¡Qué bonita era aquella época en la que babeábamos en los salones recreativos! Es cierto que un buen número de recreativas aterrizaban en sistemas domésticos, no con la calidad esperada, eso hay que recalcarlo, pero al menos llegaban. Pero, para nuestra desgracia, alguna de nuestras favoritas se quedaba allí, sin posibilidad de jugarla a no ser que tuvieses cinco duros en el bolsillo para echar una partidilla.
Y de eso trata este artículo, sobre cinco juegos exclusivos de los arcades que no se pudieron disfrutar ni en ordenadores ni en consolas. Y no os podéis imaginar lo que duele alguno de ellos. ¡Vamos a por ellos!
Big Karnak
Eso es, Big Karnak es ese juego de los españoles Gaelco que se ambientaba en el antiguo Egipto. Lanzado en 1992, Big Karnak es un juego de acción de scroll lateral con toques plataformeros en el que encarnamos a un guerrero que debe salvar a la típica damisela en apuros de un malvado dios egipcio. Para ello tendrá que abrirse paso a base de mamporros y espadazos.
El desarrollo, que puede recordar a una mezcla entre Ghouls ‘n Ghosts o Shinobi, incluye a una buena selección de enemigos típicos de la mitología egipcia. Encontraremos momias, escarabajos gigantes, serpientes venenosas o monos lanzadores de cocos. Pero lo mejor viene al final de cada nivel. Allí nos espera un jefe de fin de fase duro de pelar, como un tipo morado que se parece a Karnov, un guerrero esqueleto bastante grandote o un pulpo muy puñetero. Al final, nos enfrentaremos a Osiris, el malvado dios que tiene a nuestra chica.
Muy bien hilado y rematado, Big Karnak es un arcade algo corto pero que se disfruta muchísimo de principio a fin. Tiene momentos muy buenos y es muy rejugable, especialmente en su opción para dos jugadores simultáneos. Con él la diversión está más que garantizada.
Big Karnak es el único de esta selección que no hace falta emular, pues está incluido en uno de los packs de Gaelco para la consola Evercade. Aún así, en su momento, hubiera estado bien que algún ordenador o consola lo hubiese albergado, pero es que Gaelco no lanzó ningún juego al mercado doméstico hasta su etapa de juegos poligonales como Radikal Bikers. Y es una pena porque en Super Nintendo o Mega Drive habría quedado que ni pintado.
Cadillacs and Dinosaurs
He aquí el caso más sangrante de este listado. Ni el cómic ni la serie de animación son conocidos, al menos en España, pero Cadillacs and Dinosaurs es uno de los máximos referentes de los «yo contra el barrio» de los recreativos, y todo es culpa de Capcom, que lo lanzó en 1993.
Las andanzas de Jack, Hannah, Mustapha y Mess en un planeta Tierra hecho unos zorros y con dinosaurios pululando por la superficie merecen mucho la pena. Y lo merecen, gracias a una jugabilidad pulidísima, un apartado gráfico de los que quitan el hipo y unas dosis de diversión en su modalidad para tres jugadores que son de otro mundo. Vamos, que Cadillacs and Dinosaurs es una maravilla de las que no quedan.
El caso es que Capcom adquirió la licencia para el juego de los arcades. Suponemos que esa licencia solo era válida para ese formato, de ahí que no saliese en ningún sistema doméstico. El problema es que la compañía nipona ha sacado algún que otro recopilatorio de sus mejores beat ‘em up, pero ni rastro de Cadillacs and Dinosaurs, quizá porque ya no disponen de la licencia. Lo mismo ocurrió con el también monumental Alien vs. Predator.
Sin embargo existe un Cadillacs and Dinosaurs que salió en Mega CD, pero no os hagáis ilusiones. Su nombre es Cadillacs and Dinosaurs: The Second Cataclysm y fue creado por Rocket Science Games (sí, esa empresa para la que trabajó Elon Musk), pero no tiene absolutamente nada que ver con la recreativa. En fin, siempre nos quedará MAME.
Por cierto, alguien está desarrollando un port para Mega Drive que tiene muy buena pinta.
