al siguiente te encuentras flotando en un mar de consciencia colectiva. Es desconcertante, es confuso, y para algunos jugadores, es simplemente demasiado. A mí, personalmente, las locuras así me gustan.
Los puzzles son otro asunto completamente diferente. Olvídate de combinar objetos del inventario o de resolver acertijos lógicos. Aquí, tu mente es tu arma principal. Los desarrolladores han optado por un sistema de «inventario mental» donde recoges conceptos e ideas en lugar de objetos físicos. Suena exótico e interesante en teoría, pero en la práctica… bueno, digamos que no es para todos.
Buscando más información para comparar experiencias, he visto a otros jugadores tratando de conectar conceptos que parecen no tener relación alguna. «¿Cómo demonios se supone que use ‘existencialismo’ con ‘tecnofobia’ para abrir una puerta?». Y honestamente, no puedo dar una respuesta satisfactoria a esa clase de preguntas. No tiene una lógica clara.
La presentación visual del juego es atractiva, si te gusta el arte con una dosis generosa de pesadilla. Las calles de la ciudad inicial son un laberinto de luces de neón enfermizas y sombras amenazantes, creando un ambiente que te hace sentir constantemente observado e incómodo. Es impresionante, sí, pero también puede ser abrumador. Más de una vez me encontré perdido en este paisaje urbano distorsionado, incapaz de distinguir un camino hacia adelante entre los edificios retorcidos y los callejones que parecen cambiar cada vez que los miras.
El sonido merece una mención especial. La banda sonora oscila entre melodías inquietantes y silencios ensordecedores que te ponen los pelos de punta. Y la actuación de voz de Iris… bueno, imagina a Siri después de una dosis masiva de antidepresivos. Es monótona, es extraña, y de alguna manera, es perfecta para este mundo distorsionado (y que se llame «Iris», que es «Siri» pero al revés, tiene lo suyo).
Ahora, no todo es confusión y frustración. Cuando las piezas encajan, cuando finalmente resuelves un puzzle particularmente retorcido, la sensación es indescriptible. Es como si de repente vieras el universo con claridad cristalina… antes de que todo vuelva a sumirse en la niebla de la incertidumbre.
Phoenix Springs es un juego que se deleita en hacerte sentir incómodo/a. No esperes una narrativa clara o un final satisfactorio. Este juego es más sobre el viaje que sobre el destino, y vaya viaje que es.
Las opiniones sobre Phoenix Springs están tan divididas como la mente fragmentada de su protagonista. En los foros de Steam, he visto reseñas que van desde «una obra maestra incomprendida» hasta «una pérdida pretenciosa de tiempo y dinero». La verdad, como suele suceder, probablemente esté en algún punto intermedio. Ciertamente así me lo pareció a mí, y se refleja en la nota que le doy al juego.
Para algunos, Phoenix Springs será una experiencia reveladora, un viaje psicodélico a través de los recovecos más oscuros de la mente humana. Para otros, será una fuente interminable de frustración y confusión. Personalmente, oscilé entre estos dos extremos más veces de las que puedo contar.
¿Vale la pena jugar Phoenix Springs? Depende completamente de ti. Si buscas una experiencia de juego tradicional con objetivos claros y una narrativa lineal, mejor mira hacia otro lado. Pero si estás dispuesto/a a sumergirte en lo desconocido, a cuestionar tu propia percepción de la realidad, y no te importa sentirte completamente perdido/a la mayor parte del tiempo, entonces Phoenix Springs podría ser exactamente lo que estás buscando.
En última instancia, Phoenix Springs es como esa película de arte experimental que viste una vez a las 3 de la mañana: fascinante, confusa, y probablemente necesites estar en cierto estado mental para apreciarla realmente. No es un juego para todos, y definitivamente no es un juego para todas las ocasiones. Pero para aquellos que se atrevan a adentrarse en sus profundidades surrealistas, Phoenix Springs ofrece una experiencia que no olvidarán fácilmente… aunque puede que deseen poder hacerlo.
Así que, ¿estás listo para perder la cabeza en Phoenix Springs? Abróchate el cinturón, prepara tu mente, y no digas que no te lo advertí. Este viaje puede ser hermoso, aterrador, frustrante y revelador, a veces todo al mismo tiempo. Pero hey, ¿no es eso lo que hace que los videojuegos sean tan especiales en primer lugar?
