Póster de Strange Darling

[HorrorScience] Strange Darling: Un Thriller Que No Te Deja Indiferente

Portada de Strange Darling
Fecha de lanzamiento
2023
Director
J.T. Mollner
Reparto
Willa Fitzgerald, Kyle Gallner, Madisen Beaty, Barbara Hershey
Guion
J.T. Mollner

Desde el momento en que la pantalla se ilumina con los primeros fotogramas de «Strange Darling», te das cuenta de que estás embarcándote en un viaje que no será fácil de descifrar. Dirigida por J.T. Mollner, esta película te sumerge en una historia tan retorcida como la mente de sus personajes principales. Situada en la rural Oregón, la trama gira en torno a una joven, interpretada por Willa Fitzgerald, y un hombre, con el rostro de Kyle Gallner, quienes se conocen en una noche que promete ser de pasión, pero que termina siendo una pesadilla sin fin.

La historia comienza con una premisa simple: una aventura de una noche. Sin embargo, esta es solo la punta del iceberg. La película se desarrolla en seis capítulos, pero con una cronología desordenada que desafía al espectador a rearmar las piezas del rompecabezas. Lo que parece ser un encuentro casual rápidamente se transforma en una persecución brutal cuando se revela que uno de los dos es un asesino en serie. Pero, ¿quién es el depredador y quién es la presa? La narrativa no lineal juega con nuestras percepciones, haciendo que cada revelación sea como un puñetazo en el estómago, aunque a veces, esos puñetazos no siempre conectan con la fuerza esperada.

La protagonista, conocida simplemente como «The Lady», se encuentra en una situación desesperada, huyendo de «The Demon», un hombre que inicialmente parecía ser solo otro alma solitaria buscando consuelo en la noche. Lo que sigue es una danza macabra de gato y ratón donde cada giro de la trama podría revertir completamente tu comprensión de lo que está sucediendo. La película juega con la idea de la seducción, el consentimiento y la violencia, pero a veces, sus intenciones se pierden en un mar de estilo sobre fondo.

Las actuaciones de Fitzgerald y Gallner son, sin duda, el pilar que sostiene esta estructura narrativa. Fitzgerald ofrece una interpretación que va desde la vulnerabilidad hasta la astucia, mostrando una gama de emociones que mantienen al espectador en vilo. Gallner, por su parte, es inquietante, casi hipnótico en su papel de un hombre que podría ser tanto víctima como verdugo. Sin embargo, a pesar de la química palpable entre ambos, hay momentos donde la dirección de Mollner parece más interesada en el shock visual que en profundizar en los personajes, dejando una sensación de potencial no cumplido.

Visualmente, «Strange Darling» intenta tener un estilo único. La fotografía de Giovanni Ribisi, con su uso de colores saturados y contrastes marcados, crea un ambiente que oscila entre el sueño y la pesadilla, una estética que recuerda a los thrillers de los años 90, aunque con un toque moderno. La banda sonora, con su ritmo palpitante, acompaña esta atmósfera, aunque en algunos momentos puede sentirse un poco forzada, como si intentara cubrir las grietas de una trama que a veces se siente demasiado consciente de su propia clemencia.

El mayor pecado de «Strange Darling» es su ambición sin compromiso. La película quiere ser muchas cosas a la vez: un thriller psicológico, una crítica social disfrazada de horror, una exploración del poder y la sumisión en las relaciones. Sin embargo, en su intento por abarcar tanto, termina diluyendo su mensaje. Los giros de la trama, que en un principio parecen ingeniosos, pueden volverse predecibles o incluso forzados para aquellos que ya han sido testigos de trucos narrativos similares en otras películas.

Strange Darling

La recepción de la crítica ha sido mixta. Mientras algunos elogian la audacia de su narrativa y la intensidad de las actuaciones, otros, incluyéndome, ven en «Strange Darling» una obra que promete mucho pero entrega menos de lo esperado. Hay momentos de brillantez, como ciertos diálogos que parecen sacados de una obra de teatro de vanguardia, o secuencias de persecución que te mantienen en vilo, pero estos destellos no son suficientes para iluminar toda la película.

En cuanto a la experiencia del espectador, «Strange Darling» es como una montaña rusa emocional: emocionante, pero también agotadora. La película te lleva por caminos oscuros, te hace cuestionar tus percepciones y, en su mejor momento, te hace reflexionar sobre la naturaleza humana. Sin embargo, después de la gran revelación, la película parece perder el pulso, como si se quedara sin aliento, sin saber cómo concluir de manera satisfactoria todo lo que ha construido.

Strange Darling

En conclusión, «Strange Darling» es una cinta que no dejará a nadie indiferente, pero no necesariamente por las razones correctas. Es una experiencia que vale la pena vivir para aquellos que adoran los thrillers que retuercen la mente, pero es importante entrar con las expectativas calibradas. No es una obra maestra, ni pretende serlo; es más bien un experimento narrativo que, aunque no siempre acierta, al menos se atreve a ser diferente. Y eso merece al menos un reconocimiento, aunque sea con reservas.

Algunas curiosidades de Strange Darling

  • Principalmente conocido por sus papeles como actor, esta película marca el debut de Giovanni Ribisi como director de fotografía de largometrajes.
  • Durante una sesión de preguntas y respuestas se reveló que, con excepción de Love Hurts, todas las canciones fueron escritas por Z Berg. Además, todas las canciones fueron cantadas por Z Berg, excepto una cantada por Ginnie Mollner, la madre del director.
  • Hacia el final de la película, un personaje hace referencia al asesino convicto de la vida real Gary Gilmore. El director de fotografía Giovani Ribisi interpretó al hermano de Gilmore, Mikal Gilmore, en la película Shot in the Heart (2001).
  • Miramax intentó quitarle la película a J.T. Mollner dos veces durante la producción y finalmente contrató a un nuevo editor para volver a montar la película sin su conocimiento. Este corte de la película dura menos de 70 minutos y está editado en orden cronológico. Finalmente, Mollner utilizó una cláusula de su contrato que estipulaba que debía realizarse una proyección de prueba de la versión del director. Según el director de fotografía Giovanni Ribisi, los realizadores estaban resignados a que su versión preferida de la película estuviera muerta hasta que, a mitad de la proyección de prueba, un miembro del público gritó: «¡Esta puta está loca!». y la respuesta entusiasta del resto de la multitud llevó a Miramax a cambiar de rumbo.
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