Heavy Smash
Esto ya es a nivel personal. Junto a Soccer Brawl, Heavy Smash es uno de mis juegos deportivos futuristas favoritos. Y todo se lo debemos a Data East, que nos obsequió en 1993 con un juego de balonmano bastante cafre y con unas dosis de diversión altísimas.
Un puñado de selecciones nacionales nos esperan en este juego, cada una con unos valores determinados de ataque, defensa y fuerza. Hay casos curiosos como la selección australiana, formada por amazonas, o una selección especial en la que participan un conjunto de cíborgs.
Lo mejor que tiene Heavy Smash es su apartado jugable. El control es buenísimo y muy fácil de aprender, con posibilidad de ejecutar poderosos ataques para hincharnos a marcar goles en los primeros compases del torneo. Todo con una ambientación genial y una opción para dos jugadores inolvidable.
De nuevo, consolas como Super Nintendo o Mega Drive se hubieran prestado muy bien para acoger a Heavy Smash, pero a Data East no le interesó lo más mínimo portarlo a ningún sistema doméstico. Y es una lástima porque, como os digo, es un título entretenidísimo con el que pasar muy buenos ratos.
Mystic Warriors
No hay duda de que Sunset Riders, un juego que llegó a lanzarse a Super Nintendo y Mega Drive, es uno de los mejores títulos que Konami parió en los años 90. Pero, ¿qué pasa con Mystic Warriors? Podríamos decir que Mystic Warriors, también de Konami, es algo así como un Sunset Riders más moderno y con ninjas, pero sería injusto.
Esta pequeña joya, que también data de 1993, es un run and gun en el que tenemos a cinco poderosos guerreros a nuestra disposición. Spyros, Brad, Keima, Kojiro y Yuri tendrán que hacer frente a la compañía Skull, que secuestrará a uno de nuestros amigos aleatoriamente y nuestro deber será rescatarlo.
Y a lo largo de una serie de niveles, en Mystic Warriors nos podremos a lanzar estrellas ninja como locos para frenar a nuestros enemigos. Alcanzaremos el final de cada nivel, donde nos esperará el temible jefe de fin de fase. Todo desarrollado en una época presente, pero con todo el sabor de los ninjas y los guerreros del antiguo Japón feudal. Muy bueno.
¿El problema? Que fue un juego que pasó muy de tapadillo y no fue el pelotazo que sí fue Sunset Riders al que, por cierto, Mystic Warriors hace un guiño en el primer nivel. Y es una pena que Konami no lo trasladara a ningún sistema doméstico, ya que ofrece una buena variedad de escenarios y enemigos y momentos muy divertidos. Y con opción para cuatro jugadores simultáneos.
Segasonic the Hedgehog
El último que os ofrecemos en esta selección es uno de los poquísimos juegos de Sonic que no salieron en consolas. Se llama SegaSonic the Hedgehog, de Sega y también de 1993, pero no es el típico juego de plataformas al que nos tiene acostumbrado el erizo azul más famoso de los videojuegos.
Sonic, junto a sus amigos Mighty (un armadillo) y Ray (una ardilla), es secuestrado por Eggman y llevado a una fortaleza plagada de trampas de la que tendremos que escapar. Para ello nos lanzaremos a toda pastilla por los mapeados del juego, huyendo de todas las artimañas que Eggman utilizará para detenernos. Todo esto en un juego con un desarrollo muy frenético.
La característica más llamativa de este SegaSonic the Hedgehog es el sistema de control. El mueble de la recreativa original lleva un trackpad para mover a nuestro personaje por el mapeado, que se traduce en una especie de circuito de obstáculos del que tenemos que salir airosos. Esto, con ayuda de un par de botones para saltar y correr, lo convierten en uno de los juegos de Sonic más atípicos que existen. Quizá por esto último fue por lo que no se adaptó a ninguna consola de Sega.
Evidentemente, emular este juego no le hace justicia, más si tenemos en cuenta el control tan específico que tiene. Y vosotros, ¿habéis llegado a verlo en algún salón recreativo? En caso afirmativo, ¿habéis llegado a jugarlo? No me negaréis que como juego de este inolvidable personaje, SegaSonic the Hedgehog es uno de los más originales.