Pertenezco a esa generación en la que parte de su infancia (ya en los últimos años de la misma) coincidió con la llegada de la primera de Pokémon. Aunque muchos la conocieron por la serie anime que aún hoy se encuentra en emisión, creo recordar que fue en un folleto publicitario donde vi por primera vez las carátulas del juego. Ignoro la razón, pero me llamó poderosísimamente la atención la portada de Pokémon Azul, que fue la que terminé obteniendo. Toda una ironía, si tenemos en cuenta que, con el paso de los años, mi preferencia por Charizard se fue consolidando. Asimismo, me parecía de lo más pintoresco que existiesen dos variantes de un mismo juego. En todo caso, huelga decir que la serie de televisión me atrapó desde el minuto uno. Cada día estaba ansioso por ver el siguiente capítulo que se estrenaría en las tardes en Telecinco… Hasta que de un día para otro decidieron pasarlo a los fines de semana por la mañana.
Inevitablemente, esa magia inicial se fue perdiendo. El diseño de las nuevas hornadas de pokémon me agradaba cada vez menos. Además, me vi forzado a saltarme una generación al no tener la GameBoy Color. Podría haberlo retomado con la Advance, pero lo máximo que hice fue adquirir una reedición, Pokémon Verde Hoja, por pura nostalgia y nada más. No volvería a tener uno nuevo hasta Pokémon Sol, y fue una odisea terminarlo, pero no por difícil, sino por todo lo contrario, de ridículamente fácil. Es evidente que la saga ha evolucionado de forma inversamente proporcional a quienes la vimos nacer. Es decir, cada vez más facilona.
¿Debía rendirme a la evidencia y aceptar que Pokémon ya no es para mí? Un juego infantil y facilón no tiene como público objetivo a un treintañero como yo, eso es evidente, pero capturar criaturas variopintas, entrenarlas y combatir con ellas era algo que, a pesar de todo, me seguía pidiendo el cuerpo. Ni No Kuni me hizo ver que era posible hacer un juego de ese estilo con una dosis de desafío algo mayor, pero seguía queriendo un Pokémon propiamente dicho, pero más adulto y complejo. Y es ahí donde entra en juego Pokémon Iberia.
Puede que alguno, al leer u oír por primera vez el título Pokémon Iberia le venga a la mente Pokémon Escarlata y Púrpura, la entrega más reciente de la franquicia, disponible para Nintendo Switch. No en vano está inspirado en España, e incluye no pocos guiños, como el gimnasio Sierra Napada (referencia a Sierra Nevada), una ciudad central llamada Cuidad Meseta y que obviamente está inspirada en Madrid, guiños a la Sagrada Familia y al arte de Gaudí en general, a la Plaza Mayor, e incluso a su gastronomía con Pokémon como Smooliv (básicamente, una aceituna kawai), etc. Pero no, Pokémon Iberia es un fangame creado por EricLostie años antes de que este juego oficial viese la luz. Y creedme, todas las referencias que podamos encontrar en Pokémon Púrpura y Escarlata palidecen frente a lo que vemos en este fangame que poco tiene que envidiar a uno oficial.
El juego comienza de forma típica, con un profesor explicándonos que estamos en el mundo Pokémon y preguntándonos nuestro nombre y si somos chico o chica (el chiste sobre la tercera opción, “se dice chique”, pese a ser suavizado, le costó la cancelación en la última Japan Weekend, debido a la presión que ejercieron ciertos twiteros para que la dirección anulase su invitación…). La particularidad de esta parte estriba en que el profesor en cuestión es el profesor Félix, en referencia a Félix Rodríguez de la Fuente, el famoso documentalista español, célebre por su serie El hombre y la Tierra sobre la fauna autóctona, y que falleció por un accidente de aviación en Alaska. Como es de recibo en los estándares de la saga, nos ofrecerá uno de los tres pokémon iniciales, que siguen siendo de tipo fuego, agua y planta, y que son exclusivos para este título (Lugnis, Quisquite y Polekin, respectivamente. Para no variar, me decanté por el primero).
