Ya va siendo hora de probar de una vez Breath of The Wild, el Zelda más atípico de todos. Nos esperan horas y horas de exploración de mundos abiertos, escalada, acopio de bienes, cocina, múltiples micromazmorras y un desarrollo no lineal de la historia principal.
Todo tiene un final, y tras cerca de un año, hemos decidido hacer una pausa para recobrar energías e ideas. Eso sí, no sin antes cerrar con este especial con caras nuevas y una despedida.