Mientras me sumerjo en el mundo mágico de Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon, no puedo evitar sentirme maravillado por la experiencia que PlatinumGames ha creado. Como fan de la saga Bayonetta, confieso que al principio tenía mis dudas sobre este spin-off, pero tras varias horas de juego, puedo decir con certeza que estoy completamente cautivado.
Lo primero que me impactó fue el deslumbrante apartado visual. Cada pantalla parece sacada de un cuento de hadas ilustrado, con colores vibrantes y un estilo artístico que me transporta a un mundo de fantasía. El bosque de Avalon cobra vida con detalles meticulosos, desde las hojas que se mueven con el viento hasta las criaturas mágicas que lo habitan. Es un festín para los ojos que me hace querer explorar cada rincón del juego. Y vaya si lo hago, ya que tiene bastante libertad de movimiento y me encuentro muchas veces dando vueltas y explorando cualquier camino alternativo que encuentre antes de ir donde se supone que debía ir. Por supuesto, esto termina siendo gratificante por la generosa cantidad de cofres y «dungeons» (llamados Tír Na NÓg) que hay ocultos en el juego desparramados por todo su mundo.
Pero lo que realmente me tiene enganchado es el innovador sistema de control dual. Manejar a Cereza con el Joy-Con izquierdo y a Cheshire con el derecho puede ser desafiante al principio si no tienes experiencia previa en esta mecánica, pero como no es mi caso, me resulta increíblemente satisfactorio. La sensación de coordinar a ambos personajes para resolver puzles o enfrentarme a enemigos es única. Me encuentro constantemente pensando en nuevas formas de combinar sus habilidades, y cada vez que logro ejecutar una estrategia con éxito, siento una oleada de satisfacción. Por supuesto, al principio todo es básico, pero a medida que avanzas y ganas nuevas habilidades, el sistema de control combinado con las cosas que debes (y que puedes) hacer se vuelve bastante complejo.
La progresión del juego también me tiene fascinado. Desbloquear nuevas habilidades para Cheshire no solo amplía las posibilidades de combate, sino que también abre nuevas rutas de exploración. Me encanta volver a áreas anteriores con nuevos poderes y descubrir secretos que antes eran inaccesibles. Es algo medianamente habitual en este tipo de juegos, pero en Bayonetta Origins está diseñado de forma que aunque vuelvas a una misma zona, muchas veces sientes que es un lugar diferente.
En cuanto al combate, aunque no es tan frenético como en los juegos principales de Bayonetta, encuentro que tiene su propio encanto. La necesidad de pensar estratégicamente y coordinar a Cereza y Cheshire añade una capa de profundidad que me mantiene comprometido en cada encuentro.
La historia, centrada en una joven Cereza y su relación con Cheshire, resulta conmovedora. Ver el origen de Bayonetta desde esta perspectiva más vulnerable y personal añade una nueva dimensión a un personaje que creía conocer bien. Esto tiene un por qué y creo que queda claro desde un primer momento, al ver el estilo del juego.
En resumen, Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon se ha convertido en una de mis experiencias de juego más gratificantes en la Nintendo Switch. Su combinación de un estilo visual encantador, un gameplay innovador y una narrativa emotiva me tiene completamente enganchado. Cada sesión de juego me deja con ganas de más, ansioso por descubrir qué nuevas maravillas me esperan en el bosque de Avalon.
Y tú, ¿lo has jugado? ¿Qué te parece? Déjanos saber en los comentarios.