La premisa inicial de Pokémon Iberia es que somos un chaval (o chavala) de Albacete nulo para los estudios que, por mediación de su madre, que logró “convencer” al profesor Félix (da a tender que esa persuasión tuvo lugar con «eróticos resultados”, como dirían en Los Simpson) para que le cediese uno de sus pokémon con objeto de dedicarse a recorrer Iberia haciendo lo típico, conseguir medallas y capturar a más criaturas para completar su Pokédex. Esta tarea también será encomendada a Sofía, una chica que aparentemente no tiene muchos amigos y que tampoco le va bien en los estudios. De hecho, Félix dice que el resto de chavales albaceteños “tienen algo productivo que hacer con su vida”. Será la rival de este juego. Una que, por cierto, tiene un desarrollo interesante, puesto que pasa de ser una chica con poca confianza en sí misma, que entrena por pokémon por compromiso, a ir adoptando, poco a poco, una actitud baste diferente.
El primer paso será ir a la academia el Palmeral, donde habremos de superar un examen tipo test sobre conocimientos básicos de la saga Pokémon para obtener la licencia de entrenador “homologada por la Unión Europea”. No puede decirse que sea muy complicado, aunque yo, que prácticamente me quedé anclado en la segunda generación, saqué un aprobado raspado. Tras superar esto y conocer al enigmático profesor Hilario (que tendrá un papel clave en la trama), ponemos rumbo al sur de Iberia, donde se encuentran los gimnasios de menor nivel (“las p*tas ciudades del sur siempre bajando la media de calidad de nuestros gimnasios”, en palabras de un lugareño).
Si Pokémon Escarlata y Púrpura contienen referencias a España, Pokémon Iberia ES una referencia en sí mismo. Eso es algo que vemos nada más comenzar el juego, con Albacete como ciudad natal, y, nada más salir, encontrarnos con un toro de Osborne de tres colas como un Tauros, o con el mismísimo Don Quijote viéndose las caras con un molino de viento. Esto es una constante, pues todas y cada una de las ciudades que visitemos existen en la vida real: Albacete, Murcia, Granada, Sevilla, Valencia, Ibiza, Zaragoza, Pamplona, Valladolid, Barcelona, Bilbao, Gijón, Santiago de Compostela, Mérida, Madrid y Salamanca. Todas ellas contienen monumentos y otros lugares emblemáticos (la Alhambra, la catedral de Santiago de Compostela, la Giralda de Sevilla, el Oceanográfico de Valencia y un larguísimo etcétera). Tampoco se olvida de otros lugares que no pertenecen a España, como es el caso de Gibraltar, Andorra y Lisboa. Las rutas entre ciudades llevan los nombres de las regiones del país, en lugar de números (por ejemplo, Ruta Manchega), y, entre otros sitios a visitar, cabe destacar los parques de Cabárceno y de Doñana donde habremos de capturar pokémon con límite de tiempo y sin combate, tal y como hacíamos en la Zona Safari. También hay mazmorras basadas en enclaves geográficos como Sierra Nevada.
La impronta española de este juego se deja sentir hasta en los comercios. El clásico lugar presente en cada localidad de los títulos de la franquicia en los que comprar pokéballs, pociones, remedios para cambios de estado, etc. resulta ser un Mercadona en la mayoría de ciudades. No se ha olvidado ni de la clásica musiquilla que acompaña las compras y ¡hasta venden pokéballs marca Hacendado! Pero el nivel de detalle es tal que no se ha olvidado de incorporar otros negocios icónicos, como el Eroski en Bilbao, El Corte Inglés en Madrid o el Mercado Central de Zaragoza.
Si no fuese suficiente esa abrumadora cantidad de lugares familiares, las referencias políticas y sociológicas están a la orden del día durante todo Pokémon Iberia. En este título, los partidos políticos españoles son bandas criminales con planes diabólicos, como ocurría con el Equipo Rocket y tantos otros que vinieron después. Así, tenemos al Equipo Talante (PSOE), Equipo Gaviota (PP) y Equipo Imparapla (independentismo catalán, esencialmente el PDeCAT), como los que cuentan con un peso real en la trama, mientras que el resto son, más que nada, mencionados aquí y allá para dar lugar a chistes en los diálogos, siendo éste el caso del Equipo Pablemos (Podemos), el Equipo Naranjito (Ciudadanos) y el Equipo Caja (Vox). Huelga decir que nos veremos las caras con sus líderes, como Rajoy, Puigdemont, Pedro Sánchez o Abascal, entre otros. Sin duda, las situaciones que parodia se han quedado algo añejas, pero es lo que tiene la sátira de actualidad, que envejece muy rápido. Con todo, alude a sucesos que siguen estando relativamente recientes y que no nos costará trabajo recordar.
Además de políticos, también harán cameos diferentes personajes famosos del mundo de la cultura, del espectáculo y de internet (no voy a concretar demasiado más, para evitar spoilers para que lo reciba con genuina sorpresa quien aún no lo haya jugado). A algunos de ellos, incluso podremos desafiarlos a combates pokémon. A hilo de eso último, igualmente nos veremos las caras con personajes genéricos que se corresponden con los numerosos estereotipos sociológicos que conocemos, como es el caso de chonis, perroflautas, niños rata, gitanos, guiris y un largo etcétera. No falta el humor negro en los diálogos y determinadas situaciones que juegan con esos tópicos, lo que puede llegar a herir alguna sensibilidad. De hecho, algún que otro gag ha tenido que ser retirado por el autor tras críticas recibidas en las redes, pese a lo cual sigue siendo políticamente incorrecto.
Entrando ya en materia jugable, y como señalaba al principio del artículo, nos encontramos con un fangame que poco tiene que envidiar a la franquicia oficial. Como siempre, el meollo del juego son los combates por turnos, la mayor parte de las veces de uno en uno, pero, en ocasiones, también por parejas. La afinidad de tipos sigue el sistema piedra-papel-tijera, donde unos ataques son efectivos contra un tipo determinado de pokémon, ineficaces contra otros o neutros (resultado que también se obtiene con pokémon de dos tipos, con uno que es vulnerable, pero otro poco efectivo). Las estadísticas incluyen ataque, defensa, especial, ataque especial y defensa especial y velocidad. Si el individuo en concreto tiene algunas estadísticas por encima o por debajo de la media, se verá reflejado en el color de la estrella que figura al lado del indicador. Es posible equipar objetos, incluyendo piedras para megaevolucionar y cada pokémon cuenta con su propio carácter, además de ser machos y hembras.
Huelga decir que, como siempre, podremos capturar hasta seis pokémon (habitualmente por el clásico sistema de bajarles la barra de vida antes de lanzarles la ball) que serán incorporados directamente a nuestro equipo, siendo el resto transferidos a la caja del PC. Según pone en la tarjeta pokémon, hay un total de 413 criaturas, estando representadas múltiples generaciones. Como ya mencioné, los tres iniciales han sido creados expresamente para este juego, y todos ellos tienen la capacidad de megaevolucionar. El resto, aunque serán conocidos por todo incondicional de la saga, cuentan con ciertos cambios en estadísticas y ataques, y alguno de ellos hasta ha visto modificado su aspecto, dando lugar a variedades regionales que hacen guiños a determinados elementos sociológicos de España.
Por lo que respecta a la trama, Pokémon Iberia sigue la estructura típica. De un lado, debemos obtener las ocho medallas tras derrotar en combate a los líderes de gimnasio que nos darán paso a la Liga Pokémon. Unos gimnasios que incluyen desafíos interesantes, como evitar caer al vacío siguiendo en todo momento los pasos de Farfetch’d, o sortear a veloces Ferroseed para que no nos lleven al punto de partida. De otro, habremos de enfrentar a los villanos de la historia, que sigue un tono satírico directamente sacado de la vida política de los años anteriores, con los Equipos/partidos políticos en el ojo del huracán, pero que irán tomando un cariz más serio conforme vayamos progresando. Sólo adelantaré que Entei, el pokémon legendario que aparece en el título del juego, tendrá un papel relevante.
Por lo demás, el juego cuenta con suficientes elementos para alargar la partida unas cuantas horas. Hay misiones secundarias en las que debemos enfrentarnos a determinados entrenadores o capturar a ciertos pokémon (como la misión de entregar seis Shinx en la guardería de la Ruta Andaluza), así como diversos secretos que encontrar. Por si fuera poco, tras salir victorioso de la Liga Pokémon podremos acceder a la cueva del Peñón de Gibraltar o a los Pirineos (una mazmorra con poderosos pokémon salvajes, en su mayoría de tipo hielo). Por otra parte, ya de entrada, es posible optar por seguir algunos desafíos (el modo Nuzlocke hace que perdamos el pokémon para siempre si es debilitado, y el Seminuzlocke permite resucitar a uno). Además, permite randomizar el juego para combatir y encontrar pokémon al azar (incluyendo el inicial).
Mención aparte merece el Repartir Experiencia. Aquí vuelve a tener la utilidad de las primeras generaciones, la de equiparlo a un pokémon débil para ayudarle a subir de nivel, por lo que no aumentará la experiencia de todo el equipo, evitando así que reviente la experiencia de juego de la franquicia, tal como terminó ocurriendo en los juegos oficiales.
Llegados a este punto, en el que acabo de tratar los elementos desbloqueables tras la victoria en la Liga Pokémon, es el momento de hacer una confesión. Estuve todo este tiempo jugando a la primera versión de Pokémon Iberia (la cual se juega de forma totalmente gratuita descargándola de páginas como esta). Esto es así porque desconocía por completo que existiese otra mejorada del mismo. Ésta incluye lugares nuevos, legendarios a capturar y misiones que completar una vez superada dicha liga. De hecho, esa es la única manera de llegar a lugares totalmente inaccesibles en la primera, como es Ceuta, Melilla y Canarias (en concreto, Santa Cruz de Tenerife). También podremos vernos las caras con Pablo Iglesias. Fue una espinita que se me quedó clavada el hecho de no poder enfrentarme contra él. Espero que haya alguna manera de pasar la anterior partida a esta nueva versión, para no tener que empezar desde el principio. En la propia Wiki del juego hay diferentes enlaces para descargar su versión PC, Android y el parche para Mac.
Entre los elementos varios que han quedado en el tintero, mencionaré de pasada el apartado gráfico y el sonoro. Con respecto a ese último, poco que comentar, en tanto que es una miscelánea de temas de la franquicia, con ciertos añadidos de temas de otras sagas o totalmente externos al mundo de los videojuegos, y que acentúan su tono cómico. En cuanto a los gráficos, se trata de un pixel art que resulta familiar en juegos de Advance y DS. Los sprites diseñados expresamente para este juego, que incluyen a entrenadores, personajes famosos y variantes regionales de pokémon, tienen la virtud de hacerlos perfectamente reconocibles manteniendo la esencia de la franquicia. Su talón de Aquiles, eso sí, estriba en algunos defectos visuales en combate, así como en detalles como que los pokémon no desaparezcan al usar movimientos como Vuelo. Pero, siendo como es un fangame, constituyen detalles excusables.
Resumiendo, Pokémon Iberia es un fangame bastante potente. EricLostie ha creado una sátira política y social española que a la vez constituye un juego de Pokémon que poco tiene que envidiar a la franquicia oficial. Podremos capturar y entrenar pokémon para hacernos con las ocho medallas y participar en la liga homónima, así como desentrañar diversos secretos, mientras hacemos una visita turística por los monumentos y parajes más representativos de las diferentes ciudades españolas (amén de Gibraltar, Andorra y Lisboa), compramos equipamiento en el Mercadona, conocemos a personajes públicos, combatimos con entrenadores que representan la flor y nata de los clichés sociales y paramos los pies a los peligrosos Equipos criminales sacados de partidos políticos reales. Por si fuera poco, algunos sprites de pokémon han sido modificados para formar variedades regionales basados en diversos elementos de la realidad española, y, al principio del juego, tenemos a nuestra disposición tres pokémon iniciales exclusivos a elegir.
Durante todos estos años de existencia de la franquicia, hemos ido creciendo mientras ésta no lo hacía junto a nosotros, manteniendo su tono y público objetivo infantil. Por ello, ha sido una grata sorpresa topar finalmente con un juego de Pokémon de temática madura y dificultad decente (el hecho de que el maldito Repartir Experiencia no se aplique a todo el grupo ayuda muchísimo, y los desafíos son bastante llamativos). Algo así era evidente que no podía salir de las manos de Nintendo ni de The Pokémon Company. La única pega seria que se le puede poner es que aquellos jugadores que no residan en España no van a captar la infinidad de referencias que recoge este juego, además de que cuantos más años pasen, menos intuitivo será para quienes no vivieron aquellos circenses tiempos de naciente multipartidismo.